domingo, 20 de noviembre de 2016

"MENECO" UN PERSONAJE ICÓNICO DE LA VILLA DE SAN LUIS


                                            Natividad Bermúdez "Meneco" en la entrevista. Foto archivo O C

MENECO UN PERSONAJE ICONICO DE LA VILLA DE SAN LUIS

"Meneco" ya no está entre nosotros..Poco a poco, como una  llama que apagada por la brisa, así se le fue la vida a nuestro querido amigo Natividad Bermudez.. El 18 de abril 2020 se le acabó el tiempo no pudo resistir más. Hacía tiempo que había dejado de alegrarnos con su presencia, Jamás podemos ganarle la batalla al destino y a todos nos tocará el momento de perdernos para siempre. A "Meneco" le llegó el minuto final en su pueblo donde hace un buen tiempo vivió y formó familia.  Ojalá Dios  tenga un lugar reservado para  él en el cielo....Como un sentido homenaje a su memoria, volviendo la vista al pasado, comparto con los lectores y sus hijos esta conversa que sostuvimos un día cualquiera, la última vez que nos vimos. En esa ocasión nos contó  algo de su vida. Descansa en paz Natividad.    

A SUS HIJOS, DEDICO
"Meneco" Un personaje icónico en la memoria colectiva 

                                                         Por Oscar Carrasquel



¡Natividad¡ Así de sencillo con este nombre lo llevó a bautizar su madre porque nació en el mes más alegre y feliz del año, como hasta  hace poco solíamos llamar a diciembre, el mes más esperado, la última hoja que desprendemos del calendario. El diciembre de antes, de mesa servida, de vino y ponche crema, pan de jamón, cestas navideñas, utilidades, estreno de telas y calzados, hallacas, de abrazos y de intercambio de tarjetas y regalos, de Niño Jesús, de cantadores de aguinaldos de casa en casa, y de paz, en el cuerpo y el alma.

Su apellido es el mismo de la madre: Bermúdez,  porque ella era madre soltera.  El párvulo nació en la población de Tucupido el 12 de diciembre de 1931, capital del municipio José Félix Rivas, estado Guárico. También son de allá sus dos hermanos don Rómulo Bermudez y doña María Bermudez. La solicita madre, un día buscando la ruta de la esperanza al despuntar de un día hizo  maletas, y con el viento tierno a su favor trazó la ruta  del centro  y sus pasos anclaron en Villa de Cura para el resto de su vida. Cuando eso el chaval contaba apenas seis años de edad. No volvió más para la horizontalidad de aquellas tierra llanera. Siendo un adolescente la sabiduría popular de La Villa logró borrar su verdadero nombre (Natividad Bermúdez) y lo reemplazó por un apodo cariñoso, corto pero sonoro: ¡Meneco¡  Y así se quedó y así es como lo conoce todo el mundo. Ese me lo pusieron los jodedores (Fue exactamente la frase que me soltó). La inspiración de su sobrenombre parece que proviene de una melodía cubana.

Nuestro personaje fue un hombre sensible con una estampa jocosa y muy singular en Villa de Cura, estrechamente ligado a un grupo de apasionantes amigos de aventuras de una raza que ha sido calificada como "época de años dorados".. No hay que negar que él reía con nosotros a carcajadas en algún grato momento y demostraba que en la vida hay que ser un poco de todo,

Cuando nos habla de su infancia esboza sus sentimientos por los juegos tradicionales, paseos, travesuras,  donde nunca falta el ponedor de sobrenombre, diversiones sanas, el,humor ácido, largas tertulias, anécdotas,.mucha chispa criolla, siempre formando un circulo que unía a los muchachos forasteros  con los del patio. Algunos llamaron a estos grupos: “cuerdita de jodedores”; pero fueron jóvenes sanos, de grato compartir, incapaces de irrespetar, ni tampoco de provocar daños al semejante. Aquel que entraba a esta órbita no quería salirse nunca. Los círculos en que se reunía Meneco la mayorìa eran estudiantes, deportistas, placeros, galleros, peloteros y apostadores. . 

