miércoles, 3 de mayo de 2023

EL ANIVERSARIO DE NUESTRA CIUDAD Y UN CONJUNTO DE REMINISCENCIAS . QUÉ NOS QUEDA

 

                                          Foto referencia bajada de Internet ruta indicada al margen. 

"Nada existe mas valioso, mas fuerte, mas dulce, mas sano, ni mas útil para el porvenir que el querido recuerdo de la infancia". Feódor Dostoievski


Por Oscar Carrasquel


A través de una larga experiencia, así tengamos los años de una vitrola vieja, hilvanamos y contamos paso a paso sobre el camino transitado y lo dejamos guardado en el grato baúl de los recuerdos. Es una hermosa senda de la vida de la que nos sentimos orgullosos. Nuestra juventud fue bonita y algo distinta Ya lo hemos dicho en anteriores escritos, campeaba la pobreza pero dentro de un ambiente de enseñanza y de dignidad, respetando la propiedad ajena.. Nuestra juventud fue de dedicación al calor del hogar y de respeto mutuo, preocupados por el estudio,. de trabajar desde temprana edad. De gusto por la gimnasia y los paseos, de bañarnos en los ríos y atracción por el campo. A veces por simples tonterías los muchachos nos dábamos puñetazos a la salida de la Escuela Arístides Rojas, pero enseguida estábamos juntos.. Entregados al ejercicio del deporte y a la sana diversión. Todo esto nos guió en la vida y deja una marca indeleble que nunca se olvida, con todas sus vicisitudes, con tropiezos, resbalones  y caídas. 

Los años transcurridos hacen que todo evolucione. Hemos andado y desandado caminos y conocido otros mundos, con acierto y también con errores. En la salud y en la enfermedad. Los años de experiencia nos han convencido que la juventud que nosotros conocimos fue nuestro mejor trofeo.. Hablamos de esto sólo para hacer una retrospectiva del camino  recorrido, en esa etapa inolvidable de nuestra vida. Contar  una parte de los años juveniles es lo que nos anima en estos momentos difíciles..

Nuestra amada Villa de Cura, para quien no la conoce, es una ciudad rodeada de colinas que se elevan por todo su contorno, conformando un pequeño pero hermoso valle: donde se forma un bonito paisaje. El Vigía, Platillón, Cerro Azul, Picacho Blanco, Barranquilla, Cerro Pelón, Los Chivos, El Calvario, y La Virgen, se cuentan entre sus cerros.  Y un cañón por donde se desparraman los valles aragüeños hacia los llanos guariqueños y apureños y al sur de nuestro estado Aragua.. 

Hace más de seis décadas atrás Villa de Cura era una ciudad de ríos rumorosos y de aguas limpias por todos lados. Y de ese fluido abundante en el subsuelo. En todos sus linderos se sentía el accionar de la naturaleza. Había que saber lo que era antes Pozo Azul y sobre todo el pintoresco Valle de Tucutunemo desarrollado por una amalgama de gente criolla conjuntamente con algunos emigrantes europeos.de la postguerra. 
Hacen años en El Cortijo  no se percibía  otra cosa que el riego por gravedad y aspersión, siembra y cultivo de extensos sembradíos de maíz, tomate, yuca, papa, aguacate, caraota, pimentón, hortaliza, además  cría de ganado vacuno, porcino y caprino.  A un costado de la vía a El Cortijo siempre había una bodega que vendía toda clase de víveres con un caldero de chicharrón y carne de cerdo, y un budare de la típica cachapa.. Tucutunemo era de fama nacional. Uno de los programas importantes fue la producción que se daba de Semilla Registrada y Certificada de maíz, papa y caraota de la mejor calidad, requerida por los productores de la Colonia de Turén  y Asociación de productores de Calabozo estado Guárico, sin olvidar el estado Cojedes y Portuguesa... 

Había que ver la cantidad de litros de leche y sus derivados que durante invierno y verano salían para consumo interno y hacia el centro del país de las haciendas  "La Providencia", "El Ancón", "Montero", "Santa Rosa",  "Caicara"  "El Banco",  "El Ocumo", "La Lagunita" y granjas de medianos y pequeños productores de Los  Bagres, El Pao de Zarate y El Cortijo. La base de eso es el cruce de ganado criollo con el mestizo.

Es obligatorio recordar aquellos tiempos de abundante cosecha cuando se podía observar en fila india los camiones 600 y 750 cargados hasta la coronilla de productos para ser  llevados a los Mercados Periféricos de Caracas y el centro del país. Es muy saludable recordar que los dueños de parcela, a mucha gente del pueblo le daban luz verde para el "rebusque", que no era otra cosa que el aprovechamiento de los frutos que en su paso dejaba las máquina cosechadora.. Seríamos injustos sino reconocemos el asesoramiento de las Facultades de Ciencia Veterinaria y  Agronomía de la Universidad Central de Venezuela, y por otra parte el interés del MOP en el asfaltado de la carretera para El Cortijo.    . 
Seguramente los villacuramos de esa época y los que han  emigrado  recordarán que a mediados del siglo pasado, algunas familias se organizaban en romería a visitar estos parajes y a bañarse y  pescar en el río  río Tucutunemo, porque siempre había en su curso una abundante cosecha de palometas, bagres, palambras y corronchos.

