sábado, 9 de diciembre de 2017

RAÚL AGRÁZ UN VILLACURANO QUE CANTÓ CON LA BILLOS CARACAS BOYS





José Raúl Agràz es su nombre de pila pero es conocido en el medio artístico como Raúl Agràz, nace en Villa de Cura el 15 de febrero de 1947, hijo de la unión de José Alejandro Martínez, un pequeño comerciante que fue conocido con el mote de “frijolito” y de Julia Agràz. Doña Julia fue la encomendada de darle las primeras lecciones en la vida para que fuera un hombre de bien y de rígida conducta ciudadana. Esa fue la época  en que  eso era una credencial que se llevaba muy adentro, por tal razón  guarda de ella los mejores e inolvidables recuerdos…Raúl es también formador de una extraordinaria familia, casado desde 1967 con Carmen Blanco de Agràz. Dos hijos nacieron del matrimonio, José Raúl  quien desde niño atiende mejor por “Raulito”, y  la hembra de nombre Marlene del Valle.

Buscando algunas remembranzas una tarde sostuvimos una  amena plática en una vetusta casa de zaguán enrejado de la calle Páez en La Villa, concretada el día martes 4 de diciembre día de Santa Bárbara. Una niña risueña salió a nuestro encuentro, se trata de Alexandra Yaraví, pero ella prefiere que la llamemos Bella Flor, como la etiquetó papá Raúl desde que estaba en pañales. Nos acomodamos en dos muebles del corredor, una vieja carpeta se mueve en las manos de nuestro amigo Raúl llena de papeles, de recortes de prensa que hablan de su vida artística y la de  su hijo “Raulito”, con quien siempre mantiene una íntima comunicación.

Desde pequeño Raúl Agráz sintió una gran afición por el canto,  regando su talento en los actos culturales y las veladas musicales y poéticas que se realizaban en el auditorio del Grupo Escolar Arístides Rojas, donde cursó la educación primaria; comienza entonces a tener su primer encuentro con una guitarra, ya sus compañeros del salón de clase sabían que sin él, sin su vocalización tan vital  no había reunión posible que englobara a tantos estudiantes. Hay que tomar en cuenta también que Agràz estudió después secundaria en el liceo Juan Germán Roscio de San Juan de los Morros, donde logra obtener su título de bachiller. De ahí en adelante lo demás fue  trabajar para   el sostenimiento del hogar y echar hacia adelante la familia.

Como es fácil suponer la música y su interpretación  fue solo una parte de su vida y de su sentimiento espiritual. Humilde de origen, fue un muchacho trabajador desde que era pequeño, sus padres fueron sumamente pobres. Yo he oído muchas veces y hoy lo vengo a puntualizar que son ellos por línea materna descendientes del capitán Juan de Dios Agraz, clarín para las victorias y para las capitulaciones del Libertador.

Recuerdo que su tío Lucio Agraz en su propia casa,  amplia y sombría, después que el muchacho dejaba sus libros, le fue enseñando el oficio de la alpargatería que desempeñó algún tiempo a su lado. Lo conocemos bien porque nuestra familia era vecina de la suya cuando vivíamos en la antiguamente llamada “cuadra larga”,  hoy calle Urdaneta, entre Miranda y Sucre en Villa de Cura.

Lo que deseamos es resaltar con  esta sencilla crónica de hoy  la vida romántica y musical de este personaje excepcional llamado Raúl Agràz, quien fue una figura representativa del acervo musical villacurano. Fue cantante en su juventud de una agrupación orquestal villacurana de grandes éxitos como fue la Orquesta Siboney, en su segunda edición, que tuvo su renombre en La Villa y San Juan de los Morros, donde la banda llegó a ser muy famosa; con ella debutó el novel bolerista de Barbacoas Simón Díaz, fundada y dirigida desde sus comienzos  por el profesor Germán Cordero Padrón; músico nacido en San Francisco de Cara, pero que se sembró toda su vida en Villa de Cura, con la cual el pùblico villacurano  supo deleitarse y disfrutar; jamás pudo faltar  en su repertorio de música popular de moda: boleros, valses, cumbias, merengues, guarachas y pasodobles. En la vocalización estaban los admirables y maravillosos cantantes: Armando Corniel, Andrés Almeida, Víctor Córdova y Raúl Agraz; ellos brillaron en bailes de clubs sociales, además actuaron en las inolvidables retretas dominicales en la plaza principal de nuestro pueblo, en tantas noches con sus   amaneceres del alba. El artista, el hombre repartidor de canciones nunca quiso ponerle valor material a su arte. Raúl Agraz es autor de cuatro temas en ritmo de bolero aun por dar a luz.

