jueves, 31 de marzo de 2016

¡TOSTONERO…TOSTONES!

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                                                    Por Oscar Carrasquel


Antes que levante el sol
redoblando su pregón
pasa por el frente de mi casa 
el vendedor de tostón.

Por el centro de La Villa
en la procesión de Santos
pasea su optimismo de maravilla
don Luìs Vallenilla 

En el viejo barrio Las Tablitas
todo el mundo conoce 
su sencilla labor.

Recostada al cuello
una gruesa petaca
y apretado un pito
entre sus labios 
Sale del barrio todos los días
contando los pasos
por el callejón del medio

¡TOSTONES…TOSTONES!
"tostones light"
 pregona con su voz romancera

Entregando un puñado 
de dorados platanitos,
envueltos
en burbujas de papel celofán.

De gorra deportiva 
trajeado de blanco y azul,
como agua correntosa por un río
camina  por la "esquina de Régulo"  

Prosigue sus pasos,  
y en la sombra de la tarde
a lo largo de la calle
se oye el alegre resonar 
de su pito de fiscal
.
En corto tiempo
regresa de la plaza Miranda 
con la puesta del sol 
lleno de optimismo
rumiando su soledad.



                                La Villa de San Luìs, Viernes Santo, 2016
                                     



                                                         




C

sábado, 26 de marzo de 2016

Y I S E L


 Por Oscar Carrasquel

¡No sé de qué color son tus ojos!
Si son negros, grises o blancos,
Si son del color de los verdes
Después de llegado el verano
.
En tu rostro brilla un lunar
De tibia luz vespertina.

Tu pelo negro despejado
Suelto como dos alas
Que salen de una cascada.

Tu aliento es un suspiro
De la alborada silbando
En el horizonte perdido.

Y tus sueños un adiós
Viajando en el ala
De un pajarillo herido.



                                  Araure, marzo 2016

jueves, 24 de marzo de 2016

"RADIODIFUSORA LA VILLA" LA PRIMERA EMISORA UN PRIMERO DE MAYO COMENZÓ SUS TRASMISIONES .

 Radiodifusora LaVilla. En la gráfica la actuación del famoso Trío Los Latinos en 1955. Al fondo los locutores presentadores Manuel Vicente Zapata y César Luzardo. Foto cortesía de Editorial Miranda.



"RADIODIFUSORA LA VILLA"  LA PRIMERA EMISORA UN PRIMERO DE MAYO COMENZÓ SUS TRASMISIONES.


                                                      Por Oscar Carrasquel
                                                                                                                                                                                                                                                                                
Fue así como nació nuestra primera emisora. Aquella alborada del 30 de abril de 1955, en la esquina de la calle Miranda cruce con Doctor Urdaneta, en lo que hoy se llama “Pare de Sufrir”, todo era un caudal de gente que se dirigía hacia el portal y la cuadra de “Radiodifusora La Villa”, la cual comenzaba triunfalmente sus trasmisiones comerciales utilizando las ondas hertzianas, con una cobertura que según alcanzaba todo el norte, el sur, los llanos y el eje central del país.

El pueblo lucía aquella mañana alegre, alborozado de contento. Ese día se agotaron los pases de cortesía, aquello parecía un encuentro de carácter nacional, por ser la primera emisora fundada en Villa de Cura, la cual llega permisada por el Ministerio de Comunicaciones, siendo ministro de ese despacho el General  Luis Felipe Llovera Páez. Utilizaba para sus trasmisiones la banda de Amplitud Modulada, localizada en la frecuencia 1170 KHZ, con equipos sofisticados instalados en el sector Los Tanques, en la entrada de Villa de Cura, viniendo de San francisco de Asís, con una antena para transmisores de radio   reconocida como la de mayor altura y alcance de las instaladas en todo el territorio nacional.

Muy estricta lo que se refiera a los permisos por estar regido por el “Reglamento de Radiodifusión en Venezuela”; un instrumento de cabal cumplimiento por los medios de comunicación radial, La Estación de Radio nombrada fue creada durante la gestión administrativa del General Marcos Pérez Jiménez, por la iniciativa de un reconocido empresario del estado Cojedes de nombre Miguel Minotti Fraino, un hombre con las alforjas llenas de proyectos y de sueños, propietario también de Radio San Carlos, del llanero estado Cojedes y creador de otras emisoras en el país.