Después de pasados tantos años  "Meneco" avanza por el otoño de la vida, ahora se le ve  en La Villa con una voz apagada, sus pasos hundidos en el asfalto, deslizándose por las aceras, visitando algún mercado, mirando  de frente los espacios de la ciudad. A veces se detiene y vuelve la vista hacia atrás. Quizás rememorando  nostalgias, sueños inconclusos, bares que lo acercaron a mujeres, amores que llegaron, renuncias, y recordando nombres lejanos de sus antiguos compañeros de aventuras y de travesuras juveniles. La mayor parte de ellos ya emprendieron el viaje sin regreso. 

Ya Meneco ha disminuido bastante sus movimientos y camina lento como las agujas de un añejo reloj de pared, por la carga de los años que se le vinieron encima. Ahora es solo la sombra de aquel  joven que pedaleando un caballito de dos ruedas veíamos pasar velozmente por las calles todos los días. Aquel muchacho bien vestido, buen mozo de su época que acostumbraba a andar con perfume de rosas, bien peinado y con un pequeño copete virado en su lisa y oscura cabellera.

Después que la madre le alargó los pantalones, sin ser bebedor de licor, nunca se apartó de los ambientes de bares y de visitar barras de cantinas olorosas a mujeres. En los salones de  billares siempre lo veíamos haciendo el trabajo de coime, con jugadores de experiencia y novatos como yo, o cazando y pagando apuestas de dupletas en el viejo Bar de don Julio Palumbo por la calle principal.

Su ambiente de trabajo era en un conocido bar con salón de billar adentro, ubicado en la calle Bolívar donde además de bebidas, se conseguía una variedad de dulces de la cosecha de misia María Palumbo: . Allí se las ingeniaba "Meneco" para que don Palumbo se los diera a mitad de precio. Muchos veces usaba una voz de ventrículo para pedir fiado y pasar desapercibido. 

"Meneco" fue preparador,  seleccionador y jugador de gallos de pelea de la popular cuerda gallística denominada "La Molinera". que contaba con decenas de ejemplares. Con la cuerda don Ángel Molina (Molinita) se hizo buen gallero. "Molina me enseñó lo básico del juego" Aprendió bien el trabajo de preparar los desafíos de gallos y conoció centímetro a centímetro el lenguaje de los galleros y las apuestas. Por su modo de ser adquirió popularidad entre la gente que asistía a los grandes desafíos en galleras de la localidad y foráneas.Su historial se ubica entre las décadas de cincuenta y sesenta.

Confeccionaba fijo los sábados de todas las semanas una dupleta para apostar a las carreras de caballos del 5 y 6, y el lunes cuando le preguntaban por el ganador, con su sonrisa juguetona siempre te respondía:  "Ganó Cruz Parra", con lo cual te iba a indicar que la apuesta estaba pagada.  

Gregorio García, el célebre vendedor de chicha de La Villa irónicamente le llamaba “doctor”, porque "Meneco" despectivamente y adrede lo llamaba “chichero”,  sabiendo que al larense le disgustaba al extremo que le identificaran por el oficio.

Narrador  de cuentos y anécdotas y amigo de jugar tretas. Genial para derrochar jocosidades. Era la picardía hecha hombre. Sabía imitar otras voces para para que no creyeran que era la suya. Le echaba bromas en especial a la persona que conocía, pero un extraño tampoco escapaba de sus ocurrencias. 

Hubo un día que  se le ocurrió colocar una enorme corneta de pera en un cruce de esquina de la calle Real, y cuando Leopoldo Figueroa venía muy tranquilo frente al volante de un camión donde transportaba ganado , "Meneco" activó el  sonido largo de la corneta, lo que provocó  que Leopoldo pegara un frenazo que casi lo hizo salir de cabeza por el parabrisas. Leopoldo, mientras él salía en disparatada carrera buscando la calle Comercio. Se escondió detrás del mostrador del bar "El Teide".

Otro día se apareció a la lunchería de Míster Botta, en la calle Real, exigiendo que le preparara un sándwich “económico”; y cuando el comerciante italiano le preguntó si era con jamón o queso, "Meneco" le respondió que lo quería con galleta de soda, y de seguidas salió en veloz carrera.