Cuando nombramos a aquel joven de 19 años llamado Raúl Agràz y expresamos  la palabra excepcionalmente, con ello decimos que tuvo un comienzo maravilloso,  consiguió  cantar varias veces acompañado de la popular orquesta capitalina Billos Caracas Boys, bajo la batuta del  maestro Luis María Frómeta, más conocido en la farándula y el mundo musical como el maestro Billo Fròmeta.

Su actuación una noche en un baile  cantando con la “Orquesta Sensación” en Ocumare de La Costa, dio lugar a que un  comisionado de Billo le preguntara durante un receso, que si le gustaría cantar con la Billo; su respuesta no se hizo esperar se entusiasma tanto que aceptó el reto de ir a someterse a una prueba a Caracas; me cuenta que el mismo Billo lo recibió en los estudios de la  disquera Fonograma, situada en la avenida principal de El Paraíso, donde el maestro le acompañó en algunos temas con el piano. En dos meses y medio de ensayos el director de orquesta alabó su talento   le manifiesta  que poseía una voz propia de mucha cadencia con un sonido de olas de mar; después pudo cantar como en seis oportunidades en bailes acompañado de la banda completa,  sin embargo se puede deducir con franqueza que su actuación con la famosa orquesta no fue de mayor trascendencia. Agràz entonces era un muchacho. La Billos ya contaba con cinco cantantes de plantilla y esto naturalmente le restó posibilidades de ser contratado.

Alguien dijo que para tocar el cielo no se necesitan escaleras, ni brazos largos, sino tener una clara voz y que lo acompañe de Divina Providencia. Entres otras de esas ocurrencias nos refiere  Raúl que en una ocasión que cantaba con el “Sexteto Anacobero” dirigido por el profesor Antonio Pérez, una noche que alternaba con la Billos Caracas Boys en un baile  de gala en el Club Social de Villa de Cura, el maestro Frometa lo llamó al escenario para que cantara dos canciones con la orquesta y  no faltaron los acentuados aplausos del público.

Todo naturalmente esto no le vino por obra de la casualidad. Raúl ya estaba preparado y desde joven fue muy aplicado, buena parte de su crecimiento como artista -nos contó agradecido- se debió a los estudios musicales recibidos del profesor Germán Cordero Padrón; no fue su maestro de aula pero le dio clases de solfeo, le enseñó métodos, lo enseñó a leer el pentagrama y lo familiarizó con el repertorio de la orquesta.

Me cuenta Raúl que actuó en programas radiales y una sola vez en un canal de una televisora aragüeña. No solo se debe tomar en cuenta esto, sino que también fue vocalista  de otras reconocidas bandas. Además de La Siboney, cantó con la “Orquesta Sensación” dirigida por el maestro Francisco Pancho Puerta; en Caracas con el conjunto “Los Trovadores”; con el “Sexteto Anacobero” bajo la batuta del maestro Antonio Pérez; en la misma capital aragüeña con la “Orquesta Solimar”; conjunto “Los Chevys” de San Juan de los Morros; la famosa orquesta “Los JET” apadrinada por las FAV en Maracay.

Raúl además nos dijo que perteneció a la extinta Asociación Venezolana de Artistas en Escena (AVADE), que presidió  por allá en la década de los años 50 el cantante de música llanera don Mario Suarez, muy vinculado con el pueblo de Villa de Cura. 

