lunes, 15 de mayo de 2023

YANETH Y SUS AMIGOS A TRAVÉS DE LA RADIO

 

YANETH Y SUS AMIGOS A TRAVÉS DE LA RADIO

Por Oscar Carrasquel

Este programa de radio muy sintonizado tiene serio propósito, está con Dios. Lleva una agenda humanitaria de largo camino aquí en esta tierra villacurana. Conducido por personas de oración. Saben animar y hacer radio. Se trata de una emisión única de sentir social que ya tiene dos años en el aire y se transmite por la emisora Radio Artesana FM 105.5, identificado como YANETH Y SUS AMIGOS. La producción y dirección es de nuestro amigo Alexis Guevara Pérez. Su cara y su voz son bastante conocidas detrás de un micrófono, como conductor y moderador de varios programas radiofónicos  con dotes de audaz entrevistador.

YANETH en una dama de mente clara, de voz y movilidad reducida por haber sufrido un trastorno desde su nacimiento,  pero ha puesto de su parte y  logrado, gracias a Dios, desarrollar una capacidad e  inteligencia, se le ve de buen ánimo para de alguna manera comunicarse con la audiencia.

 Lo que llama la atención es que a la querida amiga  JANETH no la detiene nada, le gusta ayudar a su amigo Alexis y compartir su gusto en un estudio de radio.  Ella es quien propone y hace la presentación de las figuras invitadas. Tienen seguidores virtuales que interactúan y les escriben. Hoy día a estas alturas existen personas autistas que son profesionales universitarios, dictan conferencias, hasta son investigadores de la NASA.

El mencionado programa de radio está dirigido a los padres,  a las familias que tienen a su cargo un niño con necesidades y condiciones especiales, en particular los que padecen de autismo y otras discapacidades. En dicho espacio que se transmite todos los martes entre las 4 pm a 5 pm se le da cabida, tanto a maestros especialistas, médicos, sicólogos, neurólogos, y de manera específica a los padres y representantes que tienen niños con esta condición, para que cuenten sus experiencias, y con la rutina de interacción social sirvan de orientadores con el fin de lograr disminuir los temores sobre el presente y futuro de estas niñas y niños.

Hay que tomar en cuenta que ellos pertenecen a una comunidad demasiado vulnerable y requieren de una enseñanza sicológica y pedagógica adecuada,  es preciso explorar y valorar su esfuerzo y dedicación. No es difícil comprender que las personas que padecen de autismo merecen nuestro respeto y consideración igual que cualquier otra de condición normal. Creo que este es el único programa de su estilo que se transmite en la actualidad. Por eso es que no tenemos duda en ponderarlo y al mismo tiempo recomendar esta presentación que sirve a la humanidad que conduce acertadamente el locutor y narrador Alexis Guevara Pérez, del cual somos fieles y satisfechos seguidores.

Esta audición gratamente comentada cobra mayor importancia debido a que últimamente han surgido señalamientos, según el cual un servidor público burlón elegido por el pueblo, ubicado en el oriente del país, se pronunció de manera despectiva y con palabras vejatorias para este sensible sector de nuestra sociedad. El hecho hirió a padres, abuelos y hermanos y otros miembros de la familia de estos niños, así como a las altas personalidades de la Oficina  ONG.

El mencionado espacio de Alexis y Yaneth es como una familia haciendo ruido.  Es costumbre y es ley, tener el acompañamiento frente a la consola del mozo Ángel Mendoza Martínez “Wilki”,  encargado de animar la audición generando una variedad de temas de grandes eminencias musicales.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís mayo 2023

miércoles, 3 de mayo de 2023

EL ANIVERSARIO DE NUESTRA CIUDAD Y UN CONJUNTO DE REMINISCENCIAS . QUÉ NOS QUEDA

 

                                          Foto referencia bajada de Internet ruta indicada al margen. 

"Nada existe mas valioso, mas fuerte, mas dulce, mas sano, ni mas útil para el porvenir que el querido recuerdo de la infancia". Feódor Dostoievski


Por Oscar Carrasquel


A través de una larga experiencia, así tengamos los años de una vitrola vieja, hilvanamos y contamos paso a paso sobre el camino transitado y lo dejamos guardado en el grato baúl de los recuerdos. Es una hermosa senda de la vida de la que nos sentimos orgullosos. Nuestra juventud fue bonita y algo distinta Ya lo hemos dicho en anteriores escritos, campeaba la pobreza pero dentro de un ambiente de enseñanza y de dignidad, respetando la propiedad ajena.. Nuestra juventud fue de dedicación al calor del hogar y de respeto mutuo, preocupados por el estudio,. de trabajar desde temprana edad. De gusto por la gimnasia y los paseos, de bañarnos en los ríos y atracción por el campo. A veces por simples tonterías los muchachos nos dábamos puñetazos a la salida de la Escuela Arístides Rojas, pero enseguida estábamos juntos.. Entregados al ejercicio del deporte y a la sana diversión. Todo esto nos guió en la vida y deja una marca indeleble que nunca se olvida, con todas sus vicisitudes, con tropiezos, resbalones  y caídas. 

