Por: Oscar Carrasquel
Villa de Cura, estado Aragua
A mi hija Gilda, maestra de hoy
Estos seres que antes
vestían de policía,
no tenían rostros de policías.
Eran hombres con cara de niños
y mirada noble,
con ojos de cielo claro
y manos de labradores.
Por años,
Lucio Reina y Brìgido Alagar,
ejercieron en Villa de Cura
de “Policía Escolar”.
fue en los años cincuenta
del siglo que acaba de pasar.
Los dos andando por
los pasillos de los colegios,
o tocando en las puertas
de las casas de la vecindad.
Interrogando a los padres
sobre el por qué sus muchachos,
en la mañana o en la tarde,
no habían asistido a clases.
Fueron auxiliares
de maestras y maestros,
y acompañantes de su soledad
revisando la lista de asistencia,
desde la “z” hasta la “A”.
Cuántas veces con sus pitos de
fiscales,
anduvieron por caminos vecinales
tras la huellas de los zagales
que se jubilaban de sus horarios
de clases.
Para darse chapuzones
en los pozos
del río Tucutunemo,
el río Las Minas,
o la quebrada de Guayabal.
Cuidador de las escapadas
de los muchachos que iban
a comer frutas silvestres en los campos.
o del perseguir con hondas
el rítmico vuelo de los pajaritos en el monte.
Desde la orilla del río
nos llamaba con un pitío
enseguida su veredicto iba a dictar:
“Que por tremenda Infracción
una pela en casa les van a dar”
.
Hace tiempo se fueron
Brìgido y Lucio a la eternidad.
Con ellos se extinguió
la figura del “Policía Escolar”,
Se acabò
su indetenible andar
por las calles de la ciudad
cabalgando
sobre sendas bicicletas de pedal.
De la mano de este par de gendarmes,
que vigilaron nuestras diabluras infantiles,
y asumíeron con placer su trabajo.
fue como aprendimos
las primeras lecciones
que la vida nos vino a dar.
enseguida su veredicto iba a dictar:
“Que por tremenda Infracción
una pela en casa les van a dar”
.
Hace tiempo se fueron
Brìgido y Lucio a la eternidad.
Con ellos se extinguió
la figura del “Policía Escolar”,
Se acabò
su indetenible andar
por las calles de la ciudad
cabalgando
sobre sendas bicicletas de pedal.
De la mano de este par de gendarmes,
que vigilaron nuestras diabluras infantiles,
y asumíeron con placer su trabajo.
fue como aprendimos
las primeras lecciones
que la vida nos vino a dar.
La Villa de San Luis, Agosto 2014
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Deja tu huella en este blog con tu comentario.