El experimentado locutor señor Manuel Vicente Zapata, villacurano, fue designado como director, y prácticamente ocupaba la gerencia de la recién inaugurada empresa. Venia de trabajar en la emisora aragüeña “La Voz de La Victoria” y de otras Radios nacionales. Se movilizaba aquel joven lleno de fervor en un Jeep Willism y su itinerario cotidiano era su hogar, los estudios de la Emisora y la planta transmisora ubicada en el sector Los Tanques.

“Radiodifusora La Villa” fue inscrita simultáneamente en la Cámara Venezolana de la Radiodifusión en Venezuela, y a la vez, afiliada a la Asociación Interamericana de la Radiodifusión (AIR), con sede en las tres Américas.

Manuel Vicente Zapata; en aquellos días un hombre  joven, culto y bien preparado, fue el principal entusiasta de este proyecto; traía por delante un cúmulo de ideas y una gran experiencia de trabajo en la radiodifusión venezolana, lo que fue su mejor carta de presentación... Villa de Cura fue su patria chica y también su asiento familiar. Estimamos que aún no se le han reconocido a Manuel Vicente  sus muchos méritos por su condición de pionero de la radio, por su constante lucha y trabajo en el sector.

En la radio recién inaugurada lo acompañaba un staff de locutores profesionales venidos de fuera, con certificación del Ministerio de Comunicaciones., como fueron: Cesar Burguillos, caraqueño, llamado también Cèsar Luzardo: Juan Manuit, guariqueño; Ramón Antonio Delgado quien ademas de locutor fue periodista de medios impresos, de San Juan de los Morros; Miguel Sánchez Castro, de Ciudad Bolívar y Carlos Miguel López de Valencia; y  eventualmente se presentaban Rafael Coquito Méndez y Alfredo José Mena como invitados especiales. Sentado frente al panel de controles el maracayero Vicente Paredes Gil (posteriormente fue diputado a la Asamblea Legislativa de Aragua). Fueron muchos los animadores, artistas, comentaristas y periodistas que hicieron pasantía por la recién inaugurada estación. 

El popular Juan Seijas, un hombre con mucha chispa era el celoso centinela de la planta transmisora de Los Tanques. La secretaria ejecutiva que atendía la oficina fue la encantadora señorita Ana María Castillo Zamora, y al mismo tiempo la encargada de   recibir un sinfín de llamadas y responder cartas de los oyentes de La Villa y de otros pueblos vecinos.

En los días previos los locutores anunciaban la fecha de inauguración con bombos y platillos. El primero de mayo Día del Trabajador de 1955 hubo una extensa programación en vivo. Había  una gran cantidad de público, hombres, mujeres y niños de todas las edades, sentados y parados en un salón auditorio. El locutor de guardia frente a un micrófono de brazo y otro de cañón, y fotógrafos abriéndose paso tomando gráficas, daba una sensación de fiesta nacional. Los días subsiguientes  la radio continuaba su programación que comenzaba a las seis de la mañana y finalizaba a las once de la noche, regularmente.

La Radio tenía su noticiero matutino de dos horas en la voz de Miguel Sánchez Castro y Ramón Antonio Delgado; podía difundir noticias y problemas del acontecer, pero solo se radiaban las que los organismos permitían, los periodistas tenían que auto censurarse, incluyendo el vocabulario de los locutores. Ya que la programación diaria era previamente escrita y luego permisada  por un funcionario del M de C.. La  información nacional e internacional era generada por su  propia Agencia de Noticias.



En la gráfica Manuel Vicente Zapata, en el arpa el incomparable Saturno Linero y en la voz y las maracas el inolvidable Silvino Díaz, de la parroquia Las Mercedes. Foto cortesía de Editorial Miranda.

Abría la ´programación un concierto  de joropo aragüeño, en los nuevos tiempos llamado “Música Central”, con la presencia de los mejores arpistas como, Salvador Rodríguez, Evaristo Saldeño, Jesús Oliveros, Victor Ybarra,   Saturno Linero;  y cantadores como Margarito Aristigueta, Silvino Díaz, Rafael  Zarramera, Sandalio Hernández y muchos más.

A mediodía comentarios e información deportiva en la voz del bachiller Luis Manuel Hernández Acevedo y se hicieron muchas trasmisiones a control remoto de pruebas de ciclismo y desde el estadio de béisbol.. Música clásica para quienes querían deleitarse: una hora de concierto con las maravillosas obras de Mozart, Beethoven, Bach, Strauss; allí frente a los micrófonos estaba todas las tardes la coordinación, narración y comentarios del profesor Evelio Gutiérrez y el abogado Humberto Essa Acevedo. Acudían como invitados, notables figuras de la música e intelectuales.

