martes, 29 de septiembre de 2020

HUELLAS DEL CORAZÓN

 

  HUELLAS DEL CORAZÓN

                               

Si  revivir pudiera

las hojas del otoño

bebería de nuevo

este viaje de ilusiones.

Le he dado posada 

a un corazón brillante

de este mundo

que no es mío

Espero el momento

cuando el tiempo haga 

quitar el nudo de la garganta

Busco la boca 

loca de crepúsculos

de viejas pasiones

Escribo su historia

y la convierto

en una interminable novela

Terminados los ardores

llegan al alma los puñales

de pretéritos quereres

que llegan allá adentro

como transeúntes ruiseñores

También 

aparecen ángeles enfermos,

en la desconsolada trama

de los capítulos siguientes

en esta novela. 

El amor primero 

sigue ardiendo en el pecho, 

(lleva tiempo)

El amor de ayer

es el mismo de hoy

Los sueños regeneran

las viejas huellas

Ahora somos las ramas 

de dos árboles en otoño.

 

Oscar Carrasquel

La Villa de San Luís, invierno 2020

domingo, 20 de septiembre de 2020

!EPA! ASÍ NACISTE TÚ... VINISTE AL MUNDO EN LAS TIERNAS MANOS DE UNA COMADRONA?

 

       Foto referencia. bajada de Internet


          Por Oscar Carrasquel


Todos los honores este día de los cristianos católicos a San Ramón Nonato, patrono de las parteras y de las parturientas. Español, nacido hacia 1200. Dicen que fue extraído con una daga del vientre materno después de muerta la madre.

Antes que desapareciera lo antiguo de nuestro lar nativo, en cualquier casa de familia, pobre o rica, no existía momento de mayor expectativa y emoción que el día del nacimiento de un bebé. Mayor era la alegría si la madre era primeriza. El día de mayor gozo en una familia era cuando se oía de sus labios que se encontraba encinta. La noticia corría con fuerza entre los familiares y por todo el vecindario.

Obviamente, en aquella lejana época no había en Venezuela tanto adelanto, no se conocía la "Ecografía·, ni lo que llama la ciencia médica "Análisis Lorgen", usado hoy por hoy para determinar el sexo en un embarazo. En aquellos lejanos tiempos nunca jamás se oía pronunciar la palabra "Cesárea". 

El octavo y noveno mes la casa se convertía en carrera y en una colmena de oración. La mayoría de las veces quien primero daba un acertado y confiado pronóstico era la mujer de confianza designada para el acompañamiento del parto, es decir la partera o comadrona. En Villa de Cura se hablaba en la época de doña Ana Pérez Suárez, mejor conocida como "Mamá Anitica", que ejerció toda su vida como enfermera partera graduada. Una leyenda como comadronas de prestigio en los años 50 fueron también la siempre mítica Juana Méndez, Fulgencia Izaguirre Quero, Josefina Naranjo, Maruja Escorihuela,  y Alejandrita Castillo. Se sabe que la comunidad de El Cortijo en el Valle de Tucutunemo tuvo como comadronas y enfermeras de oficio a las señoras Columba Garboza y Josefina Martínez.  En la Parroquia Las Mercedes era atendida por las señoras Loreta Díaz de Belmonte y María de Jesús Pérez Morales, madres ante todo de entrega absoluta.

La Comadrona sabía palpando el perfil de la paciente y la circunferencia de la barriga distinguir si la criatura iba a nacer hembra o varón, obviamente de ello solo estaba al corriente Dios. Era tanta la expectativa que el caso se ventilaba entre familiares y personas cercanos que se reunían en casa.  Por sólo pronosticar el sexo del bebe por nacer se formulaban apuestas tontas entre los presentes. No se sabe por qué razón, pero las mujeres siempre eran las más curiosas y con un grado de emoción superior a la del hombre.

En la mayoría de los casos la jugada consistía en votar y ofrecer una cena a cualquier hora de la noche. Detrás de todo aquel murmullo de apuestas venia el beneficio de dos  gallinas que habían dejado de poner, las más crecidas y gordas del corral y un gallo que ya no cubría; o bien el sacrificio de una cochina horra enchiquerada en el patio engordada para tal fin. Lo cierto es que todo el mundo en la casa estaba preparado para vivir el especial momento.

Los presentes murmuran y se lanzan ansiosas miradas, pendientes cuando la comadrona terminara su trabajo y saliera de la habitación con la noticia por todos esperada, especialmente sobre el sexo del recién o la recién nacida. 

