J.M. Morgado. Foto Editorial Miranda
Oscar Carrasquel
Me acuerdo la vez que conversaba yo en casa con mi hermano del alma el poeta José Manuel Morgado, recuerdo que era un día en la tarde cercano de mi cumpleaños; y por ocurrencias fortuitas del destino se agrega a la plática otra amiga, la educadora Yudith Buitrago Ramírez, los momentos de aquel reencuentro fueron buenos, un hibrido de la cotidianidad que incluía efemérides, literatura, humor y mucho más. Finalizada la reunión, se alejó primero del escenario la doctora Buitrago, ya que tenía que viajar para otra ciudad.
Lo cierto es que inmediatamente después que ella se ausenta, el poeta que fue un hombre terriblemente sensible me pidió prestado una hoja de papel (el cargaba siempre un “Paper Mate” en el bolsillo de la camisa). En su sigilo, imbuido en ese sentimiento personal de pensar y soñar de los poetas, comenzó a escribir sobre una hoja del cuaderno que me pidió, mientras que yo aprovechaba para atizar un fogón de leña, no portaba su agenda ese momento.
Como es sabido el Poeta José Manuel ya no está nos dejó, escogió la misma ruta de su amigo Aquiles el esposo de María. Pero esto fue lo me dejó un día que el calendario marcaba la fecha 28 de julio de 2008. Guardo el manuscrito de puño y letra como un recuerdo inolvidable.
Hoy le seguí el rastro con el corazón y lo encontré entre unos papeles viejos. Yo a veces, orgullosamente, era como un mecenas del poeta y después lo disfrutábamos con un festín. A mi en particular me dejó muchos ejemplos y enseñanzas al igual que hicieron otros amigos que nos rodearon que ya nos dejaron... Dios ampare siempre su alma. Esto dice el citado poema de Morgado.
REENCUENTRO
Después de algunos años, hoy me he reencontrado
con Yudtih Buitrago
Metida su amable y culta figura
en un bello traje de un color que se me antoja
Como el verde-azul del mar
o de “Los paisajes Abrileños”
Inteligente en el hablar y con la eterna dulzura
que lleva en su corazón: Una flor de amistad
Como un buscador de diamantes
le descubrí un nuevo pétalo en la flor de su cara
Y una nueva sonrisa
Y una nueva voz
Propicia para guardarla
en el cofre de los silencios…De los recuerdos
Para abrirlo
en los momentos precisos
en que mi alma de poeta
los requiera
Su voz -recordarla-
es para acompañar las soledades.
JM/2008
Oscar Carrasquel, abril 2021
Fotografía y montaje Ramón Alfredo Corniel
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