lunes, 30 de agosto de 2021

EL SEÑOR HENRY JOSÉ QUIÑONES "TRAILERO" DE LA ORQUESTA BILLOS CARACAS BOYS

 


EL SEÑOR HENRY JOSÉ QUIÑONES “TRAILERO” DE LA ORQUESTA BILLOS CARACAS BOYS.

                                                            Por Oscar Carrasquel


Quién más que el señor Henry José Quiñones para hablar de lo que es la música bailable, del trato y del conocimiento de un famoso conjunto orquestal con el cual recorrió pueblos y ciudades 
llevando la musiquita y la rumba al público de diversos salones de fiestas de Caracas y de toda la geografía de Venezuela, dondequiera que la orquesta  había sido contratada para un festejos.. 

Henry José Quiñones es nacido en Villa de Cura, un ser bien formado, el primer hijo de doña Carmen Quiñones, una laboriosa y aguerrida mujer apureña nacida a la orilla del río Matiyure, de Achaguas, estado Apure, que dicho sea de paso es comadre de quien esto escribe. La familia Quiñones ha vivido siempre atrincherada en un apacible hogar de la calle Páez, en el  consentido paisaje del sector Las Tablitas centro de Villa de Cura.

Antes de los 18 años se desentendió de los estudios y se hizo conductor de vehículo  automotor, desde muy joven sabe lo que es trabajar y el valor del esfuerzo.  Hoy en día es uno de los autobuseros, por cuenta propia, de los más populares que se conocen en Villa de Cura y toda la región del centro. Ser dueño y conductor de un autobús ejecutivo ha sido una de sus más preciosas cualidades.




En el año 2002 se dio la entrevista en la cual le fue ofrecido por el conocido maestro Luis Frometa, sucesor del Maestro Billo Frometa,   creador de "La orquesta más popular de Venezuela", fallecido en 1988, para que se convirtiera  como “Trailero” de la orquesta Billos Caracas Boys. Labor que consiste en transportar el personal en su unidad autobusera, el mismo que se encarga  de llevar los implementos del conjunto bailable, así como a sus integrantes hasta el lugar dónde tenía que viajar la prestigiosa banda para realizar una fiesta.

Henry José Quiñones recuerda como si fuera hoy las primeras normas impartidas: “Este es un trabajo de mucha responsabilidad tienes que ser muy puntual y disciplinado”. De todo esto,y  de ser un hombre honrado, y mucho más, tuvo lesiones en la vida por tradición familiar desde que era un imberbe y aún mantiene esos principio..

Henry José Quiñones,  es un hombre responsable y de mucho carácter, no fue músico como tal, ni cosa que se le parezca,  pero en cambio, le tocó vivir día a día la música, viéndola y oyéndola. Tiene mucho que referir de la vida musical  de la década del dos mil en adelante, y del mundo bailador; cuando le correspondió durante más de seis años trasladar de un lugar a otro, y de recorrer junto con los músicos de la Billos Caracas Boys, pueblos y ciudades dónde tenía baile la prestigiosa orquesta caraqueña..Entre los más significativo viajó con la orquesta por carreteras de países circunvecinos entre ellos  Colombia, tuvo la oportunidad de viajar con la orquesta a la República de Brasil a donde estos embajadores llevaron su espectáculo... 

Y es que la música bailable ha andado con sus ritmos y sonidos de la mano de Henry José Quiñones. Viajó, rodó muchísimo. Esta labor la realizó también en otra época con la orquesta Los Melódicos, otra de las mas importantes del siglo xx, fundada y dirigida por el Maestro Renato Capriles. ---Él me llamaba y yo le mudaba la orquesta de un lugar a otro, todos los músicos me conocían”.

En este trabajo no hay que tener pereza. Era común  pasar horas y horas de trasnocho, disponer solo del tiempo necesario para comer y tomar una tacita de café negro, y pasar unas horas descansando en los hoteles. Ahí en esa escuela musical dejó Quiñones algunos años de su vida.

Cuenta Quiñones que, a cualquier hora que la orquesta terminara de tocar el último set, había que tener revisado  y equipado el autobús para salir para otro destino donde tenía compromiso el conjunto. Los músicos descansaban y dormían durante el trayecto. El “Trailero” villacurano Quiñones dice que nunca tuvo mayores tropiezos en la vía, gracias a Dios. Bien se sabe  que las carreteras y autopistas para Ciudad Bolívar, oriente, occidente y el centro del país,  en ese entonces siempre estaban libres de huecos y saltanejas. La isla de Margarita, Puerto La Cruz y Maracaibo fueron otros de sus destinos.