La próxima en enterarse de la esperada noticia es la madre de la criatura. La comadrona sin decir palabras,  eleva frente a ella la criatura con las piernitas en alto  y le manda la primera nalgada, y detrás, se oye el primer lloro que estremecía la habitación.

Euforia, abrazos, besos, brindis, carreras a dar la noticia por el vecindario. Era el momento culminante cuando familiares y curiosos se dirigen al santuario a orar, a dar las gracias a un cuadro del Corazón de Jesús con un cirio encendido sobre una mesita. La tía dirige la mirada a un vidrio donde está confinado el maravilloso "Almanaque Rojas Hermanos”, con la finalidad de investigar el nombre que llevaría el bebé de acuerdo con el santoral católico del día, y salir en carrerón a llevar la noticia de primero, y al mismo tiempo rebuscar en una alacena una botella de vino  "La Sagrada familia" ya comenzado, para brindar.

En Villa de Cura cuando corría la mitad del año 38 fue la novedad,  a una cuadra del sendero por donde pasaban en tropel los arreos de ganado para la sabana. Ya han transcurrido ocho décadas de aquella vez cuando era de noche, llovía recio y tronaba porque eran meses de invierno, cuando empezamos a beber el néctar de la vida y la Comadrona la señora Amparo salía de casa a pasos apresurados pues debía traer otra criatura al mundo.... Una vez, mi mamá que en paz descanse, pobre de recursos, pero sin saborear lo ácido de las penurias de los nuevos tiempos. Sentada una noche de frío en la orilla de mi cama me relató cómo fue el ocasional momento.

          Si así naciste tú?. ! Enhorabuena! Feliz día de San Ramón


La Villa de San Luis, 31 agosto 2018


Dirección de la imagen:https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdZC5XfPXX08cZhq9xSuGvz6TXZEA3sCZfYFaGhOHlkfME1LeHoaQkaBQNAIgJhkT9-KGYiiJq91PX_oOqz4Kn5H5NRSxzN7zL3IJ_cyzGTqWsULV9uNG2kWs8RbWu3HD2P30nCsg8GY0/

viernes, 18 de septiembre de 2020

ISABELITA CÓRDOVA EN EL ANFITEATRO DEL GRUPO ESCOLAR LAUREANO VALLENILLA LANZ

 

                  

                                                 Isbelita Córdova en una de sus actuaciones

 

A sus diez nietos, y a Avril, la biznieta de un año de nacida.


                                                                      Por Oscar Carrasquel

 

Cuento que a mitad del siglo XX, más o menos, en la pequeña ciudad de Villa de Cura existió una actividad cultural muy importante, lo cual se manifiesta de manera principal por las veladas artísticas musicales que se daban en el escenario del cine El Corralón por personas empeñadas a desarrollar nuestra cultura. Su génesis tuvo lugar también, en las escuelas de educación básica de la localidad, para ello se dispone con espaciosos escenarios, tales como la Escuela Graduada Teresa Carreño, el Grupo Escolar Arístides Rojas, la Escuela Leopoldo Tosta y el Grupo Escolar Laureano Vallenilla Lanz, el cual como es sabido posteriormente cambió de nombre para UEE Simón Rodríguez.

Se daban unos eventos culturales con auditorio lleno, denominados veladas artísticas a nivel de colegios. Estas jornadas se cometían con la intervención de niñas y jóvenes en históricas conmemoraciones, pero muy especialmente en el mes de julio para despedir el año escolar, organizados con el decidido apoyo del propio personal docente de la institución.

En estos tiempos de encerramiento por cuarentena llegó en manos de nuestra hija Gilda  Carrasquel Córdova, basada en una encomienda enviada por su prima desde la ciudad de Cagua, la maestra Leticia Córdova, el retrato de perfil de su progenitora  Isabel Córdova que presentamos. Ella en su época de estudiante de la escuela Doctor Laureano Vallenilla Lanz, dejó la huella  como cantante en el grupo de teatro de esa institución. La añeja fotografía tiene al reverso una hermosa dedicatoria muy significativa dirigida a quien escribe esta semblanza.

En aquel tiempo ido Isabel Córdova era una jovencita, estudiante de los últimos grados de educación primaria, con voz propia y estilo inconfundible, cantante y bailadora de flamenco, el estilo que más le fascinaba desde la infancia; también interpreta boleros y canciones venezolanas en el marco de los actos culturales que regularmente se realizan  en dicho plantel, lo que le proporcionó elogios y reconocimiento  de la directora señorita Caridad Villasana Ghersy, de quien recibe aplausos por sus cualidades para el canto. La señorita Caridad Villasana, además de exquisita educadora,  también fue poetisa, y como consecuencia se ocupaba de la literatura y del trazado de la actividad cultural de su colegio.

