miércoles, 26 de septiembre de 2018

"ESCUELA DE BÉISBOL MENOR JESÚS MARÍA LUNA” DE VILLA DE CURA 38 AÑOS DEDICADA A LA FORMACIÓN DE JÓVENES.


                  " Escuela de Béisbol Menor Jesús María Luna". Foto archivo de la Academia

DE VILLA DE CURA 38 AÑOS DEDICADA A LA FORMACIÓN DE JÓVENES
Por Oscar Carrasquel



Sin duda alguna debemos señalar que esta organización deportiva de béisbol categoría menor ampliamente conocida como la  ESCUELA DE BÉISBOL JESÚS MARÍA LUNA,   ya se encuentra inscrita en las páginas de la historia del béisbol, como referencia de la cultura y el deporte en Villa de Cura, y del estado Aragua . Al mismo tiempo queremos que esta pequeña crónica sirva de homenaje a sus creadores, técnicos y directivos y a todos los que han sido o son discípulos de la Academia.

Como se sabe, debe su nombre al destacado pelotero nacido en esta Villa de San Luis, Jesús María Luna Bolívar (1951-1983) que brilló a sus anchas como pelotero durante los tiempos de la Corporación Criollitos de Venezuela, una muralla a la defensiva y demoledor en la caja de bateo. Con este uniforme recorrió todas las categorías, desde infantil, juvenil, hasta alcanzar la cualidad de junior, para luego jugar en diferentes ciudades de Venezuela defendiendo en varias oportunidades los colores del Estado Aragua en campeonatos nacionales. Tentado por scouts de algunos clubes afiliados a Liga de béisbol Profesional de Venezuela. En todo caso Villa de Cura  se siente orgullosa de Jesús María Luna este gran pelotero cuya vida se truncó a temprana edad cuando aun le faltaba mucho que dar al béisbol venezolano.

Lo cierto es que esta agrupación deportiva comienza a dar sus primeros pasos con tres categorías en el campo de la Escuela Básica Nacional Arístides Rojas, bautizada inicialmente con el nombre  de WRANYLERS, de la mano de Julian Viejo Zambrano y de los profesores José Soto, Antonio Cabanillas Yepez que le acompañaron,  y también el señor Pedro Jiménez. El trabajo realizado en un principio por la señora Sofía Núñez también fue bastante amplio. Renace con el nombre de ESCUELA DE BÉISBOL MENOR JESÚS MARÏA LUNA una gloriosa fecha 01 de septiembre de 1984,  proposición que hizo Julian Viejo Zambrano como un homenaje póstumo  a su compañero y hermano, teniendo como sede la comunidad de Las Tablitas en Villa de Cura. 





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Julián Viejo Zambrano.  Quién no lo conoce en Villa de Cura como. alma y vida de la ESCUELA DE BÉISBOL MENOR JESÚS MARÍA LUNA.. Entrenador y manager, siempre pendiente de los niños, aconsejándoles dentro y fuera del terreno y vigilando su crecimiento deportivo, dándoles las sesiones de fildeo y bateo; un hombre apasionado toda su vida por el béisbol menor en todas sus etapas. Él ha sido el encargado de dirigir tanto las temporadas de entrenamiento y preparación como los campeonatos municipales, estadales y nacionales de la organización. Ya pasa de largo los 60 años de edad con su cabellera plateada  pero  vive la pelota como si fuera un adolescente. No tiene nada de raro ver al “Viejo” Zambrano un domingo bien temprano, antes del juego, con una escardilla en las manos, limpiando el terreno o con un cordón marcando  las líneas de cal.

La sede de la ACADEMIA DE BÉISBOL MENOR JESÚS MARÍA LUNA está radicada en el perímetro urbano de la  Villa de Cura, municipio Zamora del estado Aragua. Actualmente tiene como campo de  juego y de entrenamiento un terreno desierto y carente de la más minina infraestructura, situado en un espacio adyacente de la U.E.E. Leopoldo Tosta. a la salida de la ciudad, buscando la vía a San Juan de Los Morros. Entre los más importantes logros obtenidos por esta escuela están varios campeonatos  regionales y nacionales conquistados por diferentes categorías.

La ESCUELA DE BÉISBOL MENOR JESÚS MARÍA LUNA en este largo espacio de tiempo se ha convertido en uno de los mejores colectivos de béisbol menor en varias categorías en el estado Aragua, sin que por ello se pretenda menospreciar a las demás divisas y organizaciones de este tipo que figuran en esta entidad aragüeña.

Bajo la dirección y la sombra de humildad de este técnico deportivo la organización JESÚS MARÍA LUNA ha alcanzado su grandeza durante casi cuatro décadas de vida. Ya tiene 38 años de recorrido esta divisa, conocidos en todo el territorio aragüeño. Zambrano se ha echado la escuela al hombro, y le ha dado vida a la organización con sus conocimientos, talento y experiencia.

Vive persuadido el “viejo” Zambrano que ser  entrenador deportivo es mucho más allá que estar dirigiendo el equipo,, debe abonarse también el hecho social, ya que  ha sabido reunir a padres y representantes para que acompañen a sus hijos a cada partido programado, sean juegos invitacionales o torneos especiales, para que los niños se sientan apoyados y estimulados..

