domingo, 13 de octubre de 2019

AMADA

                                                         

                                   

                  


El sueño de la noche
irrumpe el laberinto
de dos sombras lejanas

Es mirar de nuevo
del estío la llegada

Un torrente de agonía
de dos ramas secas
que dejaron de rozarse

Los roces del ayer
(en tantas veces)
hoy son fantasía

Los alientos se alejan
como truenos lejanos, 
en un atardecer sin lluvia 

Es espuma,
es río sin vida
cuyas aguas se han ido

Es ocaso tendido
a lo largo  
del andado camino.



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