viernes, 8 de febrero de 2019

PERSONAJES QUE DEJARON HUELLA EL INDIO MARA ! HAY PERROS !... ! HAY PERROS!


                             Don Santiago Hernández. Foto propiedad de Editorial Miranda,
                                  

Personajes que dejaron huellas el Indio Mara...! HAY PERROS !...! HAY PERROS !


Por Oscar Carrasquel



Santiago Hernández era su nombre real, mejor conocido como EL INDIO MARA, apelativo con el cual se le nombró desde que llegó a Villa de Cura.. Tal vez por llevar en su rostro facciones aborígenes fue moteado con ese sobrenombre. Tanto se acostumbró que cuando era presentado en una reunión así era como se identificaba:"Mucho gusto, El Indio Mara"

Uno de los primeros hombres que con humildad y esfuerzo vendió de manera ambulante “Perros Calientes” en Villa de Cura comenzando la década del 60, continuando con esta rutina todos los días hasta que cayó vencido por el tiempo.. Hay que reconocer que desde que llegó a La Villa jamás se quizo ir, ni tampoco se apartó de esta actividad comercial.




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El Indio Mara entre dos damas importantes de su vida:
su hija Lucy y su esposa Fermina (doña Yeya)


Nunca puedo olvidar a los muchacho de edad escolar de la cuadra, viviendo por la calle doctor Manzo, y detrás los adultos; correr cuando sentíamos pasar por el frente a EL INDIO MARA , empujando un coche que parecía forrado de porcelana, repleto de este alimento. Uno  consumía el primer “perro caliente” y daban muchas ganas de entrarle  al segundo

Ataviado siempre con su bata blanca y boina. Cargaba siempre  un bolígrafo Papermate en el bolsillo de la bata para sacar cuenta, pero cuando le pedían fiado se excusaba de manera inmediata: ¡Ay, mijiiito, lo siento pero yo no fío!.. Para evitarse esa incomodidad mandó a pintar con su publicista José Seijas (6jas) un letrerito en el carro que decía "No Fío" y  en el otro extremo "Perros 0.50".

!HAY PERROS!.. !HAY PERROS!. se le oía pronunciar con voz fuerte..Desembocaba en cada esquina o se estacionaba a la entrada y salida de una institución educativa..  Quería mucho y era muy apreciado por los alumnos, bedeles y maestras del Grupo Escolar Arístides Rojas. En el atardecer de cualquier día no buscaba pararse en otra esquina que no fuera frente a la bodega de don Carlos Lovera en la calle Sucre. Muchas veces se instalaba en el estadio donde se juega béisbol, y en cada estación de la vía donde lo paraban un buen rato. 

Ninguna persona de aquella generación puede olvidar lo rico y ameno de aquellos “perros calientes” llenos de sabor que les servía el proveedor el más conocido. Como tampoco podrá dejar de lado su pregonar con su ronca voz que como una flecha llegaba hasta los oídos de adultos y pequeños: ¡Hay Perros!...Y detrás ensayaba una canción de su repertorio, echaba un relato, o recordaba cualquier anécdota u ocurrencia que se le viniera a la mente.

Un hombre humilde, alegre, de voz fuerte, buen conversador,  narraba hazañas y muy hábil contando fábulas, recitaba versos y canturreaba por la calle, muy dado a piropear a las damas con elegancia. Don Santiago era un hombre que trataba con respeto, muy gracioso, buscaba reírse con los niños así como el obeso Santa Claus  cuando entra diciembre... ¡Jo, jo,jo,jo!.

Era un  experto en saber elegir tanto el pan  como los añadidos que utilizaba para aderezar y acompañar una salchicha  Oscar Mayer, su marca preferida. En la salsa que preparaba con su esposa, probablemente, estaba la diferencia. Seguramente la mayoría lo recuerda, sin embargo les voy a refrescar la memoria. Cuando uno sostenía el “perro” en la palma de la mano, la salsa blanca y rosada se derramaba por entre los dedos  y hasta la hoja de papel de su envoltura provocaba relamerse.

Que me perdone su hija Ana Lucy, pero no debo dejar de contar otra cuestión, don Santiago (como lo hacen miles de mortales) en el anochecer cuando regresaba a su casa después de trabajar, detenía el coche en medio de la cuadra frente a mi casa, yo lo observaba por la ventana,  pedaleando discretamente un trago de ron de una carterita que guardaba dentro del carro. Nadie se metía con él, siempre con Dios y La Virgen por delante.

El transitar de uno por esta vida de aprendiz de reportero deja muchos recuerdos, nuestro amigo no era oriundo de Villa de Cura, como seguramente pensarán algunos, a La Villa llegó de 25 años de edad. Había nacido en la población de San Joaquín estado Carabobo el 25 de mayo de 1923. Hijo natural de la sanjoaquinense Isabel Hernández. No he dicho que llegó a querer tanto a este pueblo de Villa de Cura que a muchos les decía que él era villacurano.

Adolescente, bisoño, fue trasladado a Caracas por su progenitora, allá estudió la primaria,  después fue mensajero en una institución bancaria; obrero de limpieza en el Museo Bolivariano  frente a la Plaza  El Venezolano;  además cumplió responsabilidades  como jardinero en la casa de la upatense doña Menca Fernández de Leoni esposa de Raúl Leoni que fue presidente. Se conocía toda el área de esa quinta y a la familia Leoni, contaba que "entraba y salía como Santiago por su casa".

