Hoy mi alma
se sintió compungida
En la hora precisa
que se extingue el día
Oí una voz del otro lado
que me decía,
que el poeta andaba por la Villa
despistado
Fue visto por la senda norte,
en los feudos de La Coromoto
desplazándose plácidamente
Una libreta de poemas
en su mano derecha,
Y una flor de margarita
enganchada en su pechera
Sobre el cerro de Los Chivos
lo vieron
fotografiando,
una bandada de perdices
que cruzaban la hondonada.
fotografiando,
una bandada de perdices
que cruzaban la hondonada.
Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, 18.01.2017
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