Los años transcurridos hacen que todo evolucione. Hemos andado y desandado caminos y conocido otros mundos, con acierto y también con errores. En la salud y en la enfermedad. Los años de experiencia nos han convencido que la juventud que nosotros conocimos fue nuestro mejor trofeo.. Hablamos de esto sólo para hacer una retrospectiva del camino  recorrido, en esa etapa inolvidable de nuestra vida. Contar  una parte de los años juveniles es lo que nos anima en estos momentos difíciles..

Nuestra amada Villa de Cura, para quien no la conoce, es una ciudad rodeada de colinas que se elevan por todo su contorno, conformando un pequeño pero hermoso valle: donde se forma un bonito paisaje. El Vigía, Platillón, Cerro Azul, Picacho Blanco, Barranquilla, Cerro Pelón, Los Chivos, El Calvario, y La Virgen, se cuentan entre sus cerros.  Y un cañón por donde se desparraman los valles aragüeños hacia los llanos guariqueños y apureños y al sur de nuestro estado Aragua.. 

Hace más de seis décadas atrás Villa de Cura era una ciudad de ríos rumorosos y de aguas limpias por todos lados. Y de ese fluido abundante en el subsuelo. En todos sus linderos se sentía el accionar de la naturaleza. Había que saber lo que era antes Pozo Azul y sobre todo el pintoresco Valle de Tucutunemo desarrollado por una amalgama de gente criolla conjuntamente con algunos emigrantes europeos.de la postguerra. 
Hacen años en El Cortijo  no se percibía  otra cosa que el riego por gravedad y aspersión, siembra y cultivo de extensos sembradíos de maíz, tomate, yuca, papa, aguacate, caraota, pimentón, hortaliza, además  cría de ganado vacuno, porcino y caprino.  A un costado de la vía a El Cortijo siempre había una bodega que vendía toda clase de víveres con un caldero de chicharrón y carne de cerdo, y un budare de la típica cachapa.. Tucutunemo era de fama nacional. Uno de los programas importantes fue la producción que se daba de Semilla Registrada y Certificada de maíz, papa y caraota de la mejor calidad, requerida por los productores de la Colonia de Turén  y Asociación de productores de Calabozo estado Guárico, sin olvidar el estado Cojedes y Portuguesa... 

Había que ver la cantidad de litros de leche y sus derivados que durante invierno y verano salían para consumo interno y hacia el centro del país de las haciendas  "La Providencia", "El Ancón", "Montero", "Santa Rosa",  "Caicara"  "El Banco",  "El Ocumo", "La Lagunita" y granjas de medianos y pequeños productores de Los  Bagres, El Pao de Zarate y El Cortijo. La base de eso es el cruce de ganado criollo con el mestizo.

Es obligatorio recordar aquellos tiempos de abundante cosecha cuando se podía observar en fila india los camiones 600 y 750 cargados hasta la coronilla de productos para ser  llevados a los Mercados Periféricos de Caracas y el centro del país. Es muy saludable recordar que los dueños de parcela, a mucha gente del pueblo le daban luz verde para el "rebusque", que no era otra cosa que el aprovechamiento de los frutos que en su paso dejaba las máquina cosechadora.. Seríamos injustos sino reconocemos el asesoramiento de las Facultades de Ciencia Veterinaria y  Agronomía de la Universidad Central de Venezuela, y por otra parte el interés del MOP en el asfaltado de la carretera para El Cortijo.    . 
Seguramente los villacuramos de esa época y los que han  emigrado  recordarán que a mediados del siglo pasado, algunas familias se organizaban en romería a visitar estos parajes y a bañarse y  pescar en el río  río Tucutunemo, porque siempre había en su curso una abundante cosecha de palometas, bagres, palambras y corronchos.

              En la gráfica están  Rafael "Rafucho" Castillo Zamora, Justo Ilarraza, José Carrasquel y Raúl Carrasquel. Foto archivo O. C. 


Si uno deseaba disfrutar de un  suculento hervido de "roncador",  o de una ración de pescado frito, solo había que llevar al río  anzuelos, un caldero, manteca y  fósforo, porque el río le daba el alimento, y el bosque el haz de leña para el fogón. 

