A Carmen Rivero, su compañera de vida, también a sus hijos, nietos y demás familiares con el más puro afecto.
Por Oscar Carrasquel
Se sabe que la muerte es incubadora de un sentimiento de dolor difícilmente de asimilar sin estar preparados. Conrado Montevideo perdió esa batalla final, su cuerpo físico al fin se rindió. Vivir es un incesante batallar... Dios en definitiva es el juez que nos fija el día y la hora. Se sonríe y se llora sin poder vencer las sombras del destino, pero también se aspira llegar a las puertas del tiempo como lo hizo Conrado Montevideo, sacándole frutos al alma, celebrando la Navidad para divertir a los más chicos a través de este personaje pascual conocido como SANTA CLAUS. Su arranque en La Villa apenas se remonta a cuatro décadas atrás.
Conrado Montevideo tuvo la dicha de nacer en el barrio La Represa de Villa de Cura el 15 de agosto de 1960, hijo de Pablo Montevideo y de Juanita Cortez de Montevideo.. De los Montevideo con alguna ramificación palpitante en el sector de La Represa al sureste de la ciudad.
Una de las devociones de su identidad fue vestirse todos los años de San Nicolás en Navidad, hasta que lo vino a recoger la muerte el 09 de enero de 2016. Lo ayudaba mucho su gran parecido físico con este personaje de la literatura infantil occidental.
Una de las devociones de su identidad fue vestirse todos los años de San Nicolás en Navidad, hasta que lo vino a recoger la muerte el 09 de enero de 2016. Lo ayudaba mucho su gran parecido físico con este personaje de la literatura infantil occidental.
En esta vecindad de Las Tablitas compartió soles y lunas al lado de la señora Carmen Rivero, una estupenda mujer que reside al cruzar el callejón Andrés Eloy Blanco, donde vio nacer y crecer a sus hijos y saboreó la alegría de dos de sus nietos, luchando con sus propias angustias.
El patriarca, el hombre luminoso y cordial, lo más cercano a Garritk,el actor de Inglaterra quien fue el más noble y aplaudido de todos los actores del mundo, Conrado, sin querer, casi lo empareja, porque tuvo la dicha de ser maestro en el arte de entretener a la gente de todas las edades, muy especialmente a los niños que fue su mayor riqueza, y siempre los hubo a su alrededor.
Así de esta manera, divirtiendo al mundo infantil comenzaba su marcha inmortal en la comarca La sonrisa y la alegría de un niño le sabían a gotas de lluvia, a burbujas de rocío y al frescor de una tarde de invierno. Conrado fue un retrato preciso de San Nicolás o Papa Noel; era una especie de doble de este común personaje pascual, protagonista de escenas de documentales y películas en el mundo entero.
En todo evento decembrino llegaba San Nicolás, de piel rubia, enfundado en su vestimenta roja y blanca y su abundante barba de azucena, una boina de piel de oveja, con sus claros espejuelos como dos aros, y esa forma de mirar con unos ojos que fueron resplandecientes. Siempre lo acompañaba terciada a la espalda una mochila llena de caramelos, bocadillos, muñecas, carros y aviones en miniatura, para entregar a cada niño que quisiera aterrizar en su regazo.
No había Navidad sin San Nicolás con voz propia. En estos días pascuales se nos ocurre preguntar ¿Qué niño de nuestros barrios de la parte sur de Villa de Cura no conoció a este Santa Claus?. representado por Montevideo; el ritual era el mismo, cargado de alegría, sabor a caramelos, simpatía y regalos a los más pequeños..
Recuerdo cuando pasaba en su carruaje por la calle Comercio, todo un mundo de ilusiones para los niños, se apeaba de su trineo, se posaba en cada casa llevando diversión, y seguía recorriendo las calles con su clara y ronca voz, abrazando a todo aquel que se topaba en la calle, le daba la mano a los niños, y las manos de ellos la estrujaba entre las suyas.