Cómo la recuerdo cuando cantaba en una audición de aficionados en Radiodifusora La Villa 1170, cuyos estudios distaban a media cuadra de nuestra casa, acompañada por la guitarra de un profesor de la escuela Arístides Rojas llamado Rafael González. En los años siguientes en su propia casa, bajo el ramaje de un Semeruco se oyó su voz acompañada de las guitarras de los músicos villacuranos Esteban Nieves y Carlos Parra; interpretaba hermosas canciones de romántico sentir. Unos días  la glosa o presentación le tocó hacerla a nuestro siempre recordado amigo el poeta de La Villa José Manuel Morgado, y de animador don Teobaldo Parra.

Muchos de su generación recuerdan  haberla visto en su recorrido a pie por la calle Páez y calle doctor Rangel, junto con la cofradía para concurrir religiosamente a la Eucaristía en nuestra Iglesia Matriz, cuyo párroco era el cura César Castellanos. Se juntaba con sus compañeras para  los paseos elementales alrededor de la Plaza Miranda los domingos.

En el edificio de gruesos pilares del Grupo Escolar Doctor Laureano Vallenilla Lanz fue conocida por sus contadas maestras de aula y por sus condiscípulos con el cariñoso nombre de ISABELITA, y con el mismo cariño se le nombraba en la colectividad villacurana donde gozó de aprecio.


Isabelita Córdova. Foto reproducida por su nieta Ana Moreno Carrasquel

En años posteriores, acabada la etapa de la adolescencia y juventud, tomó estado en Villa de Cura con Oscar Carrasquel, procrearon cinco hijos, tres hembras y dos varones, Oscar, Elizabeth, Gilda, Yelitza y Rafael. Sembró en sus hijos un emotivo sentimiento por la actividad cultural La susodicha madre después de aprender las lecciones que da la vida falleció cuando Rafaelito, el benjamín de la camada, aún no había cumplido los diez años de edad.

Muchas veces nos toca sumergimos en las reminiscencias. Somos la manifestación de lo que nos dicta nuestro espíritu, la vida está llena de asombros, de subidas y bajadas. aunque estemos tristes siempre echamos a volar la musa en alas de los recuerdos, y la vida que Dios nos regala es una bendición.en medio de tanto vaivén.


          Grupo folclórico del Grupo Escolar Doctor Laureano Vallenilla Lanz en una actuación en 1957 


 

La Villa de San Luís, 18 de septiembre 2020

 

 

martes, 15 de septiembre de 2020

LA MARCHANTICA HELADOS "EFE" (POESÍA PARA NIÑOS)

 



                                                                             Por Oscar Carrasquel


           LA MARCHANTICA


Que se haría?

aquella camionetica heladera

con su carga de merienda

y  sonido de tiernas melodías

que por unos altavoces se oía.


Más  nunca en La Villa

se ha visto llegar a mediodía 

presumiendo su naufragio

 

La Marchantica era tripulada

por un personaje recordado,

que llevaba gorro y bata blanca    

muy parecido a un enfermero

 

La esperaban los niños

en la puerta del colegio

oyendo repetidamente

aquel incesante concierto

 

Enseguida el heladero

(Lentamente daba la vuelta)

paraba la cava frente a la escuela.

Y cuando era la hora de salida 

atrás se abría una humeante portezuela

 

Al fondo en fila se veían 

los helados de paleta.

Tinitas, y conos de todos los sabores

abriendo paso entre cubetas de hielo seco 

Algunos, 

envueltos en papel encerado.


Los niños y adultos

comenzaban

la ansiada búsqueda


Cargaba unos pastelados, 

otros eran morochos,

el sifrino bom-bom de chocolate

y otro llamado bati-bati

y las barquillas rociadas de maní 

con una metra-chicle al fondo


Los del precinto “EFE”

eran los más cotizados

Apenas un real bastaba

para sofocar las ansias

 

Hoy se encoge el corazón

nos arropa  la nostalgia

Cuando por una cremosa tetica

le piden a un niño 

el valor del camión.

