jueves, 22 de octubre de 2020

DE QUÉ GENERACIÓN ERES…APRENDISTE A LEER Y ESCRIBIR EN UNA DE ESTAS “ESCUELA UNITARIA” EN VILLA DE CURA?


 


              Por Oscar Carrasquel

 

Hubo en Villa de Cura hasta por los años 50 y 60 una labor de instrucción desarrollada por mujeres que tenía como objetivo la enseñanza primaria, equivalente a un primero y segundo grado de educación oficial, cumplida desde sus propios hogares, recibieron la connotación de “Maestras Preceptoras”. La formación como maestras de escuela era prácticamente autodidacta. Alude esta definición a las educadoras que no poseían aún el título de Maestra Normalista. Nunca era atendida en un salón una cifra que sobrepasara los veinte alumnos de deferentes sexos. Las clases la daban en un espacio de su casa. La mayoría  obtuvieron permiso del Ministerio de Educación Nacional para realizar esta labor.

Eran tan reconocidas como educadoras, y preparaban tan bien al alumno,  que muchas de sus  enseñanzas se adaptaban el programa del sistema educativo oficial, por lo general el muchacho egresaba de esta Escuela Unitaria para las Escuelas Graduadas Oficiales a cursar directamente el tercer grado, sin menester de realizarle examen de admisión.

Ya el educando conocía los símbolos de la patria, urbanidad, ortografía básica, caligrafiar y dibujar algunas formas geométricas. Igualmente sabía de memoria las cuatro reglas de matemática (sumar, restar, multiplicar y dividir) que venían marcadas en la solapa de un cuaderno marca “Caribe” o “Libertad”. Recuerdo que los niños pasaban casi todo el día en la escuelita,  desde la mañana hasta la tarde.

Posteriormente la designación de “Escuela Unitaria”  el Ministerio de Educación Nacional  se encargó de  asignarlo a las escuelas  establecidas en áreas marginales y rurales, las cuales se  identificaron por dígitos, recuerdo que en la calle Comercio vía el cementerio viejo de Villa de Cura, funcionó la Escuela Unitaria número 62, hoy se conoce como “Escuela Básica Vinicio Adames”.

La infraestructura de estas escuelas  era muy pobre, así la nuestra; el salón de clases estaba constituido por unos largos bancos de madera, un pizarrón, borrador y tiza. Y un retrato guindado en la pared, el más fiel de nuestro Libertador Simón Bolívar que nunca se borra de nuestra mente. Los alumnos llevábamos un lápiz Mongol con la punta ya sacada y un cuaderno de a locha metido en el bolsillo de atrás del short.

Una escuela de más tradición en Villa de Cura en las primera décadas del siglo xx fue la escuela de doña Pepita Peraza, en la calle Real (Avenida Bolívar) donde cursaron sus primeras letras el poeta Vinicio Jaén Landa, el ingeniero Héctor Hernández Carabaño y el animador de radio y televisión Amador Bendayán. Por oír este testimonio de don Vinicio Jaén.

Evoco y rindo tributo con mucho cariño a la Escuelita Unitaria fundada por la guariqueña, de San Juan de los Morros, doña Elvira Antonia Rodríguez de Bolívar, andando siempre a la mano de Dios y la Virgen de Lourdes donde el niño se sentía como en familia; el aula de impartir clases era una pieza de la casa, atendida por sus hijas, las señoritas Priscila Bolívar Rodríguez, Tulia Isabel Bolívar Rodríguez y Josefina Bolívar Rodríguez, quienes agregaban como segundo aspecto el aprendizaje del Catecismo de la Iglesia Católica. A esta escuela ubicada en la calle Urdaneta asistió, de ocho y nueve años, el autor de la presente nota. Nunca me canso de machacar que fue como un farol para mi vida.

Una Escuela Unitaria de las más emblemáticas en Villa de Cura en aquellos años fue la regentada por Misia Angelina de Roldán, la madre del dentista Víctor Roldán; estaba ubicada en la calle Miranda entre calles Morales y Urdaneta.  Es bueno recordar que esta matrona Angelina de Roldán era una señora de carácter irascible, de voz suave pero con un vocablo de mucho respeto y autoridad, que yo conocí porque pasaba todos los días por el frente de su escuela; las letras entraban porque sí, los muchachos no tenían tiempo para el esparcimiento sino para el estudio; cero habladera, nada de devaneos, ni guachafitas, aunque sí compartían sanamente. Para algunos, sin embargo, esta fue una escuela muy provechosa en donde asimilaron una sabiduría indestructible.