En otro horario de la mañana, un espacio de diversión infantil dedicado a divertir a los “pitoquitos” de la casa, creado y caracterizado por M. V. Zapata, muy seguido por los infantes. Y para animar el domingo la inefable hora para aficionados con interesantes premios para los participantes. Los premios consistían en kola El Polo, pasta, malta y golosinas, pan dulce de la Panadería El Comercio.. Recuerdo que aquel, o aquella que salía raspado, lo detenía un mambo del sensacional Dámaso Pérez Prado que le ponían desde la cabina de controles.

Foto tomada en 1955 en Radiodifusora La Villa. Julio Martínez, Víctor Parra Díaz, Ramón María Acosta, Antonio Tamuche y el Gallo Andrés Delgado. Foto propiedad del Museo de Barbacoas
 
La Emisora “Radiodifusora La Villa” llegó a contar con su propio cuerpo de radio-teatro y comedias. También su estelar y dinámico programa de esparcimiento de  7 a 9 de la noche..Con el 100 por ciento de talento vivo. El nombre del programa fue “Variedades Pampas”, con la animación y conducción del vate Vinicio Jaén Landa con la interacción de Teobaldo Parra Coronado.

Se recuerda que Teobaldo Parra, Vinicio Jaén, Adelita Martínez y una chica venida de Guayana que llamaban “La Chiroca”; y  un personaje llamado José Sterling, artista  del humor, protagonizaban un espacio basados en libretos  del poeta Aquiles Nazoa, por ser el poeta caraqueño amigo de don Vinicio Jaen, productor y animador del programa.

El último horario del día era un espacio dedicado  al romance con música grabada en acetato para complacencias, dedicada a los enamorados,  la poesía en la lírica voz de Carlos Miguel López y poetas invitados.. La mayoría de la programación diaria era presenciada por un numeroso público que todos los días se reunía en un espacioso  auditorio de la emisora para presenciar los programas en vivo.

Yo como residía a cincuenta metros me gustaba ir a la radio a ver a la orquesta dirigida por el profesor Germán Cordero Padrón, con su cantante de todo género Armando Corniel; se presentó al cantante Héctor Murga; al  famoso Trío Los Latinos;  a la cantante peruana María de Jesús Vásquez; al maestro del bandoneón Alberto Di Maggio y el afamado intérprete de tangos Raúl Iriarte, acompañado de un grupo orquestal argentino, y otros más.

La gestión de contratación para presentar artistas venezolanos y extranjeros estaba a cargo del comisionado de la emisora en Caracas, señor Francisco Vásquez Cárdenas.

Actuaron en esta emisora una constelación de trovadores villacuranos como Raúl Pinzón, José Manuel González, Isabel Córdova, José Fagundez,  el bolerista José Campos, el tanguero Ramón María Acosta,; José Pérez,“El Moreno Porteño”; Ramón Serrano, el mejor tenor a quien la farándula llamó el Sadel villacurano, Teobaldo Parra Coronado, Eladio Lovera, José Chacín ”Gardelito”, Juan Bautista Alayón  Johnny Ramírez; el Trio conformado por los hermanos Víctor, Carlos y Ramón Parra. Actuaron guitarristas locales extraordinarios como el “che” Julio Martínez, Antonio Tamiche, Andrés Delgado “El Gallo”, “El Pollo” Luis Osìo, experimentado cantautor caraqueño; y un maestro de la Escuela Arístides Rojas, músico de guitarra, de nombre Rafael González.

El maestro Vicente Emilio Guevara y su piano maravilloso y el pianista "Chucho" Villasana también acompañaban a los noveles cantantes y otros artistas invitados  que escapan a la memoria.

Cada domingo en horario de la mañana la emisora trasladaba sus micrófonos para  la nave derecha del Altar Mayor de la Iglesia Matriz, desde allí  transmitía la misa el locutor Manuel Vicente Zapata, quien pasaba la Eucaristía de principio a fin. Nadie más que él tipificaba aquella narración, con un fondo de armonía sagrada. En el órgano el maestro Enrique Frezza,
 
“Vos autem benevite“…”Vos Obsecro Deus”, dibujaba desde el púlpito con voz profundamente conmovedora el padre Tulio Vitorini o el párroco Vittorio Tomazett. Tenía el oyente impedido por alguna circunstancia el privilegio  de oír la misa de 9 am los domingos, como si estuviese presente, con solo buscar en el dial  los 1170 de “Radiodifusora La Villa”.

