lunes, 15 de enero de 2018

DON CRISANTO NACIÓ EL DÍA DE LA CANDELARIA




                                                                                                                      Por Oscar Carrasquel


Setenta  años de edad acaba de cumplir  don Crisanto, siempre viviendo en el viejo pueblo ribereño, mi amigo.. Oriundo de la comunidad de Sucre, jurisdicción de El Baúl, estado Cojedes. El tiempo no ha cambiado sus costumbres de hombre del llano. Símbolo de una raza aborigen. La Nariz aguileña, piel morena, alto, delgado, sombrero peloeguama, se saca un bigotico semejando a las alas de una mariposita disecada. Llegó a tener uno de los primeros jeep que llegaron al pueblo.

Un señor sumamente modesto y de espíritu joven, tan así que sus allegados le pusieron "Pica flor"  de sobrenombre, metido en su acostumbrada indumentaria dominguera; botas color marrón de cuero y un liquiliqui beige abrochado en los últimos dos botones. En un ojal de la blusa  le cuelga una cadenilla  de plata con  reloj esfera. Campechano, de exquisito y criollo decir.

Se criò desde pequeño al lado de un tìo padrino -según me contó- hermano de su mamá, que tenía la única barbería del poblado y tocaba muy bien el violín. De aquel heredó el oficio de cortar pelo, el sillón y los implementos de trabajar.. Don Crisanto, a pesar de la edad todavía ejerce de barbero desde hace unos cuantos años. No se le conocen fracasos con mujeres.

No es la primera vez que lo vemos y visitamos, hace dos años que pasamos a conocerlo y continuamos la comunicación con él. En su casa siempre hay un espacio para sus amigos. Esta vez le buscamos la conversa,y  tras un breve saludo nos arrima un banquito de madera y suela...Eran las nueve y pico de la mañana de un domingo cualquiera. El hombre no abre los domingos ni tampoco el día de la Virgen de La Candelaria. Quien transite la calle arriba o abajo del pueblo por la orilla del río lo puede encontrar en una silleta recostado de una pared, casi llegando a la esquina, rasgando y afinando  las treinta y tres cuerdas de un arpa llanera. 

A veces viendo pasar las horas recuesta el instrumento a descansar y ve pasar las horas  arrellanado en una silleta de cuero, con una pierna sobre la otra, apuntando  hacia la corriente del río como una carabina.

Yo me doy cuenta de todos sus movimientos. El respetable don Crisanto no es  hombre de esconder las cartas, le da poca importancia  a lo dicho por su mujer: que "muchacha no le hace caso a viejo". Obsequia a las sutiles damas que avista pasar para la misa, puñados de caramelos extraídos de uno de sus bolsillos. A unas, le recita versos de su propia cosecha, a otras, se los pasa en un hoja de cuaderno en su precaria caligrafía. La mayoría recibe la flor de su prosa con embeleso, pero entre  damas hay quien  lo recibe de mala gana y hasta le dicen !viejo come chimò!.

Es feliz con su fe puesta en la intimidad de un sueño que no termina nunca. Como hemos visto la llama encendida  de su espíritu parecía eterna. En lo que uno pisa su fuero el día 2 de febrero cuando se celebra el día de La Virgen de La Candelaria, la fecha que don Crisanto   cumpleaños, se siente volar la poesía y la música llanera muy  en alto. Se emparrandaba, como dicen en el llano..

El tiempo a veces nos impide volver a ver a los seres  que nos rodean en determinadas  circunstancias de la vida, aquellos que nos han  brindando su amistad. Pasò .lo de siempre, se marchó sin retorno don Cipriano, la ingrata noticia me la dieron un día que yo pasaba por Tinaco. Que Dios lo tenga en la Gloria.

Araure,  estado Portuguesa verano 1991



Oscar Carrasquel


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