lunes, 14 de enero de 2019

ROSA CASTRO “ROSOTA” LA ÚLTIMA QUE FABRICÓ EL CARAMELO DE PAPELÓN .




.Por Oscar Carrasquel


Humilde, dando la pelea toda su vida, cariñosa, llena de afectos para todos los que tuvimos la fortuna de conocerla hasta que se apagó su vida...“Rosota” la llamaba todo el mundo en Villa de Cura, omitiendo su nombre de pila. El sobrenombre lo adquiere quizá por su corpulencia y tamaño de casi un metro con ochenta centímetros (1,80). Yo la llegué a conocer, la entrevisté en su casa para la reseña en el periódico El Vigía. De aquellas mujeres trabajadoras de antes que buscaban y encontraban día tras día cualquier oficio para ganarse la  vida, para poder  subsistir y huir de la pobreza.

ROSA CASTRO  fue su verdadero nombre. La escuela que aprovechó  fue el ejemplo y aprendizaje  de su madre de adopción la villacurana doña Froila Salvatierra quien le dio lecciones de vida La precursora de la fabricación de estos caramelos y dueña de sus inicios,  al parecer era vecina la calle Paez este , compartiendo las dos momentos de armonía y familiaridad. En este hogar hacía todos los deberes de la casa mientras aprendía a fabricar el caramelo de papelón. Hace años habitó  “Rosota” una casona ubicada al final de la calle Bolívar en Villa de Cura, al lado de la Casa del Santo Sepulcro. 

Recordar aquella Villa de Cura de calles enripiadas, las casas con cercas de empalizadas de alambre gallinero y el cantío de gallos en la madrugada, o el alboroto  de las chicharras en marzo; es recordar también a una golosina que en tiempos remotos fue dominio de nuestros paladares de muchacho, la cual podríamos catalogar los villacuranos como el confite estrella de aquella época.Se trata nada menos que los llamados: “Caramelos de Papelón”, que entonces se compraban en cualquier bodega, 8 unidades por una locha (doce céntimos y medio) para llevar a la escuela. De niño cuando todavía era un "firifirito" el pulpero me entregaba un puñado de estos caramelos de ñapa. No había bodega donde no los hubiera..

La fórmula para su elaboración fue un secreto bien guardado por la señora Froila Salvatierra, solo conocido por Rosa Castro, la muchacha de su mayor confianza, la cual no era su hija biológica, pero como si lo fuera, porque la crió y levantó desde meses de nacida.

La tradición identifica a este caramelo como una conserva cuya materia prima es el papelón criollo rallado. Tanto Froila Salvatierra como la señora Rosa Castro lo cocinaban en una olla con aleación de metal cobrizo, para que el caramelo adquiera un ligero sabor a ahumado, allí parece que existía lo oculto del asunto.

En la inicial entrevista que le hicimos pudo ver el fotógrafo José Seijas y quien escribe que, en su elaboración se junta  el papelón rayado con una mezcla de varias especies aromáticas, además de una porción de canela y clavo. Parece mentira, pero para matizarlo no debía de faltar una mínima cuota de ron añejo Gran Reserva.
 
Para que la mezcla no se pegara la tenía que remover constantemente utilizando un cucharon o una espátula de palo, mientras lo cocinaba en un fogón de leña. El humo hacía rueditas en el aire. El olfato era mejor que una prueba de laboratorio para saber cuando estaba lista la cocción, ya que el aroma del caramelo inundaba la atmósfera de la casa y llegaba hasta fondo  de la calle Bolívar.

Cuando la mezcla medio endurecía los cortaba en forma de cuadritos con un cuchillo, y lo envolvía en pequeños trozos de papel blanco de pulpería. Lo mejor de todo es que eran unos caramelos melcochosos, de color  oscuro, muy divertidos porque cuando uno se los llevaba a la boca disfrutaba su sabor masticándolos por varios minutos, sentía que se metía entre la encía y por la comisura de la dentadura. Y si los agarrabas con la mano entonces te lamías hasta los dedos. Los clientes llegaban como en procesión. Incluso se llegó a comercializar en pueblos aledaños..

No es que yo quiera hacerles un halago encarecido, sino pregúntenle a cualquier  persona de aquella generación en La Villa para que diga, cuál fue el mejor caramelo que haya probado en la vida. Era como beberse los soles de mediodía y las lunas de medianoche villacuranas convertidas en golosina. 

Yo no estaba en La Villa, se corrió la versión que  la continuadora de este arte, la ultima que fabricó el famoso Caramelo de Papelón tuvo un final trágico, todo parece indicar que todos tenemos un tiempo predestinado. Uno quisiera nacer de nuevo para no tener que repetir estas cosas; se dijo que por despojarla de un viejo televisor pantalla blanco y negro, uno de estos “hombres nuevos” que tanto se pregona  acabó con los días de esta hacendosa mujer.
 
Hoy todo ha cambiado, el tiempo se  ha  llevado nuestras tradiciones con sus rumores y silencios, hasta se llevó la exquisitez de nuestros recordados y sabrosos caramelos de papelón de la niñez que nos hicieron felices que aun fluyen en nuestra mente. Descanse en paz señora Rosa.





En esta foto de grupo vemos a Rosota ubicada en el segundo lugar de izquierda a derecha.




La foto de Rosa Castro en la cocina  es una cortesía del señor Inocencio Chencho Adames

La foto en grupo es una cortesía de Lucy Hernandez, hija del Indio Mara, quien aparece en cuarto lugar de izquierda a derecha.



Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis,  2019





4 comentarios:

  1. rosota, le conoci....noble mujer, incansable, de sonrisa afable,muy servil, humilde en fin de esas personas que hoy dia poco se conocen,comi sus caramelos como no recordarlos...dios la tendra en un lugar especial endulzando ese espacio que hoy ocupa...paz a su alma por siempre

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  2. Agradecido al senor Oscar Carrasquel por sus innumerables aportes al pueblo de mi querida Villa de Cura en especial al reciente homenaje dedicado a mi papa' Angel Matias Rodriguez Sumoza En Dios confiamos....

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  3. Agradecido al senor Oscar Carrasquel por sus innumerables aportes al pueblo de mi querida Villa de Cura en especial al reciente homenaje dedicado a mi papa' Angel Matias Rodriguez Sumoza En Dios confiamos....

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  4. Agradecimiento al senor Oscar Carrasquel por sus innumerables aportes a mi querido pueblo de Villa de Cura en especial al reciente homenaje dedicado a la memoria de mi papa' Angel Matias Rodriguez Sumoza. En Dios confiamos...

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