La vida artística de Raül Agràz con la placidez y el romanticismo de su voz ha sembrado muchas bellezas con sus interpretaciones, en muchos pueblos y ciudades y en locales nocturnos donde ha demostrado su valor y arte,  en la capital del Guárico y en el municipio Zamora y las ciudades de Caracas, Maracay, Barquisimeto, Valencia, en fiestas patronales y reuniones generales.
De manera inteligente pensó que había que  buscar un oficio fijo y producir los billetes para el sostén de la familia. Entonces se pudo formar como conductor de vehículos automotores livianos; pero luego se especializa en la operación de gandolas  Mack, para el remolque de cisternas, bateas y Lowoy,  transportando líquidos y maquinaria pesada; con este mastodonte como  inseparable compañera anduvo recorriendo durante 45 años, carreteras por los cuatro puntos cardinales del país, además de Curazao, Colombia y Brasil. La verdad que ésta fue una labor extensa, pero siempre volviendo la mirada a su pueblo y sin olvidar la función de la música. Surcaba aquellas rutas oyendo los caseticos  para aprenderse de memoria las letras de las canciones, Silbando canciones  románticas al compás de la faena, contemplando el azul del horizonte con aquel sol de mediodía que rompía  el pavimento.

Trovador, bohemio, tomador,  enamorado, o tal vez por haber sido asiduo  actuante en salones nocturnos o por lo dulce de su llaneza, en el círculo de amigos más allegados y colegas lo bautizaron  como “juguito de uva”, y no es que tenga problema alguno en atender por este sobrenombre. 
Ha mantenido siempre su espíritu joven, aun con 70 años encima conserva su buena voz y se mantiene activo en el canto. Hoy por hoy Raúl junto con Víctor Hugo, son los vocalistas de la flamante agrupación orquestal Caribean Music, que todos los fines de semana ponen a mover su figura en un sitio de comida y  diversión llamado “La Mulata” y también en “La Cascada”, situados en la carretera La Villa San Juan de los Morros.

Raúl tiene un hijo varón que desde pequeño tuvo inclinación y verdadera pasión por el arte musical y siguió profesionalmente esa carrera, formado en la escuela  de los Niños Cantores de Villa de Cura, el joven no lo pensó dos veces y siguió estudiando música en la Escuela José Ángel Lamas de Caracas. Con el tiempo se hizo un afamado y virtuoso trompetista convirtiéndose en la primera trompeta de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Venezuela. En su incursión en Venezuela tocó con la orquesta de Oscar De León, con la banda Los Fantasmas del Caribe, la Orquesta de Pofi Jiménez y con el flautista Natividad Martínez y su orquesta, y ha acompañado con su trompeta una infinidad de reconocidos artistas nacionales e internacionales. En estados Unidos donde se dio a conocer ha tocado con muchas agrupaciones y le ha correspondido compartir escenario con las  orquestas más afamadas y nombradas en el mundo musical. Actualmente esta residenciado en Nueva York junto con su esposa y sus hijos, enseñando y desarrollando su talento musical.

Resulta fácil y grato afirmar que el torrente artístico y musical villacurano con el funcionar de sus escuelas y academias sigue indetenible; en las últimas épocas se han formado un grupo de cantantes y conjuntos orquestales importantes, incluso músicos  que han ido a fundar orquestas de baile en otros países especialmente en Europa. La ciudad de Villa de Cura  debe sentirse honrada de haber conseguido la presencia de personas foráneas como el presbítero Salvador Rodrigo,  el maestro Víctor Ángel Hernández y el profesor Germán Cordero Padrón, entre otros; el porvenir sigue prometedor, la ciudad  se conserva con firmeza como en un pedestal en la historiografía musical venezolana.


                                                                                                                Oscar Carrasquel
                                             

4 comentarios:

  1. Saludos Don Oscar Carrasquel, excelente trabajo resaltando a los personajes de Villa de Cura y de toda Zamora

    ResponderBorrar
  2. Gran Raul! Yo lo conoci en los tiempos de la orquesta sensación de villa de cura, donde tocavan el negro niche y Carito hijo del prof. Cordero. Di mi apoyo a la fundación de la orquesta Sensacion. En ese tiempo eramos felices y no lo sabiamos. Saludos para todos desde Lisboa.

    ResponderBorrar
  3. Muchos lo conocemos como EL NEGRO AGRAZ.! Excelente artìculo.

    ResponderBorrar
  4. Muchos lo conocemos como EL NEGRO AGRAZ. Excelente artìculo

    ResponderBorrar

Deja tu huella en este blog con tu comentario.