La Emisora hacía presentaciones especiales con artistas nacionales, por lo demás se cuenta que actuó Simón Díaz, recién comenzando sin ninguna popularidad nacional . Se le ofrendaron homenajes al poeta Aquiles Nazoa recitando Vinicio Jaén sus poemas, y  Luis Fracachán y su guitarra, autor del tema “El Norte es una Quimera”. Contando con la pomposa participación de la agencia  "Producciones José Sterling". En aquel entonces, casi no se utilizaban grabaciones ni enlatados. Como ya dijimos, el noventa por ciento de la programación se transmitía en vivo.

La destacada concertista, bandolinista y violinista villacurana doña Otilia Martìnez Briceño, de la dinastía musical de los Briceño, disponía de un espacio de una hora, para deleitar al público presente con sus finas y variadas interpretaciones. En el estudio "A" se asomaban los rostros de los habitantes para disfrutar de su actuación.

En medio de aquella dictadura perejimenista, no era fácil el trabajar en la radio, aunque hoy el veto se continúa aplicando por Conatel pero en forma disimulada. En aquellos días era ejecutada directamente por un  funcionario que usaba un lápiz de tinta roja y trazo rápido, a fin de tachar todo aquello que no se debía transmitir durante la programación regular y cotidiana.

Nos contó una experiencia Manuel Vicente  Zapata en su casa de campo de Los Tanques, la  oportunidad que la emisora Radiodifusora La Villa fue acusada de quebrantar normas por su apego a la democracia; por cuya razón lo vino a recoger a la propia Radio, una legión de hombres de la temible Seguridad Nacional, para que que fuera a  pasar una temporada en la Cárcel Modelo de San Juan de los Morros, hasta el 23 de enero de 1958 cuando ocurrió la caída de Pérez Jiménez..

La vida independiente y la fama repentina de esta emisora villacurana fue relativamente corta, apenas tuvo una duración de tres o cuatro años; no se puede negar que para los villacuranos aquellos fueron unos años alegres y felices por contar con la primera  emisora de Radio.

A nuestro  modo de ver, “Radiodifusora La Villa” tuvo prácticamente dos historias; la que se inicia en Villa de Cura aquel primer día del año 1955; y la otra,  cuando llega a convertirse en repetidora de la programación cotidiana de la más potente cadena de Radio que se haya conocido en Venezuela. La verdad es que tuvo una duración efímera a pesar de los esfuerzos de su director y gerente general Manuel Vicente Zapata

Según se pudo conocer sus dueños reales sin conversar con su director Manuel Vicente Zapata, de un solo plumazo la traspasaron en su momento más cumbre al mejor postor.
 
En ese tiempo el Ministerio de Comunicaciones había sorprendido a sus directivos con uno de los galardones más preciados en la comunicación radial,. “Radiodifusora La Villa” fue certificada oficialmente, nada menos, como la Emisora con la mayor trasmisión de programas en vivo de toda Venezuela. Además se sabía que contaba con la antena repetidora  más grande de Latinoamérica. En sentido general los villacuranos le debemos mucho a Manuel Vicente, por su lucha sin descanso en favor del progreso del pueblo de Villa de Cura..."Radiodifusora La Villa" fue su obra fenomenal en la radiodifusión venezolana de mediados del siglo pasado.

Así terminaba la vida de “Radiodifusora La Villa”, convertida en un empeño imposible. Muchos de los que fuimos jóvenes en aquel tiempo la seguimos guardando en el corazón. Aquel pequeño pueblo que la vio nacer, también, poco a poco la sentía desparecer; pero al mismo tiempo  marcando el camino como un legado de la radiodifusión venezolana. En el terreno de Los Tanques siguió operando como Radio Rumbos La Villa, con personal designado por el Gigante Rumbos..
No podíamos limitarnos a una Radio ajena, teníamos que crear la nuestra propia. En el municipio Zamora del estado Aragua cuya capital es Villa de Cura, en la actualidad operan  una cantidad de  emisoras de radio, con una extraordinaria programación y amplia sintonía, cada una cuidándose de cumplir las normativas y mostrando sus propios recursos humanos para la emisión de sus mensajes.

