martes, 16 de octubre de 2018

CIRA ESÁA DE RAMIREZ MAESTRA DE GENERACIONES

cira.jpg


Cuando yo estaba de edad escolar, remitiéndome a mediados del siglo XX , nombrar en Villa de Cura a la maestra Cira Esàa o la Nena Esàa, como cariñosamente fue conocida entre sus allegados, no tenía nada de particular; cualesquiera de las dos designaciones era válida para distinguir a una dama que acometió con ganas sus estudios, convertida con el paso de los años en una educadora a tiempo completo, metida dentro de aquella generación de maestras que podemos catalogar como abridoras de caminos. Muy difícil nombrarlas a todas. Maestras de escuela de las de antes, a las que nunca se le oyó decir: ¡No tengo tiempo!, además de vocación y preparación se requería de nucha psicología. Cira desarrolló toda su carrera docente en Villa de Cura ciudad que ha sido su hogar siempre.

A cuántas de estas antiguas maestras no conoció el pueblo de La Villa, por verlas pasar apuraditas, subiendo y bajando aceras, para dirigirse a sus escuelas -las mañanas y luego volver en la tarde- con una carpeta y un legajo de cuadernos debajo del brazo para sumirse a su labor en un aula escolar. Qué nobles fueron por ejemplo mis maestras de cuarto y quinto grado en la “Arístides Rojas”, Melicia Nieves de Tejada y Martha Ceballos de Martínez.

La Nena Cira Ercilia Esàa Martínez, vino al mundo en Villa de Cura, cuando la población era una villa agrícola y pastoril, hija de don Lope Esàa, el pulpero de la  esquina "La Sapera", ubicada en la calle Sucre cruce con doctor Urdaneta. Don Lope fue un hombre trabajador muy serio y reservado en el hablar. Su madre fue doña Carmen Teresa Martínez Peña, una costurera de diario trajinar al frente de una máquina de coser, apegada al arte de la cocina y todo lo que requiere llevar un hogar.


La maestra Cira es la mayor de dos hijos habidos en el matrimonio, el otro es Lope José, quien siguió la carrera militar, ahora luce el grado coronel de las FAVB en situación de retiro. Católicos por devoción cristiana, devotos de La Virgen del Carmen y andando siempre de la mano de Dios. Es justo reconocer que sus padres nunca escatimaron esfuerzos para encaminar a sus dos hijos por la senda de los estudios. No dejo de decir que siempre obtuve el trato amable de Don Lope, doña Carmen y sus dos hijos, ya que fueron vecinos en mi niñez de un solar por el medio en la calle doctor Urdaneta con Sucre de Villa de Cura. 
Los pasos de Cira Esáa por las primeras letras del alfabeto fueron en la escuela para hembras Teresa Carreño de Villa de Cura, jamás olvida sus pasos por esos salones, siempre fue una muchacha hacendosa, lista, seria, estricta. Desde niña le atrajo los deseos de ser maestra, parece que ya le corría por la venas esa señal, así lo escuchaba yo en mi infancia a viejas familias de la cuadra en comentarios ingenuos. Es precisamente la estatura que logró después de largos años de consagración a los estudios.

En aquella época había en Villa de Cura ejerciendo dos maestros graduados de normalista, una fue la señorita Rosa Amelia Flores Chapellin y el otro, el bachiller Manuel Ramón Ceballos. Cira Esàa y el apureño Emilio Santodomingo López, ambos graduados el mismo año fueron los que siguieron la huella y otros que llegaron después.

Sabido es que Cira culminó con buenas notas sus estudios en La Escuela Normal Gran Colombia de la ciudad de Caracas, Distrito Federal, graduada en la promoción de 1949. Seguramente escucharía de labios de sus profesores que el pergamino que acababa de recibir era solo el primer escalón; que esta carrera es un camino para ser recorrido toda la vida; y que en adelante era necesario laborar, utilizando no solo las manos, también el cuerpo, el alma, la mente siempre abierta y mantenerse en permanente creatividad. 

Veinte años de edad contaba cuando tras haberse graduado de normalista regresa a Villa de Cura, ejerció primero como docente en la escuela Teresa Carreño, luego fue nombrada maestra en la Escuela Estadal Graduada Leopoldo Tosta, que funcionaba en un caserón que aún conserva intacta su fachada, ubicado frente a la Casa del Santo Sepulcro por la calle Bolívar y después mudada a su nueva sede de El Deleite en 1959, en la cual marchó un tiempo como Subdirectora, fue ascendida después a Directora de dicho plantel. En 1991 el ME la nombra como maestra del Centro de Educación de Adultos en el Grupo Escolar Arístides Rojas. Luego de jubilada tras numerosos años de servicio labora en el colegio privado Simón Bolívar, para cerrar la puerta como profesora activa.

