Por Oscar Carrasquel
Envuelta en la sombra de la noche llegas Afrodita.
Elevas tu poder atrevida y descarada,
Tu cuerpo cubierto por un velo de miel
Con la frescura de un amanecer
Surges deseable y deseada de la mar airada
Con la postura clásica de cualquier reina de belleza
Revolcándote de deseos en la espuma
Envuelta en tu lujuria de antigua reina irracional
Tu belleza fue tan ilimitada
Que fuiste causa de combate entre los dioses
Tú siempre has de reinar tus mágicos linderos
Dócil sucumbiste ante la fina cadena de Hefesto.
Valencia, enero 2016
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