Manuel Vicente Zapata. Foto archivo Manuel Vicente, su hijo. Corregida por R. Alfredo Corniel


Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis,  febrero/ 2016.







                 






sábado, 19 de marzo de 2016

RAFAEL RODRIGUEZ GALINDO

                               Foto copiada del álbum de la escritora Rosana Hernández Pasquier

 Por Oscar Carrasquel



Tenía años, Rafael Rodríguez,
Amigo y hermano, sin verte,.
Hoy vi tu retrato entre  notables
en el centro de una toldo 
reunido con el Zen Rodai Shin .

Resaltan  maestros budistas  
Hombres y mujeres de reputación 
Tropa de sabiduría de oriente
El Budismo en su estado más profundo.

Tú, entre todos, el más conocido
De oscuro gabán ibas trajeado
Con tu pelo cano
y cerrada barba 
Como la que lucen los hombres sabios.

Paz, fe y sanación.
Estas tres oráculos ,
Como música que embellece al alma
Te brinda ese sagrado Monasterio
bien serio predicando meditación.

                                                              

Viernes de Concilio de 2016

martes, 15 de marzo de 2016

ESTAMPA DE VIERNES SANTO

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Santo Sepulcro de Villa de Cura. Foto archivo Ramón Alfredo Corniel. 



                                                                         ESTAMPA DE VIERNES SANTO 

                                     Por Oscar Carrasquel                                                                                                                             

Viernes de Jesús crucificado,
la mañana se va por esas calles
con su lenta monotonía,
cual sombra entristecida .

Por la calle Real
marcha la reliquia
con su corona lacerante
lleno de luces 
y sepulcral silencio

Observo de cerca
su postrera mirada
con amor supremo
a sus cofrades.

El cuerpo de Jesús yace,
abrazando fuerte
Con un manto de lirios blancos 
de vaporosa luz en los costados.

En la esquina de la plaza
el cortejo se detiene. 
A la izquierda cruza la procesión,
vibra  la monotonía de un tambor
como un cansado latido de corazón

!Taranpampà...Taranpampà!.

Empieza a dibujar la orquesta 
las notas de la Marcha Yone.
Un chasquido de pasos vacilantes
le va cortando un pedazo a la tarde.

Una sed de velas y de rezos
-sin detenerse- hacia los cielos
acompañan a la religiosa marcha
en línea recta a su aposento.

En la esquina revientan voces
de canción en verano 
y aplausos de la muchedumbre 
en el abrasador sol.

Son las 2.30 de la tarde
La imagen del líder de la Cruz
va haciendo su entrada
al portal del Templo.

                                           


Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, Viernes Santo de 2016

jueves, 10 de marzo de 2016

PRISCILA BOLÍVAR DE IZZO EDUCADORA CON MÁS DE TREINTA AÑOS EN EL MAGISTERIO

                                    
                                                                
     
                                                                                                      Por Oscar Carrasquel



Para conocer y hablar de la condición humana de Priscila Bolívar de Izzo  y  de su carrera como maestra  es  preciso  abrirse y desgajar el alma hasta  más allá del infinito. La conocemos  de trato desde que  yo era un niñ, la vi crecer en ideas y mentalidad, conozco su estatura humana y supe de sus vínculos con la educación. Primero en su casa de familia, y después al servicio de Instituciones educativas públicas. 

Priscila de Izzo, es actualmente maestra jubilada disfrutando de la tranquilidad del hogar, bien merecido ya que entregó algo más de treinta años de  su fructífera vida al ejercicio de la educación en Villa de Cura. Todo este tiempo (1947-1978) en las aulas de la escuela “Arístides Rojas”. Ella viene de una familia de educadores: Su hermana Tulia Isabel, también abrazó la carrera de las aulas desde muy joven  y Josefina, su hermana más chica, se inició en el trabajo docente y hubo de retirarse después de casada .Y el único varón, Aníbal José, se gradúa de clérigo en el “Instituto Diocesano Mayor de Caracas”; ejerció el sacerdocio y luego de renunciar a su vocación sacerdotal siguió cumpliendo misiones vinculadas con la iglesia católica y con Dios. De allí salió  bien preparado. Le tocó cumplir misión en varios países de América del Norte y Europ, era multilingüe, nos enteramos después que dominaba nueve idiomas. Desarrolló además una importante labor pedagógica religiosa. 