Debe recordarse que para beneficio de los maestros no graduados entre el año 48 y 50, un equipo a cuyo frente estaba el doctor Luis Beltrán Prieto Figueroa que se desempeñó como Ministro de Educación, comenzó a diseñar los cursos de primer nivel para la capacitación profesional, creando el “Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio”, logrando con este programa que todos los educadores que ya se encontraban ejerciendo por vocación en las escuelas públicas o privadas alcanzaran el nivel correspondiente. El Ministerio de Educación les extendía meritoriamente su titulo de Maestros de Educación Primaria.

No había tenido tiempo de enamorarse la maestra hasta que conoció y entabló amoríos en La Villa con Cirilo Ramírez Vera, un caballero oriundo de la población de Zea del estado Mérida, quien habiendo pasado una cantidad de años acá se hizo villacurano asimilado, no pasó tiempo para que contrajeran matrimonio. La vida de su marido fue interrumpida de pronto por la “parca”, sin que nada la pudiera detener. Cuando quedó viuda, habita unida con el resto de la familia la casa paterna de la calle Sucre. De la unión conyugal nació Orlando Ramírez Esáa, profesional egresado de la Universidad de Carabobo que casó con Tatiana Makagonox de Ramírez. Tres nietos de sonriente rostro le han proveído hasta hoy el joven matrimonio.

Por su nivel de preparación académica, sumado a su capacidad para promover, animar y organizar su propio gremio,  La maestra Cira aparece con el apoyo de sus colegas como una de las impulsoras de la seccional Zamora de la Federación Venezolana de Maestros (FVM). Una vez retirada del Magisterio por haber culminado 30 años de servicio, le corresponde dar su aporte conjuntamente con las educadoras: Lourdes Cáceres de González, Liga Montenegro de García, Priscila Bolívar de Izzo, Josefina Rojas Lovera, Martha Fuentes de Martínez, Emilio Santodomingo López y otros más, para crear en Villa de Cura la Asociación de Maestros Jubilados y Pensionados de Zamora (AMEJUP), la cual lleva por nombre “Lourdes Cáceres de González”, institución que tiene su sede actualmente en una céntrica calle de la Villa de San Luis; primero fue un proyecto compartido, después un sueño que no acaba nunca, y a la larga se hizo realidad; el caso es que hoy sus oscuros cuartos guardan el espíritu de lucha de dirigentes y agremiados. Al momento de redactar esta nota la profesora Carmen Alicia Vargas de Torres preside la Junta Directiva de la Asociación; la profesora Milagro Almenar de Pérez, como Secretaria de cultura y la profesora Abilia Torres, Secretaria de Actas.

TLa maestra Cira siempre ha sido una mujer muy modesta, estimada y respetada por sus colegas y la gente que conoce su agudeza personal y pedagógica, siempre disciplinada, buena hablante y lectora apasionada de todo texto que le llega en sus manos, es poseedora de una biblioteca con un buen inventario de libros. Atenta y cordial para quien le solicite un consejo o una opinión. Sus lecciones siguen siendo imperiosas en estos momentos de crisis del que no escapa la educación en nuestro país.

De la misma manera encontramos a la maestra Cira como pieza entusiasta en la vida del Club de Leones de Villa de Cura, formando parte en ocasiones de su Junta Directiva. Durante su larga trayectoria ha sido acreedora de placas, medallas, pergaminos y diplomas que se aposentan colgados en las paredes. Entre los premios que pude pesquisar y seleccionar a mi gusto figuran los siguientes: Orden 27 de Junio, otorgada por el presidente de la República; Orden Hilda López de Graffe; Orden Luis Beltrán Prieto Figueroa; Orden Josefina Rojas Lovera y Orden Ciudad de Villa de Cura, entre otros.

11118254_594001897407487_6184366514884634110_n.jpg
La Maestra Cira recibiendo la condecoración "Hilda López de Graffe"

Cabe reseñar y de verdad satisface que, cuando se discute algún punto álgido de mucha importancia dentro del seno de educadores afines, como FUDEJUPVEN; Asociación de Educadores Jubilados y Pensionados del Estado Aragua (ADEJUP-ARAGUA) y AMEJUP-ZAMORA, enseguida el nombre de la maestra Cira Esàa de Ramirez se menciona entre el grupo de Notables y asesora.

