A PROPÓSITO DEL LIBRO DE OLDMAN
BOTELLO TITULADO “LA RUBIERA Y LOS MIER Y TERÁN, UN LATIFUNDIO Y UN LINAJE”.
Por Oscar Carrasquel
No he sido
ni pretendo ser crítico literario ni tampoco echármelas de escritor presuntuoso,
pero nunca puedo dejar de discernir, aunque sea de pasada, la más reciente obra
llegada a nuestras manos del historiador don Oldman Botello. Titúlase este
libro LA RUBIERA Y LOS MIER Y TERÁN, UN LATIFUNDIO Y UN LINAJE, que es como un diario de cuanto aconteció en
aquellas tierras que fueron explotadas por una sola familia a partir del siglo
XVIII, del hato más famoso y emblemático de toda Venezuela.
El Hato La
Rubiera fue en todas las épocas el más grande en extensión y por
supuesto en inventario de cabezas de ganado y atajos de bestias de trabajo. A
don Sebastián Mier y Teràn, de familia proveniente de El Ruente, Valle de
Cabuérniga-Cantabria, España; rubio de cutis, que traía fama de hombre
acaudalado, se le atribuye la propiedad original de esas tierras, era el mayor
de “Los Rubios”, nombre que adquirió tanto la familia como también la posesión
ubicada en Guárico Venezuela.
El autor nos
da a conocer que entre sus propietarios figuran igualmente otros miembros de
este linaje. También fue dueño de este hato el general Juan Vicente Gómez,
adquirido en 1915. Por cierto, el último dueño particular en el siglo XX fue un
comerciante y hacendado villacurano conocido con el nombre de don Adolfo
Ramírez.
Para
conocer su historia basta abrir bien los
ojos y recorrer las 150 páginas del mencionado libro hasta que uno se puede dar
por satisfecho con su lectura. Para conocerla les pido a los amables lectores que nos acerquemos a ella con
atención recordando que encierra el talento y la capacidad de este esclarecido
escritor Oldman Botello dedicado hace
muchos años a la investigación histórica.
El libro tiene la ventaja de haber sido
editado por la Editorial Miranda de
Villa de Cura, con la asesoría de Inocencio Adames Aponte, con su reconocida capacidad
modernista de impresión y el diseño editorial bajo la responsabilidad de la
licenciada Maribel Ovalles.
A una
distinguida dama calaboceña proveniente de la parentela de los Mier y Terán, se
le atribuye el propósito para la edición de este libro. Otra característica que
subyace en la obra es el prólogo muy elocuente de la profesora española
Virginia Calvente Iglesias, QEPD.
Abundan en el
libro, no obstante, una temática muy variada centrada en la investigación genealógica
con plenitud y precisión de una familia legendaria como fue los Mier y Terán, y
la evocación de sus parientes muertos, desde sus inicios en su España de
nacimiento y el recorrido de su vida de estilo habitual en Venezuela.
Una premisa
importante es que en el libro sobresale la belleza de la naturaleza, de
continuo nos da a conocer la tierra llana, áspera y blanda a la vez, cuando aparece
recorrida por el autor palmo a palmo. Se detiene el autor en las grandes extensiones de tierras de los mismos
dueños, separadas por grandes distancias unas de las otras, en casi toda la
geografía del llano guariqueño y apureño.
Los llaneros, hombres de la sabana y de vida sencilla.
Los nombres de viejas comarcas y caminos arruinados, ríos y caños; las grandes
extensiones de sabanas donde eran abundantes las cosechas de ganado en cada año
y su fauna que ya no existe, tampoco son
omitidas. Vamos a entender en su lectura que en los tiempos se imponía la maldad sobre el bien como lo apunta
el escritor.
Nos ofrece
la obra al final de sus páginas un compendio de fotografías ilustrativas y de
testimonios documentales. Creo que desde comienzo a fin en el libro no hay
olvido ninguno de parte del autor, escrito con una sencillez expresiva como nos
tiene acostumbrado este autor venezolano villacurano de gran valía.
La Villa de
San Luís, 15 de febrero 2020
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