Aníbal. Foto propiedad de Editorial Miranda
Por Oscar Carrasquel
ANIBAL
Un Aníbal en camiseta,
tostados los zapatos
y flojo el pantalon
sujetados por un cordón
Carita de pájaro errante
mirada incisiva
mimado por la brisa
Entre tranco y tranco
doblaba las canillas
como alcaraván en la orilla
Andaba la población
en cualquier dirección,
de brinco en brinco
y de risita en risita,
La calle Comercio
con su fronda verde
era su ruta de ida y venida
Querìa decir mil cosas,
haciéndose sentir
en el fugaz vuelo
de una estirada sonrisa
De pronto sentía
que la vida era una melodía
Extendía su brazo derecho
como una lanza sobre su pecho
y temblando consigo mismo
ponía a contonear su cuerpo
Aníbal fue la atracción
en una procesión del Santo Sepulcro
y en un velorio de Cruz de Mayo
En las tardes penosas
de redoble de campanas
cuando sentía entrar
un ataúd al Templo
(para el responsorio)
le brotaban lágrimas verdaderas
sin saber quién era el difunto.
Afligido de dolor
al cortejo acompañaba
por el habitual camino.
Agobiado,
caminando el largo trecho
enjuagaba con lágrimas
sus piadosos ojos almendrados
Andaba en su afán cotidiano
deambulando por el vecindario
gozoso, generoso y humano
Impedido de mimar a los niños
que atinaba a ver en la calle.
Frotando sus manos se les arrimaba
como un pájaro hipnotizado.
Entre mis sienes aún dormita
aquel angelical muchacho
como un juguete guardado
Un día le tocó cruzar la senda
que no tiene tornada,
cuando sin piedad la muerte
le vino a tender una celada.
Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, mayo de 2017
Foto: Revista Expresión No. 28. Cortesía del coleccionista Elio Martínez.
Lo conocí Y LO RECUERDO UN PERSONAJE DE LA VILLA MUY QUERIDO, LAS MADRES LO UTILIZABAN PARA HACER QUE LOS NIÑOS COMIERAN , COME AYI VIENE ANIBAL Y SE LA VA A COMER, ...
ResponderBorrarGRACIAS Sr. Oscar... Gracias por plasmar en esas líneas tantas cosas que nos hacen recordar siempre a mi tío Aníbal, un ángel que nos envió Dios para enseñarnos a creer que existen personas que poseen tanta inocencia.
ResponderBorrarPERSONAJE DE MI VILLA DE CURA, CUANTOS NIÑOS COMÍAN OBLIGADOS POR QUE YA VENIA EL LOCO ANIBAL Y LE QUITARÍA LA COMIDA(DECÍAN LAS MADRES),JEJEJJEJEJE
ResponderBorrarUn buen escrito poetico, para todos aquellos que tuvimos el gran placer conocerlo, guardamos un grato recuerdo de sus andanzas villacuranas. Gracias don Oscar por gran detalle
ResponderBorrarUn buen escrito poetico, para todos aquellos que tuvimos el gran placer conocerlo, guardamos un grato recuerdo de sus andanzas villacuranas. Gracias don Oscar por gran detalle
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