lunes, 3 de enero de 2022

LUCIO LÓPEZ "PATETURCA" EL ENTERRADOR

 

                                                   Ilustración del pintor Carlos J. Martínez "Cejota"


    



"PATETURCA" EL ENTERRADOR

                              Oscar Carrasquel

Lentamente desmaya la tarde
y sobre  el paisaje de La Villa
la muerte asecha

La calle del medio 
con su sepulcral silencio
derramando miedos

!Alguien se habrá muerto!
La muerte 
Es como una rueda que no tiene fin

Pasa de prisa el entierro.. 
sin flores, sin dobles de campana,
sin lloros, ni acompañamiento

La sombra de los aleros 
de los antiguos caserones
ganan espacio sobre la acera

Cae un rayo de sol alto,
moribundo,  
sobre el macadam.

El sudor le rueda por el rostro 
En oscura su tez, .
Pies elefancíacos descalzos, 
Ronca la voz,
Ancha la espalda, 
De paltó y sin franela.

Tarda  el hombre en avanzar
¡Chas… Chas… Chas…!
rueda como  un coche fúnebre 
de carne y  huesos.

Su tétrica misión?  
trasladar difuntos sin mortaja 
dentro de cuatro tablones .

Desde el hospital Santo Domingo
hasta el camposanto 
es el itinerario desplegado.

Duro para mirar 
tanta veces a la muerte

Duro
para acariciar la muerte
tantas veces con las manos 

Pobres de solemnidad.
Para ellos no hay salones velatorios,
Ni cortejos. 
Ni redoble de pasos.

Las Casas de Abastos   
entrejuntan los portones, 
cierran sus puertas,
mientras dura el paso del fantasma
con su fúnebre carga.

El transeúnte (conmovido) 
detiene la marcha, 
se despoja del sombrero
y se hace la cruz en la frente.
.
El mundo infantil 
frunce su ceño esquivo.

La “recta final”,  
la calle El Comercio
queda empañada de licor, 
de soledad y silencio.

Lucio “Pateturca” 
se aleja íngrimo por la calle 
con la penúltima carga del día
.
El pesado cajón se deja abrazar
y sobre su hombro izquierdo 
lo pone a descansar.

El fúnebre enterrador 
ya pisa el cementerio.
Busca entre cruces y tumbas
el surco y la bóveda sola

Plantar los despojos a ras 
para él no es nada.

El mendigo de ojos enrojecidos 
se retira con risa férrea,
livianito el cajón 
a buscar otras muertes.


          La Villa de San Luis, invierno 2016






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