jueves, 19 de noviembre de 2020

SATURNO LINERO EN LA HISTORIA DEL JOROPO ARAGÜEÑO.



Saturno Linero, Silvino Díaz y Manuel Vicente Zapata. Foto Editorial Miranda/ Expresión/No 31/mayo 1991/pag 20.


                         SATURNO LINERO EN LA HISTORIA DEL JOROPO ARAGÜEÑO

 

                                                                   Por Oscar Carrasquel

 

Debo comenzar  esta modesta crónica manifestando que el “Joropo  Aragüeño” tiene hoy en día como uno de sus mayores conferenciantes a José Manuel Valera, poeta, locutor, compositor de letra de joropo, un incansable estudioso,  exponente y luchador por la música central. 

Ciertamente, “Joropo Aragüeño”, así se denominó hasta por ahí a finales de los años 60 a este género musical representativo del folclor aragüeño, antes que se cambiara para “Joropo Central”. De cualquier manera creo que no es inconveniente usar cualquiera de los dos adjetivos, lo más esencial es que se ha visto expandida su popularidad por una buena parte del territorio nacional y hasta más allá de sus fronteras. Lo cierto es que el joropo aragüeño nació en el campo entre maizales y cafetales. En nuestra modesta opinión este ritmo, con el paso de los años, llegó a gustar en el perímetro urbano, como la manera de familiarizarse  ricos y pobres, hoy en día es querido y disfrutado por jóvenes y mayores.

Según un ensayo que hicimos sobre lo que pudimos indagar, en la década de los años 40 el joropo aragüeño de arpa, maracas y buche, se escuchaba muy poco; uno de los primeros exponentes ejecutando el arpa aragüeña fue un excelente músico nativo de la Parroquia Las Mercedes, conocido con el nombre de José Sánchez. Y de la época cuando se montaban grandes bailes en La Villa en la decada del 50 surgieron otros arpistas entre ellos  Emilio Mosquera, Julián Bolívar, Luís Castro, Alberto Urica, Florencio Morales y don Salvador Rodriguez. Emerge también Alfredo Sanchez con el arpa, quien en la actualidad ocupa un lugar preponderante como exponente del joropo central.

Para muchos actores identificados con el joropo aragüeño,entre ellos el desaparecido poeta y bailador Juan José Vargas Castillo, el  arpista que quedó sustituyendo al célebre José´ Sánchez fue el inigualable músico villacurano Saturno Linero quien fue uno de sus más aventajados discípulos. Pudiéramos decir entonces que, el ciego Saturno Linero fue uno de los mejores artistas tocando el arpa aragüeña, con el importante agregado que fue un fecundo y reconocido compositor. Me cuenta Juan José Vargas que lo conoce desde los 12 años que, Saturno acompañó en el arpa a los mejores cantadores de la época, entre ellos al negro Laureano Mogollón, quien sufría de una miopía declarada, también a los cantadores Julio Pérez, Pedro Matos, Quintín Duarte y Silvino Díaz, y otros. Tuve la suerte de disfrutar de sus presentaciones en vivo en los años 50, en un programa matutino en el auditorio de Radiodifusora La Villa., allí lo presentaba el locutor Manuel Vicente Zapata.

Saturno Linero como es sabido nació privado del sentido de la visión. su lugar de nacimiento fue el asentamiento campesino de Tierra Blanca, bucólico paisaje villacurano, ubicado a un costado de la carretera que conduce a San Juan de los Morros, en jurisdicción del municipio Zamora de estado Aragua. Abrió sus ojos al mundo el 11 de febrero de 1906. Hijo natural de la señora Juana Julia Linero, de familia muy humilde. Desde pequeño fue criado en el asentamiento rural “El Chino”, en el seno del hogar de un matrimonio campesino formado por don Adolfo Esaa y su esposa la señora Rosa de Esaa, dueños de cierta cantidad de terreno donde se criaban reses y se cosechaban frutos del campo.

Su vida desde niño transcurrió en el campo donde aprovecha a concurrir a los bailes y reuniones donde se tocaba, cantaba y bailaba joropo aragueño. Desde que era un infante con todo y sus limitaciones sintió y comenzó a mostrar sus deseos e inclinación por la música de joropo.

Quizá uno de los momentos más emocionantes de su vida fue haber fabricado su primer instrumento de cuerdas bien concebido, hecho por él mismo de la cascara de una calabaza, una fruta de concha dura abundante en nuestros campos, con el cual se entretenía. A partir de allí comienza a desarrollar sus dotes de rigurosa inteligencia ejecutando el arpa con maestría, a pesar de que no pudo vencer la gran nube en los ojos que le impedía ver la luz. 

