Aunque me agobie la soledad
frente a la madrugada
Aunque me ahogue
en manantiales de tristeza
siempre me traen al recuerdo
el rielar de unos ojos de candela
que iluminan la noche callada
Acaso no ves mis manos
peinando tu pelo suelto
como una cascada
Me atrae el lunar en tu rostro,
me atrae lo dulce de tu voz,
me atrae tu risa rochelera
Que siempre andan juntas
encendiendo las luces
de las mismas estrellas
Y con un lejano lamento
te nombra mi voz enamorada.
Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, noviembre 2017
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