viernes, 13 de enero de 2023

 

LA PARADURA O BUSQUEDA DEL NIÑO PERDIDO

 

Por Oscar Carrasquel

 

La Paradura y la Búsqueda del Niño Perdido es una advocación exclusiva de la Iglesia Católica para indicar que el Niño Jesús ya puede levantase.. La organizadora que puso su espíritu para que se iniciara esta tradición en Villa de Cura fue la señora Gladys Ybarra de Varganciano. Hasta los momentos se han realizado 24 ediciones La reunión de este año se tiene previsto realizar  el domingo 15 de enero en horas de la tarde. Ya cuenta con 24 ediciones. Se trata de la renovación de una tradición.  La visita en cada casa de la vecindad, tocando de puerta en  puerta, buscando al Niño  Perdido indica que ya se puede recoger el pesebre, uno de los regalos que deja la Navidad. Esta fiesta no termina aquí sino que se prolonga en otras entidades hasta el 2 de febrero día de la Virgen de la Candelaria.

Doña Gladys Ybarra de Varganciano es la persona encargada de seleccionar y preparar a los niños y niñas que van a representar el Nacimiento Viviente, a los pastores y pastorcitos que recorrerán las calles, a buscar casa por casa, al Niño Perdido junto con a los vecinos del sector. Hay procesión, se reza un rosario, se cantan versos  alrededor de una manzana, también gaitas y villancicos.

En esta oportunidad la procesión será encabezada por el Diacono Joscar Ortega pastor de la Iglesia San Luis Rey. Años antes, cuando había progreso, después de la procesión se hacía un brindis, se servía ricos dulces, golosinas, refrigerios y vino. La verdad es que el lugar se convierte en una gran fiesta hogareña. Esta celebración fortalece el camino para que la festiva calle Páez de Villa de Cura pronto sea proclamada como Patrimonio Cultural.

Este año acompañará al torrente de feligreses la agrupación Serenateros de Venezuela bajo la dirección de Orlando Veloz y Omar Rebolledo. Las madrinas serán tres: Josefina Herrera de Rodríguez, Mariana Rodríguez Herrera y Luis Álvarez Rodríguez. Se reúnen los vecinos de la calle Páez en paz y llenos de alegría, de personas de diferentes sexos y edades elevando  sus oraciones a Dios y a su madre amada, una fiesta donde se encuentran los vecinos  de dos manzanas aledañas, se conjuga  la sonrisa de tantos niños rogando por la paz, por un futuro seguro, reunidos fraternalmente  en la casa de la familia  Varganciano Ybarra, al final de calle Páez.  El Niño ya se  puede parar. 

 

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, enero 2023

 

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