viernes, 29 de enero de 2021

FERNANDO RÍOS "COME VIDRO" EL FAKIR VILLACURANO


 FERNANDO  RÍOS "COME VIDRIO"  EL FAKIR VILLACURANO

                                  Por Oscar Carrasquel

 

Fernando Ríos fue uno de los personajes más curiosos que conoció aquella Villa de Cura de mediados del siglo pasado del gentilicio popular, relacionado con las tradicionales fiestas. Un hombre ingenuo.  Corría la década de los años 50 y principios del 60. Eran tiempos cuando don Ricardo Flores Méndez cargaba en la parrilla de su bicicleta Raleigh un plato tocadiscos, y una colección de Long Play de música popular, con lo cual ponía a mover el esqueleto  en los “picoteos”, llamados también “bailes de arroz”, de fin de semana. 

De esos días conocimos a un  hombre joven, fiestero, trigueño, retaco, bebedor, cuya figura quedó sembrado para siempre en nuestra memoria. Fernando Segundo Ríos era su nombre de pila, mejor conocido con el sobrenombre de “Come Vidrio”, a quien tratamos en varias oportunidades.

No era forastero este otrora personaje, al parecer era nacido en una barriada de alfareros de Villa de Cura, en la Parroquia Las Mercedes. El hombre como si fuera un auténtico faquir se llevaba a la dentadura  todo lo que fuera hecho de cristal. Se sabe de personas que se comen una luz en un semáforo; pero que se coma un bombillo fluorescente y un vaso de vidrio jamás. Adquirió ese remoquete porque delante de la mirada de toda la gente que se agolpaban a su alrededor, el hombre agarraba un par de vasos de vidrio y los trituraba en la dentadura, sin producirse ni siquiera un rasguño; y detrás de la peripecia, ingería un vaso lleno de cerveza o cualquier otra bebida. Existió consenso en decir que en apariencia el hombre mascaba vidrio.

El número lo realizaba en cualquier sitio, en la plaza Bolívar, en los bailes de arroz, en la arepera, en El Teide, pero especialmente en el interior de los bares de La Alameda, ante la presencia de un gran número de parroquianos bohemios que como premio le depositaban propinas en un sombrero, y le brindaban  las espumosas bien fría pero servidas en vasos de cartón.

Después, indagando, hojeando por curiosidad unos manuales de anatomía que me habían regalado, pude darme cuenta que las personas que mastican vidrio merecen conmiseración y respeto, sufren de una patología que la ciencia médica denomina Hyalophagia. Quizás Ríos lo hacía imitando el propio estilo circense, también es probable que nuestro personaje sufriera de ese trastorno poco conocido. En La Villa no se sabe de otro caso similar.


Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, enero 2021

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Deja tu huella en este blog con tu comentario.