El autobús tenía que andar siempre bien pulido, pulcro y el autobusista bien arreglado al vestir y de trato amable, cortés. Era costumbre  que aquel grupo de hombres serios, pero de buen humor, músicos, y cantantes que allí llegaban, guardaran consideración y respeto al conductor del autobús, por el carisma de compañerismo que poseían y por su honestidad. Tampoco faltaban los chistes y parodias durante el viaje.

El hombre andaba para todas partes rodeado de músicos. Fueron tantos que tocaría escribir un libro nombrarlos a todos. Siempre le quedó  la satisfacción de conocer a muchos artistas que participaron en la Billos que le dieron buen  trato; es justo recordar a los cantantes Ely Méndez y Memo Morales, ya fallecidos, y otros actores de su época de oro.

Pero como todo tiene su tiempo, el maestro Henry José Quiñones se retiró voluntariamente por razones diversas buscando pasar más tiempo con la familia. Ya prácticamente tiene firmado un armisticio para no conducir por los momentos autobuses de pasajeros, hoy en día con mucha humildad, empeño y esfuerzo, luchando contra las adversidades de la crisis, es chófer de un transporte de carga de insumos para proveer negocios y mercados en todo el estado Aragua.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, septiembre 2021

Fotografía y diagramación Ramón Alfredo Corniel

sábado, 14 de agosto de 2021

TUMBADA DE ROZA Y CAYAPA !QUÉ ÉPOCA!

 TUMBADA DE ROZA" Y  CAYAPA !QUÉ  ÉPOCA!

                                           Por Oscar Carrasquel  

“Tumbar una roza” fue el término usado en el campo para designar lo que es limpiar un área de terreno destinado a la fundación de un conuco. Y la cayapa también forma parte de. la misma semántica,  lo cual consiste en agrupar a los vecinos honestos y laboriosos  para realizar una faena  agrícola de ayuda mutua, como era la quema de maleza y tala de arbustos inservibles, ejecutada a campo abierto o en una región montañosa... Está costumbre es antiquísima en la historia de la Venezuela rural que data de la época prehispánica, y se transmitía de padres a hijos, de los abuelos, y hasta de bisabuelos.

En la mañana antes  que  levantara el sol, en la vida campestre que yo conocí y viví un tiempo, el café que se tomaba provenía de dos matas silvestres, una se le llama “Brusca” y la otra “Quimbombó”.  La tarea en comento comúnmente se realizaba los dos últimos días de la semana y finalizaba a las 11 am, antes que hiciera su aparición el rompedero de sol en el espaldar.  

Después de una jornada agotadora de unas cuantas horas, los cooperativistas se entregaban a disfrutar de un suculento almuerzo con hervido de gallina pica tierra, nunca infaltable después de esta jornada.  De repente aparecía una botella de amargo gorro de tusa. Luego regresaba  cada cual a  su rancho, a pie, y otros a lomo de asno y a caballo. En la semana siguiente tocaba efectuar una labor similar a otro de los productores que habían asistido allí al convite comunitario.

Tal procedimiento se sucedía en la quema veranera, en la siembra, en el riego por acequia de los sembradíos, para un desyerbo del pedazo de tierra, y en los tiempos de recolección de maíz o cualquier otro rubro, era que más se acumulaba toda aquella fuerza humana de hombres y mujeres y de los hijos zagaletones.  No era menester abonar la tierra con fertilizantes químicos, el suelo se nutría con abono orgánico y con la ceniza de la quema..

Estaba pronosticado que de repente se iban a tropezar en los cultivos con el asedio de una serpiente venenosa, de esas que paran los pelos; para esos casos tenían preparado una pella de chimó negro y una punta de machete bien amolada, se sabía que los gritos que pegaba aquella gente eran para alegrar el ánimo.

En los primeros de mayo en entrada de aguas, por espacio de tres  días y noches continuos,  mujeres y  hombres del campo entonaban rezos, petitorios y cantos a la Santa Cruz de Mayo, rogándole y esperando pacientes un buen invierno y una abundante cosecha.

