sábado, 7 de septiembre de 2019

LA CRUZ DE MAYO EN EL SENTIMIENTO DE ALEJANDRITA CASTILLO


Alejandra Castillo, creadora de la cofradía, se observa al lado de la Cruz durante el ceremonial de la procesión el 3 de mayo día de La Cruz..


Villa de Cura
Estado Aragua


                                                                                      Por Oscar Carrasquel


La solemnidad a la Cruz de Mayo es una de la más ancestral manifestación cultural y religiosa que se conmemora todos los años en casi todas las regiones de Venezuela.  Se vincula  con la flora y la bonanza que otorga  la tierra en  la producción de alimentos, y  con la temporada de invierno que regularmente se inicia en los primeros días de mayo. Distingue y representa al  folclor popular venezolano.
Haciendo un poco de historia,  esta religiosa adoración a la Cruz es antiquísima, se afirma que data desde el año 324 de la era cristiana. El motivo es para homenajear simbólicamente a la Cruz en donde murió Nuestro Señor Jesucristo. En cuanto al velorio a la Santísima Cruz su traída y aparición  se remonta a tiempos de la colonia.
En la calle Guárico, casa número 31 de Villa de Cura, municipio Zamora del estado Aragua, habitada por la señora Alejandra Castillo y la calidez de sus familiares, mejor conocida como Alejandrita. A mediados del pasado siglo xx, tal como reza la tradición y dispone la Santa Iglesia Católica, la celebración se da los 3 de mayo de cada año, pero la fiesta se prolonga durante tres días seguidos,  es decir del primero hasta el tres de mayo.
El ritual consiste en una reunión familiar y de vecinos que se da en el patio de la casa de doña Alejandrita con su familia. En un espacio tiene construido un altar en donde  se adora la Cruz, envuelta toda en capullos de maíz, cubierta de papel multicolor y  de flores naturales. En el altar la comunidad católica le llevan ofrendas gastronómicas , rezos, cantos,  le llevan ramos de flores, frutas, velas y cirios encendidos.
El ritual, repito, se prolonga durante  tres días y noches, en medio de rezos y del ruido festivo de improvisados cantos, décimas y letanías, con acompañamiento de grupos musicales,  cuatro, guitarra, maracas y tambor, ejecutados por miembros de la comunidad del barrio La Represa, con el fin de rendir honor a la Cruz. 
Durante el velorio se reparte entre la concurrencia café con leche, un sustancioso hervido cruzado, bebidas asociadas con la celebración, y dulces típicos elaborados por los propios vecinos y miembros de la familia.
Entre los músicos y cantores populares no puedo dejar de mencionar a Pedro Viña, a Cirilo Ibarra y  Josè Alejandro Martìnez, con el cuatro; Evaristo Saldeño em el arpa. demás las guitarras y voces de Josè Linero, Virgilio Linero y un aguinaldero del barrio el popular “Casunga”, manoseando un tambor y cantando décimas. 
El evento contaba con la presencia de "velorieros" provenientes de la Sierra del Sur, El Cortijo y Las Mercedes, interpretando tonos a la Cruz y la Virgen María, con sus rogativas para que pronto llegaran las lluvias, y pedir la gracia de Dios para que el campo obtuviera en el año una abundante cosecha.
La Cruz se encuentra colocada en un ante patio, todo  sembrado de matas de helechos, malangas, capachos y flores de pascuitas, hermosamente cuidado y conservado todo el año por la señora Castillo. 
Se acostumbra, luego de finalizado el Velorio de La Cruz y de oír el rosario, a realizar una procesión o caminata amenizada de conjuntos musicales, en medio de un ensordecedor ruido de cohetes, fuegos artificiales, rezos y canto sacramental.
Arrancaba la citada procesión desde la calle Guárico frente al grupo escolar Valleniza Lanz hasta llegar al picacho  El  Vigìa,  capitaneada la romería por la señora Alejandrita Castillo (1894-1979).  
Alejandrita, creadora de la cofradía era una mujer pequeña de tamaño, vestida de largo, camisón, generosa y buena como el pan, una respetada Comadrona que trajo muchos niños al mundo, quien era la principal animadora de esta festividad popular y religiosa; contaba siempre con el acompañamiento del cura párroco de la Iglesia San Luis Rey quien dirigía el ritual, y a cuyo cargo estaban los oficios religiosos. Sonaban alegres las campanas de la Iglesia Matriz. La comunidad salía a la calle, y tanto  adultos y niños rendían homenaje  de adoración por donde quiera que  pasaba la procesión.
La multitud que acompañaba a la Cruz, atraviesa toda la barriada La Represa, sube por Barranquilla, se estaciona en una pequeña meseta del cerro El Vigia, al sur de la ciudad de Villa de Cura, donde finalmente era clavado el madero donde simbólicamente murió Nuestro Señor Jesucristo, y se da el toque final al ritual. 
Con el fallecimiento de doña Alejandrita Castillo en 1979,  esta antigua tradición en la calle Guárico de la Villa se ha venido a menos o caído en el olvido. Ningún símbolo mejor que la Cruz de Mayo para expresar nuestro recuerdo y gran admiración por lo que hizo y significó  esta guía espiritual de la fe cristiana en Villa de Cura. No precisamente en el patio de esta casa, ni en la cúspide del cerro El Vigía, debemos de buscar a Alejandrita Castillo, sino encontrarla morando al lado del Señor en  los confines del cielo. 



Fotos de la colección de nuestro fotógrafo Ramón Alfredo Corniel
La Villa de San Luis, 03 mayo 2019


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