En los días de infatigable calor veraniego, de sol ardiente, los villacuranos de diferentes  edades y estratos, nos fuimos acostumbrando a darnos un baño en las pozas que se hacían en el curso del río Guárico. La mayoría de las veces  en excursiones dominicales. (Salíamos después de desayuno y regresábamos con el ocaso).... No está demás de recordar cuando por vía de la jubilada de nuestras horas de clases, burlábamos el seguimiento de los policías escolares de nombre don Brígido Alagar y el señor Lucio Reina..
 
¿Cuántas veces el grupo, de los cuales son muchos los nombres,  pasó buscando por su casa a nuestro amigo Rafael Pasquier Suárez?. Su madre fue doña Ana de Pasquier, recuerdo que para esos paseos al río,  nos brindaba una bandeja de tortas de "merengues" para que lleváramos de bastimento.

Marchábamos a pie  por la carretera de macadam disfrutando del paisaje y de sus campiñas; inocentes derribamos con hondas las palomas turcas y las iguanas de las ramas de los samanes y caros, para degustar  la delicia de sus huevos salcochados. A disfrutar de las plantas frutales que crecían silvestres entre plantíos y en  las márgenes de los ríos. Los muchachos t adultos derrochábamos el gusto  comiendo frutas de mamón, mango, algarrobo, cotoperíz y jobo.. 

También viene al recuerdo los verdes aledaños del encantador río Tucutunemo, con sus pájaros de todas las especies sobre la arboleda. Los pozos que surcaban su caudal fueron nuestros mejores cómplices también frecuentados por las lavanderas de Las Mercedes:, "Quita Calzón", "El Caracol". "El Deleite", "La quebrada de las lavanderas" y "El Paso del Caballo", fueron una delicia.. 

A un costado de la carretera a San Juan de los Morros se ubican los pozos de "Quebrada Honda","La Planta" y  "El Carmen". En el limítrofe de Aragua con Guárico a orilla de carretera, "La Quebrada de Piritu"; siguiendo mas adelante  las profundas aguas del "Salto de Piritu"..

Del curso del  río "Guárico", un río anteriormente invadeable , tan solo quedan  sus barrancos y uno que otro pozo de aguas fétidas, restos de neveras y cocinas , envases vacíos de todo calibre y unos cuantos zamuros disfrutando de la siesta. 

Flamea en la pantalla del recuerdo el balneario bajo el puente de la vía a Santa Rosa, con sus clarísimas y rumorosas  aguas   que descienden desde la Sierra del Sur. Allí calmaron su sed y llenaban sus taparitas de agua los  Peregrinos en febrero.  

La inolvidable quebrada "Curita", metida entre un nudo de árboles, en cuyos remansos se  lanzaban anzuelos y redes para la pesca; y en especial las muchachas y muchachos se bañaban en las pozas que dejaba la crecida por el invierno.. 

Las aguas represadas del "Paredón de la Represa". En su orilla los carreteros saliendo de la montaña se bañaban  y ponían a beber a sus cansadas mulas. En sus tranquilas aguas abundaba la sardina, la anguila,  guabinas, empollaban los gallitos de agua, nadaban en las tardes los patos silvestres y pernoctaban las garzas blancas y paletas en sus garceros.  

Por la salida de La Villa vía a Cagua los pozos "El Caño", la "Quebrada de Guayabal", convertida en aguas cloacales. Y de la misma parentela le sigue el caño  "La Chapellinera", bajo la sombra de amables árboles y bejucos que muchas veces usábamos como trampolín. . 

El río "Las Minas", corría libremente en invierno y verano,  ahora solo corre cuando son muy fuertes las precipitaciones en su cabecera.. 

Evoco en en esta crónica el caserío "Los Tanques", porque en medio de un bosque de cujíes, existía una laguna natural, allí iban a realizar su faena y echar cuentos las lavanderas del barrio Los Colorados. 

Por la cercanía de San Francisco de Asís o Garabato, hay una chorrera de abundantes aguas cristalinas que se deslizaba por un elevado tobogán de piedras azules, bautizado  "La Ceniza". Algo así como un "Tobogán de la Selva" amazónica en miniatura. Me echan el cuento que ahora sus aguas se fueron evaporando..

Todavía es tiempo de memorizar, toda esa maravilla de bondades que nos brindó  Dios a los villacuranos, que marcaron un tiempo de excelente progreso, ya no están, pensamos que lo que ocurrió realmente es que el hombre los abandonó, nunca los  cuidó y ni lo supimos valorar,  Cuando fuimos niños y adolescentes nos hicieron saltar de alegría,y por esa razón no deja de causarnos  nostalgia y dolor el agrio vino que bebemos en las tempestades. 