Lo cierto es que con el paso del tiempo, en la etapa pos gomecista se comenzó a dar pasos importantes para  tecnificar el campo, a  regular el latifundio de manera de evitar el impacto a la biodiversidad producto de la roza, tumba y quema indiscriminada. Ciertamente con el procedimiento ancestral no faltaban en el mercado abundantemente los productos de primera necesidad venidos del campo,.tales como maíz, queso blanco, caraota, frijol, plátano, yuca, a precio accesible. Hablando en término coloquial sobre el tema con un viejo campesino que fundó conuco en Santa Rosa del Sur, me dijo, haciendo presente un antiguo refrán que, "Parece que la mula se nos vino pa´atrás con todo y carreta"- 

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, agosto 2021

Publicación a cargo de Ramón Alfredo Corniel


viernes, 13 de agosto de 2021

LA HISTORIA DE LA ESCOBA DE BARRER EN LA VIDA DE UN PUEBLO

 

                             En la foto don Pedro Vargas entrevistado por el autor de la nota

               LA  HISTORIA DE LA  ESCOBA DE BARRER EN LA VIDA DE UN PUEBLO

                                            Por Oscar Carrasquel

La escoba, una cosa tan singular, tan insignificante, también tiene su historia.  La conocimos allá en la casa de la infancia. Muchos la utilizaron como pareja para aprender a bailar... Hasta por ahí por los años de las décadas del 40 y 50 del pasado siglo xx, no existía familia en el centro y en la periferia de la Villa de Cura, que no dejara de utilizar la típica escoba de millo para barrer y asear corredores, patios y zaguanes.  

Las rusticarías fábricas de escobas en aquella época se sumaban a la producción artesanal de alpargatas y la talabartería para sustentar la economía del pueblo. Con el paso del tiempo que todo lo acaba y como consecuencia de los avances y a la modernidad, la popular escoba fue sustituida  por el cepillo de cerda industrial de uso doméstico. Después de tantos años ya nadie se acuerda de la rustica escoba, a pesar de su eficacia y de ser una herramienta antigua que data del siglo XIX.

La materia prima para la elaboración de este importante implemento de limpieza era la espiga de millo,  la gramínea se cultivaba por los lados de El Cortijo, Guacamaya y Camejo donde había grandes plantaciones de millo.  La escoba era elaborada en dos maquinas de fabricación artesanal, una se llamaba “Cosedora” y la otra “Tejedora. Para funcionar no requerían de la energía del combustible.. 

El millo seco de color dorado era tejido sobre un palo, un poco más grueso que un dedo de la mano, se usaba alambre liso para sujetarlo. Se le daban tres amarres bien apretados. Hay certeza que el escobero no trabajaba la madera, el cabo lo tenía que encargar aparte al maderero

La superstición siempre ha estado presente en la cultura de los pueblos, las abuelas  de antes tenían la convicción que, poner detrás de una puerta una escoba al revés, es decir, con el millo hacia arriba, significaba interrumpir casi automáticamente  una larga visita de un extraño. Aquella visita que dice: "me voy...me voy".y se vuelve a sentar.. 

En Villa de Cura existió en época pasada un torrente de personas expertas que se dedicaron a la fabricación de escobas, este implemento tan necesario y útil en las casas de familia de antes. Los escoberos regentaban pequeños  talleres que funcionaban en un espacio de su vivienda. Entre las pequeñas unidades que producían mano de obra en aquella Villa semi rural, en primer lugar estaba la producción de la alpargatas, la talabartería, le seguía las Tejerías y finalmente las fabricas de escobas, 

Don Pedro Vargas fue uno de los escoberos más cotizados. Este viejo artesano era uno de los proveedores  del comercio detallista de Villa de Cura. Lo que era un sencillo utensilio de limpieza  en el taller de don Pedro Vargas salía convertido en una pieza de arte. Pedro nunca descuidó su oficio. De allí, desde esa inagotable factoría también salía un primo hermano de la escoba.  Se trata de un escobillón que se usaba para limpiar techos y superficies altas. Pedro Vargas estuvo dedicado a este oficio desde que estaba muchacho.

La fábrica de escobas marca “No me olvides” de Villa de Cura era parada obligada de los vendedores informales, con la disposición de salir de la producción; entre ellos la visitaba un hombre del pueblo llamado Pablo “Monegui”, ameno, conversador.. "Monegui" vivía de la fabricación y venta de escobas a domicilio, ofrecía el producto tocando de casa en casa, en aquel tiempo a tres bolívares la unidad. El hombre poseía ingenio, tenía una voz sonora y una estrategia muy original para ofrecer su mercancía andando por todos los sectores:

“Escoberooooo, llevo las escobas, me queda una!”, (claro está, siempre llevaba un fajo de escobas detrás de la tabla de la nuca).