 Priscila Bolívar, alta ,robusta, morena de piel, nació  el 16 de enero de 1923,  en la Villa de San Luis de Cura.  Casó con Francisco Izzo Maure, de familia italiana, conocido en todo lugar como “Musiù Izzo”.  Trabajar la tierra era  la rutina de su marido, el hombre sembraba una parcela en el hermoso valle de Tucutunemo, cuando estas tierras eran un emporio en la producción de rubros agrícolas y de ganadería. De esta feliz unión nacieron José Francisco, José Aníbal y Thaimi Rafaela Izzo Bolívar. No se detuvo aquí  este interminable recorrido, todo lo contrario, el camino se  hizo más ancho, multiplicándose en nietos y biznietos..

Fue su padre don Aníbal Bolívar, oriundo de Valencia, un hombre alto de sombrero, de poco hablar y de noble trato; acá en La Villa ancló para quedarse el resto de su vida. De profesión herrero, conocedor del arte de fabricar hierros para marcar ganado y restaurador de herraduras de caballos, fabricaba empuñadura para armadura.

La experiencia la trae de Río Negro y sus alrededores, donde se hace experto de alistar caballos para  el combate en el cuerpo de caballería del Coronel barloventeño Tomás Funes, toda una leyenda en el Territorio Amazonas en las primeras décadas del siglo XX. En aquel entorno de hostilidades y refriegas había que poseer arrojo y tener presente la delicada advertencia de Funes, que “Sin una buena herradura no había caballos para la guerra”.

Instalado en Villa de Cura, el maestro Aníbal Bolívar se dedicó  a lo que sabía hacer,  al trabajo de herrería, instaló su propio  taller en la calle Sucre.  A un niño de mi edad en aquel tiempo le resultaba curioso ver a aquel hombre soportando calor frente a una fragua de fundición y golpeando un yunque. Claro, debía de entregarse a esa jornada para garantizar el sustento familiar y el estudio de sus muchachos.
La madre de la maestra Priscila fue  doña Elvira  Antonia  Rodríguez de Bolívar, nativa de San Juan de los Morros, generosa como pocas, de quien no podemos olvidar su sonrisa de cariño. Parecía una monja. Católicos fervientes todos y sembradores de valores.. Un hogar con el Corazón de Jesús y  Viden de Lourdes  de Lourdes como estandartes.
Allí nos enseñaron que debíamos amar a Dios por sobre todas las cosas, como primer mandamiento. La devota familia acudía a oír misa todos los domingos y días de festividad religiosa ..Aquella trilogía de jóvenes maestras para la educación y para la vida, en la gestión del gobierno del maestro Rómulo Gallegos logró con voluntad y sacrificio poner a marchar una “Escuela Unitaria” de su pertenencia. Utilizaban técnicas educativas tradicionales,  empezó a funcionar en su modesta casa de habitación de la calle Urdaneta, entre Miranda y Sucre. Y allí comenzaron  la titànica labor de enseñar. Pasado el tiempo Tula y Priscila lograron obtener sus títulos de Maestras Normalistas,  en aquellos antiguos cursos de "Mejoramiento Profesional del Magisterio" en Caracas.
Aquella fue nuestra primera escuelita  y funcionó en la misma cuadra y acera donde vivíamos.. Era  una habitación  confortable  donde comenzaron a enseñarnos a un grupo de niños y niñas de diferentes edades y niveles las primeras letras. Era una de las pocas que existían en La Villa. Tendría yo algo más de siete años cuando me inicié.
De allí pasamos directamente con suficiente preparación a estudiar tercer grado en la escuela nacional “Arístides Rojas”. En esta casa de estudio nos dio el visto bueno sin presentar exámen de admisión su director, el siempre recordado bachiller, exquisito violinista y tribuno  don Víctor Ángel Hernández.Hoy la maestra Priscila ya supera la barrera de los 93  años de edad.  Camina lento.. El tiempo le arrugó la piel pero no la memoria. Nos hizo comprender durante la conversa que conserva una lucidez sorprendente,  aunque ya debe apoyarse en un bastón para no perder el equilibrio. Está pendiente y recuerda con nitidez a todos los seres que la rodearon,  cuando los  apellidos de la vecindad se pronunciaban: Infante, Linero, Matute, Pineda, Barrueta, López, González,  Paredes, Almeida, Carrasquel, Sarramera, Hernández, Mendía, Martínez, Garrido y Arteaga-Montenegro, entre otros. 