 

                             Oscar Carrasquel.  La Villa de San Luís, septiembre 2020

 

 Sitio web de la imagen: https://www.pinterest.com.mx/pin/389068855284201530/

domingo, 13 de septiembre de 2020

DON ARTURO LINERO ENSAYO SOBRE UNA GRAN FIGURA DEL PERIODISMO VENEZOLANO.



   RASGOS BIOGRÁFICOS DE DON ARTURO LINERO UNA GRAN FIGURA DEL PERIODISMO VENEZOLANO
 

                                                                    Por Oscar Carrasquel

 

Tal vez descubrió su razón de ser en la sala de redacción de un periódico. Periodista,reportero de calle, poeta, experto en la caricatura humorística, escribió novelas, cuentos, relatos, le rendimos tributo a una persona que sabía filosofar. Creador de una conocida empresa de publicidad nombrada “Agencia Periodística y Publicitaria ArIi”, con  sede matriz en la ciudad de Valencia, para drenar su oficio periodístico. 

Fundó y dirigió, solo con su esfuerzo, entre los ámbitos geográficos de Aragua y Carabobo, un periódico llamado KIKIRIKÍ, tamaño tabloide. “El gallito que canta las verdades del pueblo”, se leía firmemente este lema en un cintillo de la primera página. La primera edición circuló el 23 de febrero de 1958. Su amor por la comunicación social fue desmesurada, batallador, sin descanso. Nos hace recordar a nuestro querido José Seijas con el periódico "El Vigía" en Villa de Cura. Arturo se encargaba de la publicidad y fotografía, montaba él solo el periódico, sabía diagramar, doblaba y lo distribuía gratuitamente.

Hace algunos  años era frecuente verlo transitando las calles de La Villa, primero, manejando un carrito cuatro puertas modelo viejo, con un cartel adosado del lado derecho  del parabrisas donde se podía leer en letras grandes “PERIODISTA”. Ejerció la profesión de periodista con habitual decoro y honestidad. Creador de su propia filosofía , ya dado a la publicidad en un libro con el titulo de "Brevario Filosófico". A pie se desplazó últimamente por las calles. de Villa de Cura. 



De vieja data, excelente y mucho más era su relación de amistad con mi papá J. E. Carrasquel,  visitaba a su amigo con periodicidad en nuestra casa de la calle Juan de Dios Agraz, conversaban horas tras horas recordando sus andanzas periodísticas en el diario AHORA de Caracas y los avatares en el periodismo de aquella época,  donde en compañía del poeta y periodista Elías Rodríguez Arguello, formaron equipo muchos años  en el mencionado diario caraqueño por allá en la década de los años 40

Linero en los mismos avatares fue columnista y caricaturista en "Fantoches" y "El Heraldo", aquel otro diario de la capital; estuvo en el diario "La Esfera", en "Tribuna Popular" y "El Carabobeño" de Valencia; "El Impulso" de Barquisimeto. Publicaba crónicas en los distintos diarios del estado Aragua "El Siglo", "El Aragueño" "El Imparcial";. En revistas colaboró en las paginas de "Billiken" y "Elite".de Caracas 

Fuera de nuestras fronteras fue caricaturista del diario "La Prensa" en Buenos Aires, y el diario "Ultima Hora" de la Paz, Bolivia y  del diario "La Paz" de Bogotá Colombia. Viajó a otros países como Argentina, Ecuador, Perú y Brasil... Arturo Linero no era un viajero por turismo, sino un peregrino de la poesía, la literatura y el periodismo..Fue objeto de elogios de los mejores críticos literarios de la prensa escrita, no solo de Venezuela, sino de órganos de circulación extranjeros.

Remitiéndonos al campo ideológico, podemos decir sin tapujo que Arturo Linero desde temprano fue militante comunista, sin exacerbación, enmarcado en el  marxismo ortodoxo mundial, con la mente siempre abierta.. Un verdadero devorador de libros, según nos dijo en una oportunidad, se dedicó a leer a Gorki, Barbusse, Unamuno, Bello, Gallegos, Shakespeare, Nietzsche y otros. De los poetas universales admiraba a Pablo Neruda, Amado Nervo y Walt Whitman. Se hizo amigo de muchas figuras del periodismo venezolano tal como como Leoncio Martinez "Leo", Manuel Martínez "Manuel" y el poeta Luis Barrios Cruz, entre otros. Le atrajo también la música clásica. 

Arturo era hermano de la recordada trabajadora de carácter social y comunitario doña Trina Linero Delgado de Albert, quien sus últimos años los vivió en nuestro sector Las Tablitas de Villa de Cura y era redactora de "Mural" un mensuario local.. También fueron sus hermanos Manuel, Raúl, Pedro, Amanda y Leticia Linero Delgado.  