Don Pedro Vargas quien era nuestro vecino, impartió clases en diferentes instituciones para enseñar el oficio,  no era el único iniciador de esta labor. en La Villa.   Entre los que sabían el arte de fabricar escobas para su distribución en el comercio, figuró además don Fulgencio Morales, instalado por acá en la calle Leonardo Ruiz Pineda del barrio “Las Tablitas”.

La escoba villacurana no era pirata  surgió marcada con etiquetas de fabrica, “La Aldaba” de don Rafael Toro; “La Esperanza” de don Marcos Vidao; la “Pobre Negra” de don Pedro Mendoza; la marca “No me olvides” la compartieron Pedro Vargas y Fulgencio Morales. "Las Mercedes" de su hermano Heriberto Morales ubicada en "Las cuatro esquinas"; “La Aragüiteña” fundada por el comerciante don Tomás María Hernández, el padre de los Hernández Morgado.  Me cuentan que las etiquetas venían impresas por Editorial Miranda, patroneada por  Inocencio Adames Barrios.

En las comunidades rurales la cuestión era diferente, allá no se acostumbraron al uso de la escoba tradicional.  En el campo para asear los pisos de tierra usaban la “escoba amarga”,  que no era otra cosa que un mazo de ramas atado con alambre a una vara larga. Se conoce como “Escoba amarga” a una planta silvestre que crece entre los matorrales y en la sabana.

La escoba también forma parte del folclore, de la fabula y la cultura popular,  algunas personas supersticiosas de aquellos tiempos tenían la idea que la figura de una bruja cabalgaba por el aire a media noche sobre una escoba, dando como resultado aquel adagio popular que expresa: “Yo no creo en brujas pero de que vuelan vuelan”. La brujería como tal tiene su historia aparte.

La historia chica del pueblo y sus costumbres visualizadas por quien escribe, en la infancia y la adolescencia, viaja y va dejando huellas en el tiempo. Uno solamente se encarga de mostrar la esencia de su naturaleza para que sirva de recuerdo y del saber de la generación de siglo XXI que marcha. ¿Resurgirá la escoba de barrer en estos tiempos tan difíciles?.

                                                En la foto Pedro Vargas y Florencio Morales

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, agosto 2021

Foto 01  Don Pedro Vargas en su taller, cortesía de Inocencio Chencho Adames

Foto 02 Pedro Vargas y Florencio Morales. periódico El Vigía aporte de Elio Martínez


sábado, 7 de agosto de 2021

VENIMOS A RECORDAR A DON RODOLFO VALDIVIA ENCABEZABA LA PROCESIÓN EL SEÑOR DE LOS MILAGROS.

 




Por Oscar Carrasquel

Se llamaba Ángel Rodolfo Valdivia Martínez, así era su nombre inscrito en el Registro Civil, cuya vida estuvo llena de fe,  trabajo y de bondad.. Siempre lo veíamos inalterable  en medio de la multitud que se aglomeraba alrededor del Santo Sepulcro. En la línea de los fieles que esperaban a los peregrinos que bajaban de todas direcciones para hacer ofrendas a la Virgen de Lourdes. Preparando a los devotos en la procesión de "El Señor de los Milagros";  pulcro, bien vestido con el uniforme de cada Cofradía. Con un atuendo violeta simbolizando al Nazareno de San Pablo en cada Semana Santa. Irradiaba espíritu de colaboración en la Pereginación  a la Virgen de Lourdes. Lo veíamos cuando llegaba con rapidez al Templo Parroquial San Luis Rey de Villa de Cura, buscando colocación para la celebración de la Eucaristía,  saludando con el puño de la mano  derecha  a los fieles como el mejor de los humanos.

Allí,  ocupando su lugar nos tropezábamos siempre con la sencillez de don Rodolfo Valdivia. De tal manera que no había que hacer ningún esfuerzo para conocerlo y entablar una buena conversa.  Todos los domingos en la tarde charlábamos con él en el altozano de la iglesia, sin falta. La verdad es que era un hombre de simpatía carismática. Muchas veces eufórico. Sin saber más de la cuenta era un hombre sabio, a veces era ángel de generosa bondad..