Aquellos pequeños episodios humorísticos del personaje causaban hilaridad entre la gente que deambulaba por la calle. Se peinaba su ondeada y relumbrante  cabellera con brillantina Palmolive y siempre llevaba sus  patillas y bigote bien arreglados, al  mismo estilo de un galán del cine. Los mamadores de gallo le decían que tenía el mismo porte de  Errol Flynn, con lo cual sentía una especie de fantástica placidez, como si fuese dueño de todo Hollywood. "Meneco" tenía fama de ser exitoso en el mundo femenino. Con chispa para galantear a las damas. Siempre tenía un cuento y una chanza desbordante en su mente. Amigo de todo el mundo.

Fue un hombre nacido en el llano pero convertido en villacurano de donde no salía nunca, de familia humilde, dinámico y con una voluntad  decidida para ganarse con claridad  los centavos. Así, llevando la vida tranquila y transparente  le recordamos los vecinos de su generación. 

Hoy, metidos  los dos en una conversa en una acera de la calle Blanca (Miranda), mirándome fijo a los ojos  me indicó que se sentía enfermo,  que ya debía pasar los ochenta y pico de garza andando por estas calles. Me dijo que casi no lo dejaban salir afuera, que se asomaba a la reja para ver los rayos del sol, aguardando el momento propicio para salir al ruedo. "El ñero Manuel (El Indio Eulogio) es más viejo que yo", me dijo  haciendo siempre comparaciones y jugando una broma a su amigo Manuel Jiménez.

Obviamente ahora no es el mismo panorama de antes, todo se perdió en el camino, en la ancianidad se entregó a representar al hombre solitario y melancólico que algunas veces anda en su lento caminar por las calles del pueblo. Al principio de la conversa  no se acordaba mucho  por no contar ya con  con el aroma fresco de la memoria. Pero después me sonrió..Su voz ya es como un grito apagado. Pero posee el mismo trato amable y sonrisa fecunda de muchacho de antes.

Hay días que lo encentramos en un cruce de calle o  en una acera, circulando en fila india para no tropezar  con los tarantines de buhoneros.. Aprovechamos para hablar con él un rato, y darle varias palmadas en el hombro, ahora que puede sentirlas, con el mismo  cariño de siempre resaltando el amor por su terruño villacurano. Los años no se detienen son como el caudal de un río que aumentan en cada temporada de invierno. "Meneco" pertenece al patrimonio icónico de esta Villa de Cura  por ser dueño eterno de esas vivencias imborrables..

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, diciembre 2019
Foto tomada por O C con celular JEZZ 



LA LUNA DE LA VILLA

Cómo influye la Luna en las personas


                                                         Foto tomada de Internet


                                                             Por    Oscar Carrasquel  

 LA LUNA DE LA VILLA                                                                                               

                               a la amiga  poeta Luna Francés



La luna anoche,
andaba escoltada
por una estrella

Aquella, es la misma luna
que le cantan

y le dedican poemas 

Me quedé mirándola
en su habitada altura
Su rostro
era de color rosado .

A los cantores de serenata
carga de cabeza.
porque dicen que viene
de otro planeta

Yo sigo a la luna 
la que ilumina el cielo de mi Villa
aquella que le cantó Legido,
la que se mira 

“en el espejo del río”.

La luna de mi Villa 

es soñadora,
le descuelgan dos aretes,
Y a veces viste de color 
azul salpicado.

Un paraguas de colores,
del sol la
 resguarda.

Arrullada de tantos cantares
hay noches de recorrida

que parece una rosa    
asomada por el jardín.

Allá en su trono parece,
como si un raro planeta
en su cara rosada 
le hubiera estampado besos
que se repiten
..                                                                   

             La Villa de San Luis, abril de 2020


                                                                      




martes, 1 de noviembre de 2016

"EL PINO DE LA SUERTE" O "EL PINO DEL AMOR" UN PARAJE EN VILLA BRUZUAL ESTADO PORTUGUESA.