Recuerdo cuando pasaba en su carruaje por la calle Comercio, todo un mundo de ilusiones para los niños, se apeaba de su trineo, se posaba en cada casa llevando diversión, y seguía recorriendo las calles con su clara y ronca voz, abrazando a todo aquel que se topaba en la calle, le daba la mano a los niños, y las manos de ellos la estrujaba entre las suyas.
!Joooo…hoooo. ¡Feliz Navidad!...que todos los niños disfruten de mis obsequios
En el hogar de cada niño de nuestra manzana de la calle Comercio dejó con su accionar una huella difícil de borrar. En las casas de familia era solicitado para la entrega de los obsequios del Niño Jesús en cada Nochebuena, y los niños con sus inocentes caritas, reclamaban su presencia.
Recuerdo que llegaba a nuestra casa y la sala se llenaba de chicos y grandes de la vecindad, se derramaba la música navideña grabada, y en la mesa se asomaban los pasteles, y por comida pan de jamón, ensalada de gallina, y las hallacas y bollos que en aquellos tiempos no escaseaba en ninguno de nuestros hogares pobres..
!Jooo jooo... espero que todos hayan enviado sus cartas!, se le oía pronunciar
San Nicolás en nuestra casa con Juan Pablo e Isabelita. Foto álbum Gilda Carrasquel
El protagonista de todo aquello era el San Nicolás de Las Tablitas, haciendo sonar una campanilla, gozoso de ese momento. Solo Conrado Montevideo sabía trasmitir esa sensación de alegría que compartía con toda la chiquillería, porque cargaba también a Dios alojado en su corazón repleto de tantísima pureza.
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Tiempo atrás las calles y avenidas de la ciudad de Villa de Cura eran estrechas, insuficientes para albergar la cantidad de personas y vehículos antiguos y modernos que desfilaban por las principales calles de la ciudad, que deseaban admirar, rozar su cuerpo, tocar a Santa Claus, montado sobre su trineo, encabezando los coloridos desfiles donde participaban todas las instituciones educativas, públicas y privadas y el Parque de Recreación Dirigida (CVN) de Villa de Cura.
En los desfiles fue tomada la fotografía, en primer plano el San Nicolás de Las Tablitas y a su lado la maestra Milagro Almenar
Retrocediendo el tiempo es bueno recordar que en la medida que se iba haciendo hombre, Conrado Montevideo fue un avanzado estudiante, tanto en primaria elemental como en el liceo Alberto Smith, y luego de casado un excelente padre de familia, trabajando a diario con indestructible voluntad junto a su esposa para ayudar a levantar un hogar.
Adiós pues Conrado Montevideo, cronista de la alegría y del buen humor, auspiciador de la Navidad; te fuiste dos semanas después de acompañarnos la Navidad de 2015, evento que cumpliste haciendo un gran esfuerzo físico y emocional, no obstante estar resistiendo el avance de una enfermedad que venía minando progresivamente tu cuerpo.
Atrás dejaste una estela de recuerdos, sin que ninguna figura venido a reemplazarte,...Te despediste de manera física de este mundo comenzando 2016, pero nos queda tu presencia espiritual, una imborrable huella en el corazón de cada niño de nuestro pueblo, porque sabías al extremo lo que era divertir el cuerpo y alma de los mas pequeños.
¡Debemos aprender a reír llorando, y también a llorar con carcajadas! Este fue el último de los mensajes inmortales que nos dejaste inspirado en el poeta mejicano Juan de Dios Peza.
¡Debemos aprender a reír llorando, y también a llorar con carcajadas! Este fue el último de los mensajes inmortales que nos dejaste inspirado en el poeta mejicano Juan de Dios Peza.
Conrado Montevideo, hoy elevamos una oración a Dios por el eterno descanso de tu alma.
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Año Nuevo 2016
Fotos del álbum de la señora Carmen Rivero
Retoque de fotografías a cargo de Ramòn Alfredo Corniel
Retoque de fotografías a cargo de Ramòn Alfredo Corniel
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