Tenía por cierto un aire en su rostro de haber nacido bajo cielo aragüeño, de ser villacurano de sangre y corazón, en efecto era nacido en esta Villa de San Luis, su madre era venezolana y su padre nacido en Lima República del Perú.  A don Rodolfo Valdivia le nacieron tres hijos en La Villa, dos varones y una hembra. Todo el mundo sabía que formaba parte del equipo de aseo y limpieza de la Alcaldía de Villa de Cura municipio Zamora, estado Aragua. Su trabajo lo realizaba desde hace varios años en las diferentes etapas y administración que ha vivido el municipio. Tal vez no ganaba  mucho pero ayudaba a sacar adelante a una familia. Fungía como recolector de basura en la calles, su rutina era  de lunes a viernes desde tempranas horas hasta el atardecer.

Por donde quiera aparecía Valdivia en su labor transitando las calles Bolívar y arterias adyacentes, la plaza Miranda y su alrededor esa era su ruta; empujando una carretilla con un tobo grande, un palo de escoba, y un cepillo de barrer que eran sus compañeros,  buscando apasionadamente que las calles de La Villa se vieran bonitas, las que con tanto amor cuidaba. Uno a uno acopiaba los papeles y bagazos que la insensibilidad de alguna gente se encarga de tirar a la calle.Ya uno sabía que era él que iba pasando, por el golpe seco el "chis chas" de la rueda de la carretilla sobre el pavimento.

La gente siempre estaba a la expect

ativa en la puerta o en la ventana, principalmente los comerciantes que esperaban cotidianamente por sus servicios  Los menos tacaños no tardaban en ofrecerle un café, fruta, dulce o un jugo. Ël andaba siempre con el corazón y el rostro vestidos de alegría.  En lo que se ocultaba el sol terminaba su labor  aligeraba los pasos y se iba derechito a la Iglesia San Luís a participar en la Eucaristía..

Comenzaba a languidecer la tarde del viernes 06 de agosto, la tierra  estaba mojada por la lluvia, el agua resbalando a borbotones por el ático del frente de la casa, cuando de pronto las redes comenzaron a anunciar repitiendo su deceso.

¡Qué broma don Rodolfo! Aquí estamos sorprendidos por la inesperada noticia de su partida. Parecía que todo era mentira. que todo era insólito. Siempre dedicado a su trabajo. En lo particular seguramente algunos sueños se dieron, otros no.  Así es la vida. Lo venimos a evocar en estas pequeñas pinceladas que es lo único que conocemos de su humilde transitar en la vida. 

Don Rodolfo Valdivia,  fue un personaje querido de preeminencia por la religión católica romana, su nombre quedó grabado en la conciencia popular, siempre será recordado como un buen caballero y amigo incondicional.  Paz a su alma.


Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, 07 de agosto 2021

 

lunes, 2 de agosto de 2021

OMAR GUTIÉRREZ PEÑA ORGULLO VILLACURANO DEL TEATRO Y LA POESÍA


 

OMAR GUTIÉRREZ PEÑA ORGULLO VILLACURANO DEL TEATRO Y LA POESÍA

 

Por Oscar Carrasquel

 

Créanme que me satisface en esta oportunidad referirme a una joven figura de la literatura venezolana que en vida se llamó Omar Francisco Gutiérrez Peña. Henos en la disposición de traerlo hoy  a la crónica y al  blog personal para recordar algunos pasajes de su vida en homenaje a su memoria.

Refiriéndome al hecho lo podemos definir fundamentalmente como un ser con un criterio humanista, y aludir su trascendencia como persona porque le conocimos desde su niñez. Me acuerdo que por su docilidad en el entorno familiar le abreviaron el nombre se conocía como "Chito". A sus padres les he tratado con lo mejor de la amistad y la mayor simpatía. Supe que desde temprano se le notó una iniciación poética, ágil y de brillante inspiración. Unido a esto sus afanes por la literatura y  del interés por sus estudios  de quien siempre fue un joven estricto en su superación intelectual.

Llevó una vida bastante noble y sencilla. Muchos de los que fueron sus  entrañables compañeros de letras aun lo recuerdan. Francamente no voy a ahondar mucho en este modesto trabajo. Escribir sobre este tema y manejarlo siempre me va a resultar difícil, lo que pretendo es algo así como subir el telón.. La personalidad del poeta Omar Gutiérrez ya ha sido estudiada, analizada y escrita por sus compañeros que escriben y compartieron con él en la Universidad.