La maestra Josefina Rojas Lovera, educadora por antonomasia de una larga trayectoria, una verdadera querendona de su pueblo, apegada a las buenas obras educativas; ayudó a levantar escuelas, fundó la Escuela Unitaria de Espinital, en un terreno rural en jurisdicción de la hacienda Los Bagres municipio Zamora. Pasado un tiempo crea la Escuela Unitaria en  Villa de Cura. Funcionó  en una casona en la calle Páez, Este. El inmueble lo ocupan hoy en día la señora Berta de Arias y familia. En su honor funciona en el centro de la Villa de Cura actual, una institución privada moderna signada como “Escuela Josefina Rojas Lovera”, ubicada en la calle Comercio, fundada por la Maestra Martha Fuentes de Martínez, donde estudió el preescolar y primer grado mi nieto Juan Pablo Carrasquel Bolívar. Me tocó llevarlo y traerlo los días de clases.

Siguiendo estas gratas evocaciones no podemos dejar de nombrar también a la escuela  regentada por la señorita Sofía Rodríguez De La Rosa,  una educadora ejemplar, muy nombrada de toda la vida en Villa de Cura, funcionó hasta hace poco en una casa amplia de la calle Comercio a dos cuadras de la Plaza Miranda. Además que tuvo una vida cultural en música, teatro, veladas, recitales, etcétera.

 La señora Teófila Ramírez, en la década de los años sesenta, además de atender a los quehaceres del hogar, dictaba clases junto a su hija la señorita Zulay Manzanilla, el aula  era una salita de su casa ubicada en la calle doctor Urdaneta norte, llegando a la calle Juan de Dios Agraz. Los hijos de este servidor tuvieron el privilegio de haber formado parte de sus enseñanzas.

Para atender a la población escolar de la Parroquia Las Mercedes y sus adyacencias,  fue creada una escuelita Unitaria ubicada en la calle Jaime Bosch, cruce con calle Sucre, en todo el frente de la tasca “La Garita” de don Carlos Almenar Rojas. La escuelita la regentaban las Morillo de Las Mercedes. Aquí aprendieron las primeras letras un grupo de jóvenes doctos, entre ellos nuestro fraternal amigo Alexis Guevara Pérez.

En la calle Bolívar y Villegas Sur, cerca de La Caja de Agua, funcionó bastante aceptable la Escuela Unitaria de las hermanas Poleo, atendida por las maestras Jesuita Poleo y Juana Poleo, en el campo de la enseñanza primaria fue muy apreciada su actuación. Fue relevante el servicio que prestó al universo  de familias residentes de los sectores La Represa y Las Tablitas.

Se entiende entonces que, las maestras Preceptoras desde su propia casa prestaron a aquella Villa de Cura semi rural una formidable contribución a la educación primaria elemental. Un grupo mayoritario de maestros y maestras Preceptoras de Villa de Cura se graduaron posteriormente de Normalistas, a través del programa de Mejoramiento Profesional del Magisterio.

El  Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio (IMPM) fue creado en 1950, su inspiración y logro se le atribuye al doctor Luis Beltrán Prieto Figueroa, un Ministro de Educación preocupado, muy querido y apreciado por los magisteriales de su época.

Hay que reconocer que estas maestras y maestros pusieron especial empeño en capacitarse profesionalmente y a punta de dignidad siguieron dando su concurso a la educación hasta alcanzar la meta que se plantearon. El ejercicio de educación de niños para una maestra de esa época,  era un placer y un orgullo muy grande. Además de poseer una remuneración acorde.

Es evidente que a partir de los años 70, más o menos, la Escuela Unitaria en el municipio Zamora fue sustituida por las Unidades Educativas modernas dependientes del Ejecutivo del Estado Aragua.

 

La Villa de San Luis, 20 de octubre 2020


Sitio web de la imagen; Dialnet-LaHistoriaDeLaEducacionDesdeLaFotografiaEscolar-5207510 (2)

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