martes, 28 de abril de 2015

EL SEMERUCO





LA MUERTE DEL SEMERUCO

Oscar Carrasquel


Al poeta J. M. Morgado
LA

Te silenciaste
anciano Semeruquito,
árbol de generoso fruto,
que aire puro y limpio
nos entregabas.

Hoy mi verso
recordar quisiera,
las infinitas alegrías
que con tu sombra,
muchas veces nos dieras.

Compañero de cuitas, poesías
y canciones con guitarras.

No te moriste de pie,
como dicen que mueren
los árboles.

Hoy, al llegar yo de viaje,
alcancé a ver tu cuerpo
con tus raíces al aire
y tus hojas en el suelo,
extendido largo a largo
sobre lo verde del césped.

Parecías derribado
por el destello de un rayo.

El pobre no soportó más
el peso de tantos años,
ni sus raíces,
la sequía de tantos veranos.

Por culpa de tal percance,
sobre tu espesura vegetal
ahora no cantarán,
como lo hicieron antes,
aquel enjambre de pajarillos
que venían a cantar.

Ni en marzo,,
el canto mustio de las chicharras
en marzo se escucharán.





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