Omar Francisco fue siempre un niño de contextura delgada y de breve estatura.  Omar aprendió sus primeras letras en el colegio Arístides Rojas y concluyó sus estudios de bachillerato en el liceo Alberto Smith de Villa de Cura, donde desde un comienzo participa activamente en actividades culturales. La Villa no era la grande y bulliciosa ciudad de ahora, sin embargo en su liceo comenzaban a darse las luchas por las reindivicaciones estudiantiles. Omar mereció las mejores distinciones y halagos de sus profesores desde sus comienzos y esto lo pueden corroborar quienes fueron sus condiscípulos.  

Posteriormente, recién graduado de bachiller se inscribe en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela. En la UCV creció rápido y buscando la cima de sus aspiraciones comienzan sus participaciones culturales, fundamentalmente como titiritero entrando a formar parte del grupo de títeres “Cantalicio” de esa máxima casa de estudios. Al mismo tiempo participaba en talleres y recitales de poesía en festivales  del Aula Magna. 

Y viviendo en Caracas se inscribe para cultivarse en los Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG). Su educación siempre estuvo ligada con el hábito de la poesía. Además de estudiar 4to año de Derecho, cursaba el 6to semestre de literatura y 2do semestre de arte.  En aquel tiempo se estilaba que los padres cubrían la residencia y los estudios de sus hijos con pocos recursos y sin mucho esfuerzo.

Surge entonces como escritor de buenas cualidades, lo encontramos como columnista de la exitosa revista “la Espada Rota” y fue factor prominente de una revista literaria en Villa de Cura llamada “Hipocampo”, donde escribió versos y prosa a su estilo, y también de arte. Como es harto sabido la conclusión de sus estudios universitarios los frustró la muerte la cual le llegó pronto.. 

Había nacido el poeta Omar Gutiérrez Peña el 02 de julio de 1968 en Villa de Cura, estado Aragua, fueron sus padres el guariqueño Omar Gutiérrez, de Cazorla municipio Guayabal, su mamá  la Licenciada en Educación Yvoni Marvella Peña nacida en Villa de Cura, viuda de Gutiérrez. La familia habita una modesta vivienda por la calle Juan de Dios Agraz de esta histórica ciudad aragüeña.

El poeta Omar Gutiérrez falleció el 01 de diciembre de 1991, recién había cumplido 23 años de edad, en un absurdo accidente el cual acontece cuando cumplía una gira con el grupo de titiriteros de la Universidad Central de Venezuela al estado Amazonas y otros lugares. En la población de Puerto Ayacucho tuvo lugar la tragedia, la capital del estado Amazonas. La noticia repercutió dolorosamente. Una muerte distinta habría sido mejor a pesar de lo cierto que es la muerte. En un sentido general  el joven Omar lo que  necesitó fue más tiempo para vivir y soñar.

Su obra poética aparece en varios textos, “Hojas de La Comarca”, uno de ellos, editado por La Casa de la Cultura de Maracay; entre los que publican en esta obra se encuentran figuras como Efrén Barazarte, Carlos Delgado, José García y Omar Gutiérrez. También es digno de mencionar una antología poética cuya obra se intitula “El Hondo País de los Ausentes”, en donde se juntan insignes poetas venezolanos como Miguel Ramón Utrera, Agustina Ramos, Aly Pérez, Augusto Padrón, Zoraida García, Elí Galindo, Manuel Peñaloza Fernández y Omar Gutiérrez, una edición de la Fundación Editorial "El Perro y La Rana".

Tal accidente truncó la vida de un joven escritor, como ver caer la hoja tierna del trébol, cuando se encontraba rindiendo una meritoria hoja de servicio a favor de la cultura venezolana. 

Una sentida manifestación de duelo fue el infortunado fallecimiento y las exequias del poeta Omar Gutiérrez. Un sentimiento de inmenso dolor significó para sus padres, abuelos, y demás familiares y amigos, con los ojos y el alma entristecida..Igualmente fueron publicadas varias notas de duelo por sus compañeros de letras. En realidad la vida es un tiempo que comienza y que luego se va sin volver atrás. Que en paz descanse su alma.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, 02 de agosto 2021