Arturo Linero Delgado, no era oriundo de Villa de Cura como la mayoría piensa, había nacido el 27 de diciembre de 1915 en  Arauca, en la población de Elorza, estado Apure, pero quiso bastante y consideró a La Villa como su patria chica. Arturo era casado con la apureña Providencia Castro de Linero, de cuya unión nacieron Elvira de Jesús, Manuel Arturo, Minotchsica Margarita, Provi Katiuska, Bolívar y Guillermo Oswaldo.. En sus escritos se notaba mucho su sensibilidad por la historia local,y el amor de los suyos, siempre anotaba en una libreta las noticias del acontecer  de esta Villa de San Luis.. Recuerdo haberlo oído en conversaciones en nuestra casa decir que en 1991 había cumplido 76 años de edad,   

Según relataba mi papá, don Arturo Linero Delgado perteneció  a la masonería. Su padre  llevaba por nombre Manuel Linero Salazar, quien ostentaba el máximo grado en la masonería venezolana, con gusto también por la comunicación social, fundó y dirigió el periódico “PLUMA Y MALLETE”, un órgano informativo de la Logia “19 de Abril número 90” de Villa de Cura.

Miembro activo del CNP Seccional Aragua. Hizo periodismo en radio mantuvo muchos años un programa dominical en Radio "Ondas del Mar" de Puerto Cabello.  En Villa de Cura distribuía el mismo el periódico KIKIRIKÍ y aprovechó de mantener correlación para las pautas publicitarias con la Cámara de Industria y Comercio, con la banca, visitaba dependencias públicas y privadas, además de haber cosechado en La Villa profusas amistades. Nunca se le conocido intolerancia política, entabló amistad con gente de todas las tendencias ideológicas.

Muy cercano estuvo de la sólida empresa tipográfica Editorial Miranda de Villa de Cura, conducida por amigo el recordado don Inocencio Adames Barrios, y posteriormente continuado por el editor y escritor Chencho Adames Aponte. En estos talleres tipográficos ubicados en la calle Miranda se imprimieron  algunas de sus obras.

Lo conocí mucho y me gustaba oírlo hablar. Uno de sus atributos es que fue un poeta pleno de inspiración, tiene en su haber la publicación de varios textos de poesía y prosa. De fecundo pensamiento, solía afirmar en nuestros encuentros que “La poesía nace en nosotros porque aún no conocemos alguna Universidad donde se hagan los poetas”. Figuran de su colección algunos de sus libros ya publicados que llevan por título “Tono y Matiz de la provincia”,  “Partículas”, “La bandera flamea al tope”, “La Estratagema”, "Brevario Filosófico", “Un bojote de caricaturas”, “Selección de mis mejores crónicas y Reportajes”, y autor de otros que no logro recordar.

Fue objeto de innumerables reconocimientos y distinciones. En 1985 recibió del Ejecutivo del Estado Aragua el codiciado Premio Regional de Periodismo. Y en 1960 se constituyó en Villa de Cura,  un comité destinado a ofrecerle un agasajo con motivo de seis décadas ininterrumpidas dedicados al periodismo.  

Hablando en plan figurativo, Arturo era como ver un niño, y en otras ocasiones se parecía a un viejo sabio, con su barba nazarena; vestía siempre de flux de casimir y corbata de lacito tipo mariposa,  utilizaba un bastóncillo de puño. Usaba lentes de carey y un sombrero negro “ala pedrá”. Un paraguas negro por si acaso un chaparrón  y colgada al hombro su inseparable cámara fotográfica dentro de un estuche que parecía de regalo, pero siempre mostrando su característica humildad.

Lo que contamos en esta breve nota es solo rasgos sobre la vida de este patrimonio humano, el cual  representó un ejemplo en el periodismo venezolano, y lo significativo que fue su aporte en el basto conglomerado social y cultural de Carabobo y Aragua. Solo lo pudo detener la dureza implacable de la muerte. Aunque siempre apegado a esta ribera del Arauca vibrador falleció don Arturo Linero Delgado en la ciudad de Valencia el 10 de junio 2001. A a la edad de 85 años. Nos conmovió su partida. Tanto el Ejecutivo del estado Aragua, así como los gremios periodísticos y culturales de la región central del país emitieron acuerdos de duelo. 

