Corría la tarde del viernes
Y yo cargándome de valor
Me instalé de mirón
Al frente de un largo mesón
Donde las manos artífices de Milagros y Belín
Una torta nupcial estaban modelando
Creando su intuición un auténtico milagro
Los sueños vienen en un hermoso pastel
Simulando una pequeña Torre de Babel
Con traje de seda color plata y oro
Y unos besitos de choco que parecen un tesoro
Se regó el exquisito aroma por el parador
Y en segundos se me hizo agua la boca
Y sale en veloz carrera este dulcero
Presintiendo que un desmayo le ocurriera.
Guacara, invierno 2015
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