              En la gráfica están  Rafael "Rafucho" Castillo Zamora, Justo Ilarraza, José Carrasquel y Raúl Carrasquel. Foto archivo O. C. 


Si uno deseaba disfrutar de un  suculento hervido de "roncador",  o de una ración de pescado frito, solo había que llevar al río  anzuelos, un caldero, manteca y  fósforo, porque el río le daba el alimento, y el bosque el haz de leña para el fogón. 

En los días de infatigable calor veraniego, de sol ardiente, los villacuranos de diferentes  edades y estratos, nos fuimos acostumbrando a darnos un baño en las pozas que se hacían en el curso del río Guárico. La mayoría de las veces  en excursiones dominicales. (Salíamos después de desayuno y regresábamos con el ocaso).... No está demás de recordar cuando por vía de la jubilada de nuestras horas de clases, burlábamos el seguimiento de los policías escolares de nombre don Brígido Alagar y el señor Lucio Reina..
 
¿Cuántas veces el grupo, de los cuales son muchos los nombres,  pasó buscando por su casa a nuestro amigo Rafael Pasquier Suárez?. Su madre fue doña Ana de Pasquier, recuerdo que para esos paseos al río,  nos brindaba una bandeja de tortas de "merengues" para que lleváramos de bastimento.

Marchábamos a pie  por la carretera de macadam disfrutando del paisaje y de sus campiñas; inocentes derribamos con hondas las palomas turcas y las iguanas de las ramas de los samanes y caros, para degustar  la delicia de sus huevos salcochados. A disfrutar de las plantas frutales que crecían silvestres entre plantíos y en  las márgenes de los ríos. Los muchachos t adultos derrochábamos el gusto  comiendo frutas de mamón, mango, algarrobo, cotoperíz y jobo.. 

También viene al recuerdo los verdes aledaños del encantador río Tucutunemo, con sus pájaros de todas las especies sobre la arboleda. Los pozos que surcaban su caudal fueron nuestros mejores cómplices también frecuentados por las lavanderas de Las Mercedes:, "Quita Calzón", "El Caracol". "El Deleite", "La quebrada de las lavanderas" y "El Paso del Caballo", fueron una delicia.. 

A un costado de la carretera a San Juan de los Morros se ubican los pozos de "Quebrada Honda","La Planta" y  "El Carmen". En el limítrofe de Aragua con Guárico a orilla de carretera, "La Quebrada de Piritu"; siguiendo mas adelante  las profundas aguas del "Salto de Piritu"..

Del curso del  río "Guárico", un río anteriormente invadeable , tan solo quedan  sus barrancos y uno que otro pozo de aguas fétidas, restos de neveras y cocinas , envases vacíos de todo calibre y unos cuantos zamuros disfrutando de la siesta. 

Flamea en la pantalla del recuerdo el balneario bajo el puente de la vía a Santa Rosa, con sus clarísimas y rumorosas  aguas   que descienden desde la Sierra del Sur. Allí calmaron su sed y llenaban sus taparitas de agua los  Peregrinos en febrero.  

La inolvidable quebrada "Curita", metida entre un nudo de árboles, en cuyos remansos se  lanzaban anzuelos y redes para la pesca; y en especial las muchachas y muchachos se bañaban en las pozas que dejaba la crecida por el invierno.. 

Las aguas represadas del "Paredón de la Represa". En su orilla los carreteros saliendo de la montaña se bañaban  y ponían a beber a sus cansadas mulas. En sus tranquilas aguas abundaba la sardina, la anguila,  guabinas, empollaban los gallitos de agua, nadaban en las tardes los patos silvestres y pernoctaban las garzas blancas y paletas en sus garceros.  

Por la salida de La Villa vía a Cagua los pozos "El Caño", la "Quebrada de Guayabal", convertida en aguas cloacales. Y de la misma parentela le sigue el caño  "La Chapellinera", bajo la sombra de amables árboles y bejucos que muchas veces usábamos como trampolín. . 

El río "Las Minas", corría libremente en invierno y verano,  ahora solo corre cuando son muy fuertes las precipitaciones en su cabecera.. 

Evoco en en esta crónica el caserío "Los Tanques", porque en medio de un bosque de cujíes, existía una laguna natural, allí iban a realizar su faena y echar cuentos las lavanderas del barrio Los Colorados. 

Por la cercanía de San Francisco de Asís o Garabato, hay una chorrera de abundantes aguas cristalinas que se deslizaba por un elevado tobogán de piedras azules, bautizado  "La Ceniza". Algo así como un "Tobogán de la Selva" amazónica en miniatura. Me echan el cuento que ahora sus aguas se fueron evaporando..

Todavía es tiempo de memorizar, toda esa maravilla de bondades que nos brindó  Dios a los villacuranos, que marcaron un tiempo de excelente progreso, ya no están, pensamos que lo que ocurrió realmente es que el hombre los abandonó, nunca los  cuidó y ni lo supimos valorar,  Cuando fuimos niños y adolescentes nos hicieron saltar de alegría,y por esa razón no deja de causarnos  nostalgia y dolor el agrio vino que bebemos en las tempestades. 


Oscar Cattasquel. La Villa de San Luís,  25 de mayo 2021.



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