Muchas satisfacciones y gloria le han dado todos estos peloteritos al deporte zamorano.. Algunos destacados discípulos han egresado de esta cantera deportiva, dando el salto al béisbol profesional en Venezuela, jugando en República Dominicana y en el béisbol de grandes ligas, siendo  más sonado el caso del jugador José Gregorio Rondón que militó con los Medias Blancas de Chicago de la MLB y en Venezuela con con Leones del Caracas. Entre los atletas que han pasado por esta escuela firmados para el profesional figuran los nombres de Víctor Moreno, José Carrasquel, Víctor Brito, Darwin Hurtado, Pedro Herrera, Carlos Méndez, Efraín Rodríguez, Luís Ortiz, Carlos Peñalver, Jesús González y José Gregorio Rondón.
Ya esta escuela posee su debida personalidad jurídica debidamente protocolizada, los miembros principales de la Junta Directiva son: Nubia Marín, quien la preside, Leonardo Andrade, vicepresidente, Liluvina Rodríguez, en la Secretaría General, Julián Viejo Zambrano, secretario de Finanzas y como primer vocal el señor Oscar Lovera, siguen más vocales.. .

La academia “JESÚS MARÍA LUNA” que hoy celebra su aniversario número 38, continúa con su proceso de superación y es una de las escuelas más nombradas en la región. Solo cuenta con el respaldo moral y económico derivado de colaboraciones de padres y representantes y de rifas. Hasta ahora ha sido nulo el apoyo del sector público. 

Creo que no se exagera cuando se  pide, aprovechado esta oportunidad, se valore y reconozca la trayectoria de esta Academia, convertida en un semillero de muchachos que sueñan con ser grandes en el futuro inmediato; que el actual campo deje de ser una sabana, y, finalmente se le construya sus tribunas, baños y  dotarlo de sus dogaunt. 

Sea propicio este aniversario para expresar nuestros sentimientos de admiración por los grandes del deporte del ayer y de hoy, de nuestra siempre amada Villa de Cura..


Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, octubre 2022




miércoles, 19 de septiembre de 2018

LA HISTORIA DEL LOCO PEDRO


LA VERDADERA HISTORIA DEL LOCO PEDRO


                                                                                       Por Oscar Carrasquel



Para mi concepto Pedro no se merecía que le asignaran ese epíteto de "Loco Pedro", pero con ese sobrenombre fue que lo conoció toda su vida la memoria popular en aquella Villa de Cura de los años 50. Hace años que lo conocí porque cuando muchacho fuimos vecinos y puedo afirmar que no deambulaba sin disciplina la calle. Al parecer lo que sobrellevaba desde niño era de un retardo de su capacidad mental; mascullaba algunas palabras; sumado a ello sufría desde su nacimiento de estrabismo o desviación de la línea visual.

Habitaba un rancho  de tapias y caña brava pero de cariño grande, como único hijo de su madre Antonia en la antigua calle “El Ganado”, conocida hoy como avenida Lisandro Hernández   a la altura del barrio “ La Coromoto”, vivía a pocos metros del conocido bar “Pan Pan”, fundado por el pampaniteño Tirso Tovar, muy frecuentado por parroquianos en aquella década del 50, tenía patio de bolas criollas y unas cuantas mesas para jugar dominó,.

 

El "Loco Pedro" jamás perdió la frescura de muchacho cariñoso que buscaba acercarse a los niños e intentaba  hacerlos sus amigos y que lo hicieran feliz, pero los chavales le rechazaban, no lo miraban con  buenos ojos, lo esquivaban cuando se dirigían a la escuela y  a propósito cambiaban de acera...A Pedro poco le importaba pues seguía tranquilo su camino agitando su ramito.

Algunos fríamente lo llamaban  “El loco de la ramita”, porque  no le faltaba una ramilla que elevaba como un mástil, la movía en la mano derecha y la miraba risueño, simulando que conversaba con ella. A veces la sostenía con las dos manos. La rama la obtenía cortándola de los bajos árboles de "mata de ratón" en las empalizadas.

La madre vivía en una pobreza que desgarraba, vivía del lavado y planchado de ropa ajena y con ello reunía lo suficiente para que Pedro le hiciera los mandados a la bodega. Era frecuente verlo en el trayecto de la calle Dr Urdaneta; caminaba  hasta llegar a la bodega "Las Brisas" en la calle Sucre que le quedaba más cerca, donde compraba provisiones con una lista que le entregaban. Hacia también mandados a los vecinos sin cobrar, solamente a cambio de algunos centavos que le regalaba la gente y los entregaba a la madre.

Pedro fue un hombre de lo mas natural, ingenuo como cualquiera del pueblo, vestía pantalón y camisa de kaki a media pierna, ropa zurcida pero limpia, usaba alpargatas de calzado diario, nunca supo de juegos tradicionales y menos de escuela. Fue creciendo  hasta llegar a la edad mayor. Le tocó caer en un mutismo profundo cuando la muerte le arranca a la madre de sus brazos gastada por las enfermedades.

“El loco Pedro” como es natural fue envejeciendo, la piel tostada por el sol, el pelo ensortijado canoso, ya había perdido parte de la dentadura, sus pasos se hicieron cortos y tardos. Yo le perdí de vista, nunca más tuve noticias de él, ni cómo fue su despedida de este mundo, una fuente me explicó que fue de muerte natural tumbado en un catre. “El loco Pedro” fue un individuo apacible, sano y muy amigable. Me imagino que una legión de ángeles lo recibieron en el cielo.




Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis,  2018

Foto archivo Editorial Miranda

          Publicación Ramón Alfredo Corniel