Tenemos conocimiento que uno de sus hijos, el calificado periodista nuestro amigo Guillermo Linero, después de fallecido este patriarca, agarró bien las riendas, apretó las batatas, y hoy KIKIRIKÍ sigue con vida andando.a ritmo permanente, formando parte como semanario en la ciudad de Valencia, estado Carabobo. 

Recto, culto y respetable don Arturo Linero, aprendimos de él oyéndolo y leyéndolo. Lo recuerdo bien como lo vi la ultima en compañía del poeta Vinicio Jaén Landa, me visitaron en casa, en el ambiente donde siempre nos reuníamos, cin su particular atuendo, me estrechó el puño de la mano un rato como si fuese un regalo de última vez. Que en paz descanse su alma, el limite es el cielo.



 Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, 13 de septiembre 2020


Este articulo fue revisado, corregido y reeditado en noviembre 2021

 Foto No 01 tomada de la revista Expresión No 30/ 1990

Foto No 2 tomada  del periódico Kikiriki

Foto No 03  tomada del diario El Nacional

Las fotos provienen del anticuario del poeta Elio Martínez 


 

viernes, 11 de septiembre de 2020

LA ESCUELA DE MÚSICA "RAFAEL HERNÁNDEZ LEON" EN VILLA DE CURA FUE UN BELLO SUEÑO INTERRUMPIDO.

                    Profesor Germán Cordero Padrón. Foto propiedad de "Niños Cantores de Villa de Cura"

ESCUELA DE MÚSICA "RAFAEL HERNÁNDEZ LEON" FUE UN BELLO SUEÑO INTERRUMPIDO

                                                                                                             Por Oscar Carrasquel

 

No es exagerado decir que Villa de Cura es inmaculadamente una  “Ciudad Musical”. Las sabias palabras pronunciadas por el profesor José Antonio Calcaño en el siglo XIX reflejan una gran verdad, “Gracias al doctor Jaime Bosch Villa de Cura tiene un movimiento musical bastante apreciable”.

Traigo a colación como  referencia importante a la primera escuela musical conocida en La Villa a mediados del siglo pasado. Se llamó Escuela de Música "Rafael Hernández León”, la cual debe su nombre al maestro Rafael Hernández León, que no era nacido en Villa de Cura, sino de la vecina población de Cagua, municipio Sucre del estado Aragua.

El profesor Rafael Hernández León, cantaba, era barítono,  músico egresado del Primer Seminario de Caracas, compositor, dominaba el género religioso, clásico y popular, ejerció la educación pública hasta su jubilación. Una Unidad Educativa y un liceo de Cagua llevan su nombre.

  Cagua fue también cuna de nacimiento de su hijo, el célebre violinista, director de orquesta y compositor Víctor Ángel Hernández, padrino de bautismo y mentor de Germán Cordero Padrón y muy vinculado a familia villacurana en donde fue su última estación. Es epónimo de un Liceo ubicado al Norte de Villa de Cura.

La Escuela de Música "Rafael Hernández León" fue fundada en Villa de Cura, hoy municipio Zamora, estado Aragua, por allá por los años sesenta, por el maestro Germán Cordero Padrón, quien además de mejor ejecutante de la trompeta y de la flauta trasversal, se desempeñó en la jefatura de la academia, daba clases de lenguaje musical de teoría y solfeo en la institución.

El profesor Cordero Padrón fue también compositor, sintió predilección por la música popular, el valse, pàsodoble y el merengue criollo. Destacó como director de bandas de concierto en Villa de Cura y San Juan de los Morros. En esta academia enseñaba a tocar todos los instrumentos necesarios para conformar una orquesta.

La escuela graduó músicos que tuvieron un gran avance, tal como el psicólogo Antonio Pérez Padrón que formó parte como percusionista del Grupo Tinajas. Músicos que interpretaron instrumentos de viento como José Linero, trompetista; Kelvis Moreno, saxofonista y clarinetista; Antonio Zerpa, saxofonista, Iván Mirabal, clarinetista; Rafael Cordero, trompetista, Carlos Cordero, trompetista, Oscar Germán Cordero, trompetista. Francisco “Pancho” Pérez Zamora, clarinetista y Carlos Mena y Nelson Mirabal, trompetistas, entre otros... Raúl Agraz comenzó con la trompeta pero por recomendación de su maestro decidió cambiarse para el canto.  Los que hemos nombrado fueron solo los alumnos más descollantes.