Maestra de generaciones enteras de villacuranos. Cuántos de ellos después fueron graduados en universidades de prestigio en Venezuela.. Fueron los mismos que desfilaron por aquellas bancas de madera en hileras, y su salón de clase oloroso  a  lápiz Mongol y a tiza de pizarrón, y el resonar de aquel bullicio juvenil que tronaba en los oídos. 

¿Quién no evoca a su primera aula de clases? ¡Quién no recuerda su primera escuela? Quién no retiene el nombre de su primera maestra?. La que nos metió en la cabeza las primeras letras. La que nos enseñó a deletrear. A juntar aquella cantidad de signos del abecedario para formar silabas y oraciones. La primera que vio  el dibujo sin buen cálculo que hicimos del Escudo y  el Pabellón Nacional.  La que muchas veces nos llamó la atención y nos reprendió. La que nos enseñó a  venerar  el  retrato de nuestro Libertador Simón Bolívar, sin maquillaje en su cara.  La que nos acercó al hábito de la lectura. La que le oíamos en silencio aquellos “dictados” salidos de sus labios ingenuos. La que nos inculcó que deberíamos ser honestos y responsables y la que nos hizo ver  que las letras  eran para toda la vida..Uno no sentía que ella era la maestra sino nuestra madre.

La maestra Priscila fue una dinámica activista en la defensa de los derechos de los educadores, y sobre la marcha de su acción docente, arrima el hombro para impulsar la fundación de la seccional  del Distrito Zamora de la “Federación Venezolana de Maestros”. Y luego  de retirada  dedicó sus esfuerzos junto a  Lourdes Cáceres, Ligia Montenegro, La Nena Cira Esaà y un grupo de maestros y maestras que siguieron su legado, a la creación de la sede zamorana de la “Asociación de Maestros Jubilados y Pensionados”. En diversidad de ciudades y pueblos del estado Guárico y Aragua y hasta en Caracas fue muy conocida por sus actividades gremialistas.
Para corresponder a estos sentimientos  hubiésemos querido en su momento secar las lágrimas cuando sintió la punzada en el corazón de perder  a  Don Aníbal, su padre,  a Doña Elvira Antonia, su madre, a Tulia Isabel, la hermana que le seguía,   el brumoso recuerdo de la muerte de su hermano Aníbal José, asi como también la despedida para siempre de José Aníbal, uno de sus hijos. 
La poesía es bella y siempre hemos percibido que toda mujer algo de ella lleva muy adentro. Pues  hoy, la maestra Priscila  ha expresado ese sentir y nos ha demostrado que posee la inspiración de una mujer que escribe canciones y versos, y hasta un acróstico con el título de “Oscar”, como un puñado de delicadas florecitas ha puesto hoy  sobre mis manos.
Muchas veces, según me cuenta una hija educadora Thaimi en la quietud de las tardes veraniegas  o en noches de retozos de luceros, cuando la brisa  sopla por el noreste,  sus hijos, nietos y biznietos la escuchan  en un rincón de la casa, vocalizando  un manojo de  versos o susurrando viejas canciones. 
Fueron numerosos los reconocimientos y condecoraciones recibidos durante su ejercicio profesional: entre los que se pueden contar: Condecoración 27 de junio, otorgada por la presidencia de la República de Venezuela;  Orden Hilda López Graff,;Orden 60 Aniversario de la escuela Arístides Rojas; Orden al Mérito San Luis Rey; Orden Luis Beltrán Prieto Figueroa, Orden Ciudad de Villa de Cura,  entre otras más.
Son más de nueve décadas de dignidad, de bendiciones, aquellos que se fueron al más allá, y ahora los  hijos, nietos y biznietos y demás familiares que quedan disfrutando de su presencia. Bendígalos a todos maestra Priscila Bolívar de Izzo,  a todos  los  que fuimos sus discípulos ayer, que  su  bendición es la más grande satisfacción para agradecerle tantas enseñanzas en este transitar. Usted fue la  maestra que les puso a estos viejos caminantes las primeras luces en este prolongado camino.  Nada nos  satisface h de mas de alegría y orgullo  hoycuando se celebra en toda Venezuela el Día del Maestro.. Que Dios la cuide siempre maestra Priscila.


 Oscar Carrasquel.  La Villa de San Luís, 15 de enero 2018