Oscar
Carrasquel
Ya
no existen metas
para
los mañanas
Solo
la recordación
de cuando el agua milagrosa
bañaba
tu cuerpo de diamante
en
los ayeres
Y
soplaba fresca la brisa
que
caía del cielo
cabalgando
sobre el sendero
Ya
la quieta agua domesticada
no
cae sobre los inquietos cuerpos
ni
riega la entreabierta rosa
del
jardín que atrae
Ya
no hay el choque
de
dos desenfrenadas miradas
deteniendo
la respiración.
Maracay,
14/03/2020
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