Foto propiedad de Editorial Miranda. Expresión 47/marzo/2002

Años después surge en la ciudad capital del municipio Zamora la Escuela de Música “Niños Cantores de Villa de Cura”, con sede en el sector Carrizalito. Igualmente la Escuela de Música Ángel Briceño, vigente en la calle Comercio, entre calles Leopoldo Tosta y calle Rivas Castillo en Villa de Cura, en donde el maestro Cordero fue máximo instructor musical.

Los músicos Pedro Amador Hernández, Carlos Jáuregui y Luis Rivas, trompetistas, fueron formados por el profesor Germán Cordero en la Escuela de Música Ángel Briceño.

La Escuela de Música Rafael Hernández León dependía de subsidio municipal,  evidentemente la situación económica en el país comenzó a cambiar y no tuvo el apoyo necesario. Se le conocieron tres sedes, comenzó su actividad en uno de los salones cedido por el Concejo Municipal del Distrito Zamora, frente a la Plaza Miranda; luego se mudó para un espacio de la casa de la familia Cordero en la calle Rivas Castillo, y finalmente quedó en  la Sociedad Religiosa La Valenciana, donde se cerró su ciclo vital, desapareció como si se la hubiese llevado una fuerte corriente de agua. Pero siempre conservó su nombre natural y  aún persiste en el recuerdo.

 Naturalmente la vida de esta escuela musical no fue tan dilatada, pero tuvo para el maestro Germán Cordero Padrón un significado muy especial.

Como es sabido el maestro Germán Cordero era nativo de San Francisco de Cara, un caserío del sur de Aragua  perdido entre las aguas de una represa. Se sabe también que en Villa de Cura en donde llegó a temprana edad, formó uno de los hogares católicos más bonitos.

Fue un hombre estudioso, metódico, formó parte del personal docente del Liceo Alberto Smith donde creó la cátedra musical de este liceo, muy humilde, bonachón, echador de broma; nos consta que la amistad para él no tenía límites, parecía sacado del “Credo” del poeta Aquiles Nazoa.

Recibió como recompensa, el afecto, el aprecio  y respeto de quienes fuimos sus amigos, y de sus numerosos alumnos de Villa de Cura y su contorno donde jamás lo olvidan. QUE EN PAZ DESCANSE MAESTRO.

 

La Villa de San Luís, 11 de septiembre 2020

jueves, 3 de septiembre de 2020

A MI NIETA ALEXANDRA CARRASQUEL SANCHEZ EN SU CUMPLEAÑOS

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Alexandra, ya lo sabías

Que al despuntar de este día

Tu vida de alegría se llenaría

Surgirá la lluvia que debió caer

En mayo

Porque una de mis nietas,

Luz de mis ojos,

Está celebrando hoy su cumpleaños.

Y florecerán muchos recuerdos

Que vendrán con los relámpagos

Y las aves desplegarán sus alas

hasta donde moran los luceros

Buscarán esta noche

contar del arcoiris los colores

¡Feliz cumpleaños, Reina,

nos vemos!

tenemos torta fría en el patio.

martes, 1 de septiembre de 2020

VILLA DE CURA PRESENTE EN EL DÍA MUNDIAL DE LA AREPA






Por Oscar Carrasquel

Quiero referirme en el Día Mundial de la Arepa a un alimento muy popular en la mesa de la familia venezolana. Quiero hablar de mucho antes que comenzara el boom de la harina pre cocida, o harina “Pan Pan”. Así es como es conocida hoy en día  la marca líder en el mercado, un invento que emerge por allá  en el año 1960 del pasado siglo, atribuido a las Empresas Polar de Venezuela, y en Chacaito, estado Miranda a los Hermanos Álvarez, la arepa rellena.

Yo recuerdo  aquella bella época de los años 50, cuando yo estaba muchacho, fue costumbre generalizada en nuestras vecindades de Villa de Cura, la hechura hogareña de arepas para vender de casa en casa, por encargo, o para ponerlas a consignación en aquellas pulperías antañonas de mostradores de madera forrados de hojalata, donde se exhibía toda clase de mercancía y productos de primera mano.

Hubo mujeres muy hacendosas de familias humildes en La Villa que no conocieron de días feriados, ni de días libres, que jamás sintieron hastío. Su labor era hacer arepas asadas en cantidades,  colocaban el montón de arepas en un canasto tapado con un blanco mantón para mandarlas a la bodega; no es nada  exagerado  decir que en aquellos días vendían 7 arepas  recién salidas del budare  por medio (0,25). Fue una actividad doméstica y comercial que se propagó en aquel tiempo en las casas pobres en  todos los sectores populares de Villa de Cura.
 
