sábado, 25 de abril de 2020

CUENTO DE MI MISMO LOS PASOS POR EL BÉISBOL .


                  
 , cuando defendía la camiseta del  “Cerveza Caracas” en 1959-'60. Foto archivo de Gilda Carrasquel. Retocada por Ramón Alfredo Corniel.

                                                              Texto: Oscar Carrasquel

Dicen que recordar es vivir y lo hacenos ahora que tenemos la dicha de existir ya que la tarde avanza. El club de béisbol "Cerveza Caracas" lo fundó en 1957 en Villa de Cura el señor Pedro Perés, gerente regional de la Cervecería Caracas, con sede en Maracay. Recuerdo que Humberto Maldonado, Victor Marténez Rodriguez, Luis Almeida, Eliseo Briceño y Pedro Ezequiel González, fueron  sus principales animadores y  miembros  de la junta directiva.

Quién escribe fue uno de sus jugadores regulares. Desde 10 años de edad comenzaron mis andanzas en la pelota, mi mamá era quien me cosía el guante y lavaba el uniforme.  tenía asignado al espaldar de mi chaqueta el número 13. El anager Carlos Graterol me alineaba fijo  en el área de los jardines en el leftfielder,. Bateaba y fieldeaba a la derecha. Quiero que se sepa que en béisbol, ninguno se escapa de un sobrenombre y a mi me pusieron "patón" El. coach de tercera era Roso Martinez "el berraco". El escenario siempre fue el estadio Ramón María Acosta, recién inaugurado.

El "Cerveza Caracas" conquistó un torneo categoría "A", un campeonato distrital y estadales. Cumplió giras a nivel nacional,  Caracas, Los Teques, Valencia, Puerto Cabello y Maracay, y pueblos circunvecinos de Aragua y Guárico. En San Juan de los Morros a pedido de la población penal, los domingos jugábamos  en el estadio de la PVG. Recuerdo que nuestro manager seleccionaba de refuerzo a los peloteros "AA" Emiliano Hernández "E,José Ramón Izzo y Rafael Colmenares, ya que los reclusos nos tenían preparado siempre una especie de "caimanera"

Yo ocupaba la primera posición al bate. Cuando no me hacían out, daba una línea o  me embasaba con un de hit de piernas, o cogía una base por bolas, poseía una gran rapidez corriendo las almohadillas, muy  ágil estafando bases. Terminaba los torneos frisando los 300 puntos...

Las entusiastas madrinas que acompañaban al equipo para todas partes fueron Consuelo Pulido, Isabel Córdova, Adelita Martínez, Teresita Díaz y una hermana del gato Alberto Pérez cuyo nombre no recuerdo.

Yo no era bateador de poder, sino de líneas cortas, y siempre estaba metido en los numeritos. Quien lo puede atestiguar es Anseris Quintana, anotador oficial, que todavía respira gracias a Dios por allá en  “La Carluchera”. Igualmente está mi amigo Nerio López jugador del mismo equipo el cual vive en el sector Las Tablitas.

La novena era muy modesta, no éramos ningunas estrellas pero me atrevo a decir que espantábamos en los parques donde jugábamos. Para mejor recordar entre los integrantes del conjunto “Cerveza Caracas” figuraban: Catcher José Balandrón, primera base Rafael Requena ”Yokim”, segunda almohadilla Orlando Pérez “el gorila”, short stop  Emiliano Hernández "cochino", tercera base la alternaban Armando Flores y Nerio López. Custodiando el jardín derecho Oscar Carrasquel “Patón”, Center fielder  Pedro José González “peruchito” . El right fielder lo defendía Morocho Colmenares “Caimán, rápido defendiendo esa pradera, fildeaba como un coloso.

Los pichers  eran los estelares: Efraín Scott, Alberto Pérez "el gato", el flaco Víctor Córdova, Talúa Cabrera, Florencio Colmenares “Conejo”, Carlos Acosta,  Agustín Ascanio, y uno de Santa María que tenia por sobrenombre  “Campuruso”.

En las tertulias siempre surge una anécdota las cuales son abundantes en la vida de los que jugamos béisbol. Voy a permitirme subrayar y relatar una de ellas, cuyo escenario fue el estadio Ramón María Acosta.

Resulta que en un partido crucial defendendía yo el center fielder.  se produce un batazo profundo  bastante elevado, entre el right y el center fielder. Tanto Morocho como yo, partimos a perseguir el batazo hacia atrás,  cuando oigo a "Caimán" desesperado que  me  grita: “es más que tú que mí”, y tuve yo que fieldear la pelota y caemos los dos muertos de risa  en el engramado. 

Cosas del béisbol que es un deporte de mucho estrés, pero al mismo tiempo un juego donde ocurren el mayor número de anécdotas. En fin, debo manifestar que en el juego de béisbol hice mis mejores amigos y encontré los mayores afectos.



Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís,  abril 2020


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