El trabajo doméstico siempre exige dedicación y tiempo. Se sabe que aprovechó para aprender de la madre los secretos de la cocina. La maestra nunca tuvo reparo para entregarse después de retirada al arte de la repostería, a la producción de tortas para celebraciones, y la hechura de dulcería criolla para la venta por encargo, en temporada de Navidad, el día del niño o de la madre. No tuvo ninguna dificultad de aprender la receta para elaborar los conocidos roscones únicos de su prima Irma González de Botello.

Termino, pues, este breve pero grato recorrido por la vida de esta generosa amiga de lejanos tiempos. Que gracias a su ineludible fe en Dios y la Virgen María que nunca la abandonan y a su fortaleza física y espiritual se halla todavía en permanente movimiento, a pesar de encontrase ya curtida por los años. Creo sin embargo, que aún resta más por escribirse sobre su larga pasantía por la vida.



Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, 15 de enero 2018

Agradezco la colaboración a:
Profesor Oldman Botello
Profesora María Teresa Fuenmayor
Profesora Milagro Almenar de Pèrez


martes, 2 de octubre de 2018

¡LA MUERTE DE LAS ESTATUAS EN VILLA DE CURA!


Dedico a la memoria del maestro y escultor villacurano don Felipe Aular Bolívar

Hace unos días conocimos con estupefacción la noticia según la cual una bastarda pandillita que no sabe para qué son las estatuas, que no conocen que estos blasones de bronce o de otra aleación, son para honrar la memoria de los hombres de la Patria benefactores o llenos de gloria; hurtaron el busto del esclarecido médico castrense prócer de nuestra independencia doctor José Manuel Manzo, que se encontraba al finalizar la calle Comercio de Villa de Cura, en una intersección o callejón adyacente al viejo cementerio municipal..

Le fue arrancada también la espada que sostenía en su mano derecha el Padre de la Patria en la Plaza Bolívar de Villa de Cura. Y hay otra cosa igual de grave, se dijo de una presunta acción que amenaza con cercenar la cabeza del Precursor de la Emancipación Americana Francisco de Miranda. Además, arrancaron para cargar con ellos, unos cuantos cabezotes de las columnas que sostienen las barandas alrededor de la plaza Miranda y hace tiempo cargaron con los faroles que alumbraban el área central del lugar.

El año pasado en época de vacaciones escolares tuvimos conociendo que en horas de la madrugada arrancaron y cargaron con  el busto de bronce de  El Libertador Simón Bolívar que se encontraba en el patio central en las instalaciones sede del liceo de los Niños Cantores de Villa de Cura, ubicada en el sector de Carrizalito en Villa de Cura. El hecho por ser una institución educativa privada pasò desapercibido.

Es necesario que las autoridades que le competa se den una vueltica por la placita Bolívar del sector Los Tanques de Villa de Cura en cuyo centro aun permanece intacto pero abandona, descuidada pero todavía en su base el busto de mármol del Libertador Simón Bolívar, que es una magnifica talla del escultor villacurano don Felipe Aular Bolívar. Conmovido se debe encontrar el esclarecido maestro allá en el cielo por los daños y ofensas que  le hacen los bastardos a las estatuas en las plazas públicas de su Villa de Cura que tanto quiso, quien fue siempre hombre dado a homenajear con su arte a los fundadores de nuestra nacionalidad.

Hace algún tiempo desapareció de la plazoleta situada al lado izquierdo de la Iglesia Matriz de Villa de Cura, el cofre suspendido por las garras de un águila Real que guardaba aserrín de la hacienda San Pedro Alejandrino de Santa Marta, lugar que para los colombianos es un Santuario muy venerado, porque como se sabe, allí fue donde expiró el Libertador Simón Bolívar; quedando el ultraje representado  en la mutilada columna de mármol de carrara que los sostenía, a los ojos de todo el que transita por la céntrica avenida Bolívar.