Trabajó algunos años para un maestro constructor de casas en Caracas, trabajó bien la albañilería. En sus tiempos mozos trabajó para las Agencias de Lotería de la capital de la República, ganaba un dinero pregonando la lotería con aquella voz de trueno,  en los predios de Sabana Grande, Chacaíto, Plaza Venezuela y en el Terminal del Nuevo Circo; tenía clientes que le compraban  billetes completos y "quintos" de las loterías “Zulia”, “Caracas” “Oriente” y otras más. En la ciudad de Santiago de León de Caracas fue donde se inició posteriormente con los “perros calientes”, en tiempos cuando era presidente el general Marcos Pérez Jiménez.

Don Santiago tenía una fuerte voz. Una vez me contó luego de disfrutar de un cafecito en su casa que, los empresarios de boxeo y de lucha libre de Caracas, aprovechando su voz de locutor lo enseñaron a anunciar las peleas sobre el ring. (no necesitaba micrófono). El público se emocionaba cuando le oían; su papel era anunciar a los púgiles sobre el cuadrilátero en el Palacio de los Deportes ubicado en la Avenida San Martin de la capital. Se hizo amigo del conocido anunciador oficial de boxeo Pepe Pedroza, de narradores y comentaristas de boxeo y lucha libre..

También me manifestó que su gran pasión en la mocedad fue la lucha libre, en cuyo deporte tuvo discreta actuación  como luchador, le correspondió recibir y dar  entrenamiento en esta disciplina deportiva,  entrenaba con luchadores de renombre como aquellos que dentro ring se llamaron: "Dragón Chino", "Bassil Battah", "El Chiclayano" y "Camba El Salvaje", pero no siguió según me dijo por lo bajo de la remuneración.

En Caracas se enamora y contrae nupcias en 1959 con Fermina Aurelia Cantero, conocida después como "Doña Yeya", su esposa era de nacionalidad española, quien a causa de una enfermedad terminal que iría a minar su existencia fallece el 3 de junio de 2012 en Villa de Cura, la ciudad que fue como su patria adoptiva, la cual tanto quiso y donde fue altamente apreciada por sus numerosas amistades. De este matrimonio nació una hija Ana Lucy Hernández Cantero. Fue también padre amoroso de  dos hijas de una relación anterior relación, Gloria y Josefina, oriundas de Caracas.


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El Indio Mara  entre el Alcalde Alberto Roye y Rosa Castro y de un grupo de amigos


El 5 de mayo de 1998 la alcaldía del municipio Zamora, cuyo titular era el señor Alberto Roye Flores, lo distinguió con la “Orden Ciudad de Villa de Cura”, ganada por su nobleza y tenacidad de buen ciudadano. Y el 25 de agosto de 2013 con la condecoración "San Luis Rey". Además fue honrado con diplomas y reconocimientos por diferentes organizaciones deportivas que hacían vida en la comunidad.

Entre otras distinciones recibidas se destaca un diploma otorgado el 25 de mayo de 2010, por  “Cooperativa Conociendo al Estado Aragua y Algo Más R.L”, presidida por la comunicadora social Yolanda González, coincidiendo con la celebración de los actos conmemorativos de un aniversario de la ciudad de Villa de Cura.

Don Santiago Hernández el popular INDIO MARA colaboraba con nuestro pueblo en todo lo concerniente con el deporte, particularmente con la liga de béisbol aficionado y también con el béisbol menor, razón por la cual fue homenajeado en varias oportunidades. Le fueron entregados diplomas, placas y medallones por su valiosa contribución en varios  torneos de béisbol llevados a cabo en el estadio “Ramón María Acosta”, pude ver que ocupan las paredes y otros espacios de la casa.

Hubiera sumado más años en su labor de vendedor de “perros calientes” pero tuvo que retirarse con 82 años de edad. Con el peso de los años el hombre humilde, sencillo y jocoso fue perdiendo facultades y el tiempo le fue ganando ventaja. Ya no oía ni veía bien, sus pasos se hicieron cansinos. La nostalgia por no poder ejercer mas el trabajo  que fue  gran parte de su vida le fue minando la existencia. No bastó la asistencia psicológica oportuno que le buscó su hija Lucy.

A muchos villacuranos les dolió su partida, nosotros lo teníamos como vecino y buen amigo, me sorprendió cuando me llamaron por teléfono para anunciarme su viaje. Se había marchado cuando el viento canta,  por entre un camino de nubes azules  el 10 de febrero de 2014, en vísperas de cumplir 91 años. Su casa se inundó de abrazos amigables. Su sepelio causó revuelo y se convirtió en una verdadera manifestación de dolor popular. Señor Santiago Hernández, a todos los villacuranos de una generación nos dejaste una estela de recuerdos difíciles de olvidar. Tómese esta nota como un sentido homenaje. Paz a su alma.


Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, febrero 2019


NOTA: Fotos cortesía de Lucy Hernandez, hija del Indio Mara.
Diagramación Ramón Alfredo Corniel 


4 comentarios:

  1. Tuve la gran dicha de degustar esos deliciosos perros calientes y aun recuerdo su grito de guerra " Si hay perrooo" que al solo escuchar era la señal de alarma para salir corriendo en su búsqueda...Que rico recuerdo. Gracias Sr. Santiago por haberme hecho feliz mi niñez.

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  2. Que en paz descanse este insigne hombre quien demostró en vida que el trabajo no es sólo para subsistir; sino para hacer historia cuando se deja una profunda huella en el corazón del colectivo.

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  3. Yo siempre me lo encontraba en la esquina de su casa porque salía tarde a comprarle sus perros tan sabrosos... yo le decía don Santiago me da un hot dog y me veía y se reía.... hooot dog o perro calientes fueron esas palabras conocidas que tanto le escuché a el... Dios te tenga en su Santa gloria Don Santiago

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  4. Estupenda historia, don Oscar es un previlegio poder leer buenos relatos que inunda nuestros recuerdos de muchos y grandes personajes que han dejado huellas en nuestra querida Villa de Cura

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