Recuerdo que hace más de siete décadas muchas mujeres se dedicaron al oficio, pilaban el maíz en concha en horas de la tarde; lo cocinaban en la noche atizando un fogón de leña. El siguiente día dejaban el lecho de madrugada y con el primer cantío de gallo, se dedicaban a moler el grano en casa, o  bien se subían una lata de  maíz cocido a la cabeza para coger camino hacia el molino de los hermanos Savery, el cual  estaba ubicado en la calle Leopoldo Tosta, entre calle Real o Bolívar y calle Comercio..

Hacedoras de arepas para la venta y portadoras de la vieja  tradición fueron muchas, pero llegan hoy a nuestra memoria pasados más de 60 años los nombres de Petra María Lugo, María Abaa, María Vera, Carlina Padrón, Gladys Padrón, Ludovina Linero, Carmen Castillo,  Julia Castillo, Isolina Zerpa, Enma Corrales, Belén Soto, Luisa López, Margarita Soto, Hercilia Silva, Ligia Romero, Consuelo Romero, Sebastiana Sosa, Concepción Barrios, Rosita Flores, Encarnación Mendez Flores, Cecilia Palacios, Luisa Montezuma, Teresa Sojo, Luisa Sojo, Anastasia Pérez, Carmen Díaz, Matilde Blanco, María Morales, Carmen Almeida y Cupertina Lugo, María de Carrasquel (mi mamá) y otras (la lista es larga). 

Y  sobre ese afán de vivir de la fabricación de arepas para la venta, traigo el  emocionado recuerdo de una matrona que fue un símbolo del oficio en nuestra barriada Las Tablitas de Villa de Cura, se llamaba María de Jesús Esaá,  pobre de recursos como todas. Según me contó  uno de sus nietos, el artesano de la alpargata Julián Rojas, su abuelita  María de Jesús suplía bien de mañanita los encargos de arepas a las contadas familias ricas de Villa de Cura, "Cuando yo era un juvenil  repartía los pedidos, 8 arepas por un real".

Quizás muchas personas de reciente generación no conocieron al señor José Rafael Hernández (el pobre) el de las "Arepas Tostadas", Su técnica culinaria consistía en dejar remojando arepas del día anterior  en huevo y leche  por espacio de dos días; las freía revolcadas en harina de trigo, las  fraccionaba en cuatro partes,  rellenaba la rendija con bastante queso parmesano rallado y las arropaba con abundante salsa de tártara  española.

No se cansaba uno en los años 50 y 60 de probar estas tostadas –que así las llamaban- costaba un real (0,50) el plato. El fraternal  José Rafael Hernández (JR), laboró muchos años en el negocio de don Pedro Salvatierra frente a la plaza Miranda de Villa de Cura, al lado de la Comandancia de Policía, y tiempo después en el  "Bar El Teide" en la calle doctor Urdaneta, entre calle Bolívar y Comercio.

Debo decir de paso que la “Arepera La Única”, también navegó en la historia del arte culinario de la arepa. Este establecimiento funcionó en un local de don Narciso Pérez Acosta en la calle Comercio, cruce con Dr Urdaneta, vendía la arepa que fuera asada, la clave de su arte eran los rellenos, carne desmechada, pollo, cabeza de marrano,  asado de ternera, la de mariscos y huevos de codorniz; fue fundada por el isleño Domingo Dorta Ramos en 1955; se oyó decir que después la traspasó a su hermano Agustín Dorta Ramos.
 
La Arepera La Única trabajó con maíz pilado molido en máquina desde 1955 hasta 1962. De aquí en adelante comenzó a usar la harina industrializada de diferentes marcas. Agustín Dorta Ramos también fue un fino especialista en elaborar el delicioso mondongo para saciar el apetito a los amanecidos de una fiesta, por lo cual llegaron a denominar a este plato “matado ratón”. 

Ciertamente, no se juntan a mi memoria por los momentos otras remembranzas sobre estos hermosos recuerdos que nos remiten a la época de nuestra infancia y juventud. Lo que sí recuerdo es lo que me explicaba una vez un amigo que me decía que  Villa de Cura es una ciudad  de muchas historias populares, pero a la vez una casa grande, una sola familia, donde se podía vivir y donde cabíamos todos sin distingo de ninguna naturaleza.. Ahora por la situación tan difícil que nos llevaron  se ha puesto de moda decir que “La arepa está cuadrada”..

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, septiembre 2020