JOSÉ GONZÁLEZ EL "RAY RYDER" VENEZOLANO
¿Llegasteis a saber quien era el verdadero Ray Ryder ?... Pues bien, todo esto nos lleva a recordar la historia de un pistolero legendario protagonista de novelas y películas de vaqueros. Pero en esta oportunidad venimos a contarles sobre José González. En La Villa ostentó el sobrenombre de "Ray Ryder" (no era ningún pistolero). Lo conocimos en nuestra niñez y juventud, fue un muchacho que era asiduo en el cine Ayacucho, se extasiaba viendo las películas del lejano oeste, pero al mismo tiempo era vendedor de caramelos de miel y novelas de vaquero. Recuerdo sus gritos en el cine.. Catire, cara seria, sano, muy aplicado en la escuela. El tiempo lo fue poniendo viejo.
Trabajador de aquellos seres íntegros de antes. Sabía por intuición el significado del poder de la venta. Nuestro querido amigo Ray Ryder, emergía en la tarde-noche de las sillas de la Heladería Macuto frente al cine, recorría con un azafate lleno de confites y novelas vaqueras el espacio de “Numerado” y “Galería” de nuestro viejo y siempre recordado Cine Ayacucho, frente a la plaza Miranda de Villa de Cura. Uno le compraba unos caramelos de azúcar para mantener la boca húmeda, pero a la vez sin perder la vista y la secuencia de la película en la pantalla.
Creo que era nativo de Villa de Cura, ya que nunca le vimos apartarse de este pueblo, acà tuvo esposa y levantò a su familia con el corre corre diario. Su residencia fue una humilde vivienda ubicada por la antigua calle Guàrico, conocida hoy como calle Rafael Bolívar Coronado.
Durante las horas del día para ganar un dinerito se dedicaba a la reparación de artefactos electrodomésticos a domicilio, por eso siempre lo veìamos en su vida cotidiana, cuando aparecía en cualquier boca calle conduciendo una motoneta Vespa de tono gris.
En la sala de cine era comerciante de cosas pequeñas, de caramelos en forma de corazón, de varios sabores, de frutas, de menta. Pero lo fuerte de él era ofrecer novelitas de vaqueros de 100 páginas, a real (o,50) cada novela; siempre cargaba un puñado del autor español Marcial La Fuente Estefanía. Yo siendo muchacho recuerdo haberle comprado un título de fácil memoria: “La Venganza del Coyote”, que luego intercambiaba a los demás compañeros de la cuadra. Se surtía de novelitas en la librería Las Novedades de la familia Manzo.
El popular personaje villacurano tenía sus seguidores, respondía a todo el mundo por RAY RYDER, por ser el nombre de su ídolo preferido de los film del lejano oeste. Además, su hobby era contar sublimes detalles del protagonista de la película, tal como si lo hubiese conocido, además de nombrar lugares fantásticos de las antiguas películas del oeste.
!Qué grato y divertido era ponernos frente a RYDER para que nos contara una de vaquero! ... A través de su memoria podíamos saber, por ejemplo, el nombre del protagonista de la película... "Mustang" el nombre del caballo que atendía con un silbido; los indios que siempre pierden la pelea; la autoridad del Cheriff sometiendo a un forajido; la diligencia interceptada en el camino a Montana o Sacramento; el tren que llegaba con su silbato lanzando bocanadas de humo; la disputa entre un par de pistoleros listos para disparar en una calle disputándose el amor de una cabaretera. Todos estos detalles se lo aprendía al pelo nuestro querido amigo RAY RYDER.
Supimos por comentarios que, cuando irrumpía la palabra “End” (Fin) en la pantalla a las nueve en punto de la noche, RYDER era el primero que abandonaba la sala y se lanzaba por la calle Real, alumbrado por la tenue luz de los postes, caminando como un autentico vaquero, con las piernas arqueadas y las manos a la altura del cinturón..
Ya no está entre nosotros don Josè Gonzàlez, el popular Ray Ryder, ya no vuelve ni veremos más al vendedor de novelitas de vaqueros y caramelos de azúcar; aquel muchacho campeón de la humildad que dejó sus pasos (afuera y adentro) del cine Ayacucho. El mismo que hace màs de 60 años lo encontrábamos en la calle y le decíamos "!Ray, cuèntanos una de vaquero!", de esas del cine o de las páginas de aquellas novelitas escritas por Marcial La Fuente Estefanía, lo cual lo hacía completamente feliz..
Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, febrero de 2018
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