Un buen día su vecino el productor agropecuario don Juan Bautista Rodríguez Zerpa quien lo escuchaba todos los días tocar a trascorral,  se lo trae para La Villa y se lo recomienda al maestro Ruperto Briceño, destacado exponente de la música popular, quien comienza a prepararlo musicalmente y le enseña las primeras lecciones para ejecutar el cuatro y el güiro a fin de llevarlo a la orquesta. que él dirigía Quería el maestro Briceño integrarlo a la música popular. Pero resulta que el muchacho tenía metido en su cabeza algo distinto, no pensaba en otro instrumento que no fuera el arpa, máxime después de haber oído tocar al extraordinario arpista el maestro José Sánchez, de quien  empieza a recibir las primeras enseñanzas con el instrumento.

Saturno Linero siempre llevó una vida modesta, eso sí, le gustaba vestir de liquilque de lino y yuntas doradas, zapatos de patente pulidos y andar bien acompañado. Compartió vida sentimental con la señora Ruperta González, natural de un sitio denominado Cataurón, perteneciente al municipio Zamora. La matrona murió en la Parroquia Las Mercedes el 8 de junio de 1945. La pareja procreó hija única reconocida, quien llevó por nombre Juana Julia Linero González, a quien tuvimos el honor de conocer en 1991, de presentación y conversa, nos recibió a Juan José y a mi en su residencia en la simpática y acogedora población de Cagua, municipio Sucre, estado Aragua.

Al morir  Ruperta, su mujer, Saturno Linero se avecindó definitivamente en la parroquia Nuestra Señora de las Mercedes, lugar de sus andanzas musicales compenetrado con el cariño de su gente. Según fueron sus deseos fue a parar a la casa de su compadre don Máximo Ascanio donde recibe máximas atenciones. En el seno de esta familia va a  fallecer después de una penosa enfermedad el 13 de junio del año 1968. Había cumplido 62 años de edad.

Fueron muchas sus composiciones entre golpe y pasaje, pero las más impactantes que se conocieron fueron el golpe “ Ruperta”, un mensaje de amor en honor a su mujer quien fue su gran compañía; otra pieza que impactó mucho fue “Ausencia de José Sánchez”, de un gran cariño con sentido pedagógico dedicado a su maestro del arpa; le siguen “El Ocumo” y “Caicara”; también compuso pasajes; el golpe “Santa Rosa”, ofrendado, no a Santa Rosa del Sur, sino a Santa Rosa del Pao, donde fue un artista muy querido y admirado; la pieza “La Niña Llorando”, la que fue su preferida que dedicó a su hija Juana Julia, de meses de nacida. 

Hay evidencias que fue maestro de maestros, él fue quien enseñó a tocar el arpa allá en el Pao de Zarate al maestro arpista Salvador Rodríguez. "Fue viendo a este artista llamado Saturno Linero que aprendí a tocar el arpa", lo dice Salvador Rodríguez  en una entrevista concedida al escritor y poeta Pedro Ruíz. La obra se denomina "Memoria de Aragua", el libro me fue obsequiado por el escritor trujillano residenciado en Aragua.

La pieza “La Niña Llorando” la interpretó en el arpa en la celebración del matrimonio de su hija Juana Julia, desposada con el joven José Vicente Cordero. En ese evento arrancó lagrimas de emoción, tanto a los novios como a los asistentes a la recepción. Sin embargo muchos conocedores de la música aragüeña coinciden en afirmar que su pieza cumbre es un joropo instrumental titulado “El Arrendajo”, en la cual remeda el trino del ave llanero en el cordaje del arpa. Dejó más de cientos de composiciones. Creo que de él no existen suficientes grabaciones sino algunos en discos de acetato de 78 rpm. Fue siempre el arpista que acompañaba a otra leyenda, al cantador de joropo Laureano Mogollón, a Quintín Duarte y a don Silvino Díaz, a quien acompañó bastante en la radio.

En el archivo particular de su hija Juana Julia Linero, reposa el único premio recibido en su fructífera vida como arpista y compositor, a ella  le fue entregado mes y medio después de su muerte, un importante reconocimiento aprobado por la Asamblea Legislativa del Estado Aragua, en atención a una propuesta llevada al cuerpo legislativo por su amigo personal, el entonces diputado  por el Distrito Zamora Juan José Vargas Castillo.

El maestro Saturno Linero fue un hombre llano, claro, no criticaba a nadie, honesto, bromista, lleno de bondad, a veces satírico pero respetuoso y excelente persona; fueron entre muchas, las virtudes que adornaron la vida de este gran caballero del arpa aragüeña. Obviamente, algunos de estos conceptos lo recogimos también de personas que lo conocieron, que anduvieron cerca de él, preocupados por la cultura, como el poeta y bailarin de joropo Juan José Vargas Castillo, y criterio de muchos que formaron parte de sus afectos con quienes hemos conversado.


Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, 11-2020 


La foto de la portada le pertenece a la empresa Editorial Miranda, Revista Expresión número 31, mes de mayo 1991