      Casi llegando a Villa Bruzual se encuentra esta hermosa especie de nuestra madre naturaleza

                                                                                                                                                                                                                                                           Por Oscar Carrasquel


Como es sabido por todos el pino es un árbol silvestre de corteza dura y resistente, tiene forma de cono, de la familia de las Pináceas, de vertical y abundante ramificación. Las numerosas plantaciones de pino en Venezuela son aprovechadas para la producción de papel. Según algunas estimaciones dicen que existen en el país alrededor de siete especies conocidas de Pino o Pinus.

Acorde a todo lo que hemos escudriñado, esta especie vegetal es símbolo de importancia  para el Feng Shui en la sabiduría oriental, que lo vincula con la prosperidad y como símbolo de  longevidad, suerte en la salud y generador de fuerza física y espiritual. 

Hago este preámbulo  para referirme a un paradero que conocí  en  un pueblo sencillo y querido llamado Villa Bruzual, capital del municipio Turèn, al sureste del estado Portuguesa, por allá en los años 80. Quiero que se recuerde que Turèn además de nacido para la agricultura, al igual que otras ciudades posee diversidad de sitios y lugares de tradición y leyendas.

Casi pisando las primeras casas de la población de Villa Bruzual, en las afueras del pueblo, al borde de la carreta de asfalto, sobre una lomita, a la entrada de un conocido fundo, existe un hermoso árbol de pino, alto, gacho, frondoso, bonito, bien conservado, con un refulgente ramaje color verde-azul, que se atisba  cuando uno ronda por la carretera, una verdadera fantasía ver  cuando su ramaje columpia con el  viento de la llanura potugueseña. 

Cuentan que por todas sus cualidades benefactoras fue bautizado como EL PINO DE LA SUERTE. Con el mismo nombre se conoce el lugar donde está plantado. Curiosa planta que según lo que oímos en aquellos lares, en la noche regresa a la posición vertical, y en la mañana su tronco se vuelve a torcer.

Es muy  raro el conductor que transita  por esa carretera que no se detenga a visitarlo, tal como si fuese un sitio histórico; lo  cierto es que todos quieren verlo y sentir su energía de cerca. Algunos se paran a  demandar un deseo de salud. Vi más de una vez a personas de todas las edades  que se colocan debajo de su fronda, aunque sea por unos minutos, con el fin de tocar y besar su tronco,  aseguran que ello le proporciona buena suerte, y hasta  buscan trozar sus finísimas hojas para llevar a sus casas.

Se le considera como un árbol que concede los más increíbles deseos; se dice por ejemplo que es bueno para la abundancia en el amor. Se oye decir que activa a las parejas con incompatibilidad de caracteres. Se le vincula con el romance, por eso las jóvenes se colocan bajo su sombra, le formulan  un deseo matrimonial que generalmente se les concede. Los caballeros de tercera edad  también lo frecuentan con un solo propósito, porque sus hojas en bebedizo produce efectos vigorizantes que no lo hacen quedar mal a "la hora de la verdad". Los poetas y copleros le han dedicado un inventario de composiciones grabadas.

Como ya ha pasado tanto tiempo, nada he sabido si  todavía existe este  árbol,   Lo que si me atrevo a decir es que el suelo de Turèn es  sagrado y que sus tierras son fértiles por excelencia. En verdad,  se trata de un extenso territorio  totalmente verde, antes bautizado con sobrados motivos como “El Granero de Venezuela”. 

No se imagina aquel señor mayor, cómo le estoy  de agradecido por su conservatorio  Me acuerdo la tarde  que se me apareció de sopetón  en veloz carrera pedaleando  una bicicleta. Soy absolutamente franco, yo estaba parado como un gabán soldado debajo del árbol observando el ambiente, trabamos una larga conversación y me echó completísimo el cuento sobre el pino. Sus datos verídicos y mi experiencia de vivir seis años allá en la población de Turén me sirvieron para escribir esta menudo relato. 

Nota: La foto  del “El árbol milagroso” la obtuve  de la periodista Ana Colmenares, allá en la ciudad de Acarigua, estado Portuguesa.





Oscar Carrasquel. La Villa de Araure, octubre de 2016.