Oscar Cattasquel. La Villa de San Luís,  25 de mayo 2021.



Sitio web de la imagen de entrada: http://imagenesde

  LAS LAVANDERAS DE LA PARROQUIA LAS MERCEDES


Por Oscar Carrasquel

De aquella pequeña urbe que era Villa  de Cura en la cuarta década del siglo xx cuando no había llegado el servicio de acueducto de agua por tubería, la dedicación de lavar y planchar para la casa y también servían ajeno, fue una extenuante labor femenina muy utilizada en la época. Esto nos hace remontar y recordar a las lavanderas en el otrora primoroso río Tucutunemo. Hay que hacer notar que los usuarios del casco urbano, en ese entonces, se surtían de las llamadas pilas públicas para el agua potable y demás servicios de la casa. .

El río Las Minas, El Paredón de La Represa, la quebrada Curita, el río Guárico y pequeños arroyos de aguas primorosas y limpias que emergía del cerro El Vigía por el lado del cementerio, fueron testigos. Pero más famosas fueron las llamadas lavanderas de Las Mercedes procedentes de los rincones más humildes. Yo no lo viví en esa época,  lo conocí más adelante en los años de adolescente, sin embargo la historia se encuentra en la memoria de personas bien conocidas en la Parroquia, y uno miraba con compasión a la gente que por necesidad elemental realizaban este noble trabajo. 

Las mujeres bajaban en romería con sus petacas sobre la cabeza llenas de ropa sucia,o bien bajaban por las barrancas del rió Tucutunemo, bien de mañanita; muchas veces tenían que utilizar la fuerza  del hombre de la casa para que ayudara con la pesada carga, pasaban dos días de la semana en la ribera del río muy cerca del puente y aguas abajo. Había un nacimiento de aguas en la falda del cerro que todavía se llama “Quebrada de las Lavanderas”, convertido hoy en caserío.

Con un liviano mazo de madera en una mano se golpea la ropa ahogada en jabón azul para sacar el sucio Y la estregaban con una pajuela de costilla de res. En la sofocación de mediodía cocinaban y los arboles les obsequiaban sus frutos, mientras los rayos de sol secaban la ropa, las prendas de vestir finalmente eran tendidas sobre los pajonales, y más aún sobre las piedras azules que se asoman en la corriente y en las orillas del río, hasta que secaran.

Se dice que en aquella época las lavanderas compartían  saberes populares, establecían una especie de  familiaridad, abordaban vivencias,;criticaban, dejaban caer refranes; chistes picantes; se valían de la chispa criolla para acompañar la tertulia en el trabajo. Se escuchaban cosas jocosas como esta : "a fulana se la llevó el novio anoche". 

Al terminar en horas tempranas de la tarde, después de degustar de un suculento hervido de corronchos, regresaban todas en fila india para sus respectivos domicilios  a completar los oficios hogareños. Con el paso del tiempo por allá por la década de los 50, el Concejo Municipal de Zamora privilegió, en primer lugar, a las lavanderas de Las Mercedes, le acondicionó unos cubículos bajo techo en un sitio céntrico para que desarrollaran su actividad, dotados de bateas de cemento, y por supuesto agua por grifo, ubicado estos lavanderos al final de la calle Jaime Bosch con la calle Montenegro. 

No había llegado el modernismo del detergente en polvo al menos en los 60s. Aquello se parecía una samplabera. Comentarios por aquí y por allá. Las lavanderas se volverían a juntar pero en un ambiente diferente.. Aunque a decir verdad la mayoría siguieron lavando por el curso del río, quizá para oír el canto de las aves y el chillido de la corriente. El comentario es que no soportaban el olor del cloro que venía por la tubería y de  los desinfectantes, preferían pisar sobre la tierra mojada, para ellas era vital andar por las playas del río Tucutunemo en las frescas mañanas de Las Mercedes..Dos veces a la semana se oía el canto de trabajo de una fila de damas equipadas con tobos y canastos repletos de ropa sobre la cabeza, Entre las laboriosas mujeres que mantuvieron esta tradición y que desparecieron por completo conocemos los nombres de María de Jesús Rincones, Dominga Farfán, Aleja Almeida, Isidora Morgado, Ecolástica Flores. Teófila Bello y una morena que mentaban Joaquina, que levantaron sus hogares en la Parroquia Las Mercedes..

Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, octubre 2022