La mas reciente incursión de los deshumanizados fue la desaparición del busto de bronce levantado en honor del General  Santiago Mariño, héroe de la batalla de Boca Chica en la guerra de independencia,  librada en 1814 en jurisdicción del Municipio Zamora,  al margen izquierdo de la carretera Villa de Cura San Juan de los Morros en el sitio de "Boca Chica". En este espacio se desarrollaban anualmente actividades culturales, entre ellas la caracterización de la famosa batalla. Cuando redactaba la nota pensamos que tal vez el bronce del esforzado militar estè con la cara mirando hacia el cielo esperando su turno para caer entre las llamaradas de un horno de fundición. 

Y abandonada la última vez que la visitamos, si es que no ha corrido con la misma suerte, una escultura agonizante, erigida en homenaje al distinguido médico y humanista calaboceño doctor Félix “Chicho” Rattia, en una plazoleta en la población de San Francisco de Asís, perteneciente a nuestro municipio Zamora. Que dicho sea de paso todo su saber científico lo dio tanto en Villa de Cura como en este pintoresco pueblo de nuestro municipio. La primera afrenta fue la decisión hace años de gente rústica que ordenaron embadurnarle el rostro con pintura y brocha gorda, una acción que se transforma en falta de formación y respeto.

Quizás los que practican esta clase de hechos ignoran que una estatua para parecerse a una persona viva, lo que le falta es apearse y meterse otra vez la Patria dentro del pecho. Es verdad que “Lo que les falta a una estatua para ser hombre es precisamente lo que le sobra a los hombres para no ser estatuas”, dicha expresión le pertenece al famoso tribuno y poeta Andes Eloy Blanco, en un discurso pronunciado ante una multitud y de personalidades en la inauguración de una estatua ecuestre del Libertador Simón Bolívar cuando vivió desterrado en ciudad de México.

En estos días pasados oímos un acierto en una declaración del profesor Antonio Cabanillas,  Cronista de la Ciudad, según la cual la Alcaldía del Municipio Zamora  están interesadas en la reparación del maltrato dejado por los iconoclastas en la estatua pedestre del Libertador en la Plaza Bolívar de Villa de Cura, acción facilitada por la oscura nocturnidad y desde luego fallo de presencia policial alrededor.


Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, diciembre 2018



MATAJEY

panal.jpg

Se podría  pensar que vengo a contar o  recordar a la atractiva y lejana comunidad del municipio Valmore Rodríguez del estado Zulia en Venezuela denominado MATAJEY, con sus costumbres autóctonas y la llaneza de su gente. Pero no es la intención.

Lo que pretendo explicar es lo magnánima que es la naturaleza cuando una colmena de Matajey, de esas que producen miel pura, que son mas visibles en los árboles de la montaña, puede convivir como si fueran hermanos carnales junto a un limonero de la ciudad.

La prueba la tenemos en casa, cuando una legión de avispas montañeras subsanadoras del néctar proveniente de las flores, quizás inmigrados del cerro El Vigía, una de las colinas que circundan el valle de la ciudad de Villa de Cura, del estado Aragua, se presentaron de improviso y sin aviso ni reproches comenzaron a construir casa propia en la rama de hojas verdes de un limonero, que igualmente nació de forma ingenua en el patio de la casa.

Al principio observamos que llegaron más o menos diez avispones de color oscuro, seguramente a inspeccionar el lugar, y luego el grupo fue prosperando y nuevos miembros se fueron sumando. Al mismo ritmo fue engordando la bola de masa barrosa donde ya habita una familia completa, cuyo redondeado ya alcanza aproximadamente los sesenta centímetros de diámetro. Ya comienza a cargarse de esa sustancia de color pardo tan sabroso y dulce que llaman miel, beneficiosa para la salud humana, para los dolores reumáticos y el aburrimiento.

En la foto tomada un atardecer sabatino con mi dispositivo marca Sony Xperia, se observa la rama del limonero y la casa de los nuevos huéspedes, sin ningún miedo, ya se oyen discutiendo en voz baja y mirando el blanco-azul y profundo cielo aragüeño.

Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, 02 se septiembre de 2018

a panal.jpg

AMOR, RELOJ DE LA VIDA





¿Qué simboliza en realidad


el amor que se extingue?




Acaso una flor otoñal


secada de tantos veranos




No lo vemos,


ni tocamos




Al principio


lo sentimos como si fuera


eterna flor de primavera




El amor


es muchas veces,


una huella oculta


secada por la luz


que agoniza




Tal como el camino de la vida,


tiene su empiece


y también su final




Es una especie de sombra


que nos hace caer


para después afrontar sentimientos


de cruel desengaño






La Villa de San Luis, septiembre 2018