jueves, 15 de agosto de 2019

JOSÊ PÊREZ...EL MORENO PORTEÑO




 EL MORENO DEL TANGO

“Tango que me hiciste mal y sin embargo quiero...”

                                                              

                                                                                                   Por Oscar Carrasquel

Eran aquellos tiempos cuando la vieja comunidad de Nuestra Señora Las Mercedes de Villa de Cura era un poco más pequeña y por supuesto con una población más reducida, atravesada de norte a sur, como si fuese por una lanza,  por  la  calle doctor Jaime Bosch, Había  primero que llegar al sitio conocido como las "Cuatro Esquinas" y pasar frente a la Iglesia de Las Mercedes para uno llegar hasta el caserío. Era como un Camino Real vital para pasar al valle de Tucutunemo. El recuerdo de aquellos días vuelve a arroparnos.

De vida apacible este caserío y de gente muy laboriosa, la brisa soplaba desde la parte Este y con ganas estremecía las ramas de los samanes en los solares de las casas de la sutil comunidad, con sus orillas olorosas a greda de Tejerías y tufo de botiquines.

Hasta las últimas viviendas de bahareque llegaba  el eco de la música argentina de la Rokola del famoso botiquín “TANGO BAR” de nuestro siempre recordado amigo JOSÉ PÉREZ. El negocio al igual que el de su vecino el botiquin de "Ruñío" llamaba mucho la atención y eran muy visitados; tenía tres puertas de entrada, dos por la calle Jaime Bosch, y una por la callejuela que va al remanso del río Tucutunemo.

El juglar Josè Pèrez  había nacido en Villa de Cura en el barrio Las Tablitas el 18 de octubre de 1925. Era hijo natural de don Ramón Rodríguez, mejor conocido en la comunidad como  "Ramòn El Lotero", en doña Marìa Cecilia Pèrez. La pareja levantò cinco hijos mas: Josefa, Carmen Elena, Crispín, Julio y Teresa Pérez.

Se arraigó la mayor parte de su vida en el sector de Las Tablitas pero al parecer  fue en Las Mercedes donde  mujeres le juraron al gordo el primer amor y oyó por primera vez un “Te quiero”, después con el correr del tiempo oiría la misma frase una cantidad de veces. En sus tiempos mozos fue un hombre trabajador y luchador con ahínco.

La abnegada mujer que logró llevarlo al altar sobrevive en nuestra comunidad, se llama  Gladys Padrón de Pérez, hija de la reconocida maestra dulcera doña Carlina Padrón. El  matrimonio tuvo un solo hijo que lleva por nombre Antonio José Pérez Padrón, Psicólogo Clínico,  combina su profesión con la música, creador de  grupos en Villa de Cura y Caracas.

En la vieja rokola RCA Víctor, recostada a un rincón del TANGO BAR puyaban canciones los clientes que iban llegando a platicar o jugar dominó y partidas de bolas criollas. No me lo contaron, sino que lo ví con mis propios ojos, la selección era como una explosión de pura música gaucha. No había música de otros estilos. Aquel bar era un rinconcito romántico,  como una especie de peña de personas que les gustaba disfrutar la música rioplatense.

Abría su negocio todos los días. A menudo la cantina TANGO BAR recibía la visita de una profusión de voces de tangueros villacuranos acompañados de guitarristas, entre los cuales cabe mencionar a José Chacìn “Gardelito”, el poeta Vinicio Jaén Landa, Ramón María Acosta, el doctor Eladio Lovera, Juan Alayòn, Julio “El Che” Martínez, Teobaldo Parra, Agustín Ascanio, Antonio Martínez Santaella, el cantor de tangos Martín González, Antonio Tamiche, Andrés Delgado “El gallo”, entre otros. Hubo un día en una fiesta de nuestra Señora de Las Mercedes de fines de septiembre, el tanguero Vinicio Jaèn arrimó al bar a un músico de apellido Di Maggio, traído de la ciudad de Maracay, quien era un artista tocando un bandoneón.

JOSÉ  PÉREZ fue su nombre real y “El Moreno Porteño” su nombre artístico, apelativo que después se oyó pronunciar en todos los escenarios donde se presentaba este cantor popular villacurano con una calidad de voz. Este sobrenombre de faenas artísticas se lo endosó el poeta Vinicio Jaén Landa por allá en los años 50,  cuando lo presentaba en el estelar programa “Variedades Pampas” que se radiaba todos los días a partir de las 8 de la noche por la frecuencia de Radiodifusora La Villa. Este cantante llamado José Pérez sabía Interpretar de todo dentro del campo de la música argentina, con el alma y corazón y la convertía en puñales.

JOSÉ PÉREZ fue un hombre pobre pero alegre y de costumbres sanas, sabía cómo gozar la vida, se desvivía por el canto, bohemio y parrandero. Falleció en su pueblo natal Villa de Cura el 6 de febrero de 1980; apenas había cumplido 55 años de edad. Fue un personaje muy querido en la parroquia Las Mercedes y en el Barrio Las Tablitas; muchos sábados se lanzaba en las noches claras de luna y su canto se perdía por la polvorienta calle Páez, en su prolongación. No se cansaron las ventanas del barrio Las Tablitas, en las tranquilas noches, y el grupo de sus amigos de oír  tangos en su recia voz.

Muchas veces conversé con José cuando visitaba el barrio donde tenía familiares, siempre manejando una bicicleta Raleig de paseo, fuimos muy  amigos al igual que lo soy de su hermana Teresita, lo escuché cantar en el auditorio de la radio, en el cine El Corralón,  que era donde se hacían veladas artísticas con regularidad, y en reuniones de cumpleaños, vestía sobrio, prefería siempre una larga guayabera de color claro despidiendo un aroma de perfume Paco Rabanne en todo el ambiente. 

Hace un rato en la alta madrugada lo vi cantar como un auténtico artista argentino (me entusiasmó la alegría de ese sueño) interpretando un tango de Carlitos Gardel;  cantaba  “Melodía de Arrabal” con toda la fuerza de su alma,  acompañado del sonido de la brisa de la sabana villacurana, con sus dos brazos en alto que parecían llegar al cielo y volvían y la alegre sonrisa de su dentadura de oro, porque  "El Negro" siempre sonreía cuando cantaba, y así lo quería recordar. Poseía un inmenso repertorio de música argentina. 

Así pués, la mente y el soñar, gracias a Dios, siguen amontonando historias pequeñas que llegan desde el alma para contar en esta marcha de la existencia, de tiempos que fueron alegres en el terruño villacurano que nos vio nacer y crecer, con el recuerdo  de aquel "Viejo barrio de mi ensueño/ El de ranchitos iguales", para recordar a nuestro barrio Las Mercedes y decirlo con letras de don Carlitos Gardel, el Morocho del Abasto.

La Villa de San Luís, agosto  2019




                                 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Deja tu huella en este blog con tu comentario.