Villa de Cura
Estado Aragua
Cabizbajo, enjuto, casi seco,
deambulando con sus libros,
por el sendero de La Villa,
me permito dedicarte mis versos
Mano leal, sencilla, fraternal,
tal es Francisco “Pancho” Ojeda,
un viejo soñador de mirada honda
Se dice viejo,
pero solo tiene teñido el rostro
como un tronco de árbol
desgonzado por el viento
Estudioso de la ciencia vegetal
y de fundamentos pitagóricos
pero su intelecto
difunde una luz filosófica
Ahora aprovecha el tiempo
para abrevar en la fuente de los Clásicos,
es capaz de hablar de Lutero,
como saber del aforismo de Maquiavelo
Su verbo tiene el mismo sabor
del delicado nùmen de la literatura
del secreto de las palabras
Allí está el hombre, vestido de blanco,
hablando del pasado y el presente
recorriendo el aire de una ciudad callada
Baquiano de los senderos del viento,
no importa lo que pase afuera,
Igual puede soportar el sol canicular
como un incontenible aguacero
Si, él es un amigo sincero,
no sabe de rencores
para él van estos versos
sin que me tiemblen los dedos.
.
La Villa de San Luis, agosto 2020 (reeditado)
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