Por Oscar Carrasquel
Arranco esta nota gastronómica para hablar de unos sitios distinguidos de hace algunas décadas atrás, algunos aún existen en nuestra Villa de Cura.. En aquel tiempo el pueblo era visitado con frecuencia por hombres con fajas de dinero, compradores de ganado, sillas para montar a caballo y artículos de cuero, personas de otras latitudes que nos visitaban en Semana Santa y Fiesta Patronal. Me refiero específicamente a los hoteles y pensiones que yo conocí en el entorno urbano de la población.
HOTEL EL PARADOR ESPAÑOL
Tiene muchísimos años de fundado. Actualmente situado a la entrada de de Villa de Cura, en la avenida Lisandro Hernández. Es un sitio de excelencia elegido por turistas y Agentes Viajeros, Me indican que en su etapa inicial sirvió de posada para alojar huéspedes ocasionales que continuaban viaje para los estados llaneros Guárico y Apure.
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HOTEL MARIO Y HOTEL MIRANDA
Entre los más distinguidos figuró muy cerca de la Plaza Bolívar el Hotel Mario, fundado por Mario Vicente Diana, de aquellos inmigrantes italianos con sentido de progreso que llegaron a la Villa cuando Marcos Pérez Jiménez y acá se sembraron como si fueran árboles. Don Vicente siguiendo su periplo de progreso creó también el conocido Hotel Miranda, todavía vigente en su tradicional dirección de la avenida Aníbal Paradisi de Villa de Cura. Después este italiano, trabajador, visionario y emprendedor junto a sus hijos desarrollaron la Heladería Mario, conocida su fama en varios estados de Venezuela.
PENSIÓN ZULIA, LUEGO HOTEL ITALIA
HOTEL MARIO Y HOTEL MIRANDA
Entre los más distinguidos figuró muy cerca de la Plaza Bolívar el Hotel Mario, fundado por Mario Vicente Diana, de aquellos inmigrantes italianos con sentido de progreso que llegaron a la Villa cuando Marcos Pérez Jiménez y acá se sembraron como si fueran árboles. Don Vicente siguiendo su periplo de progreso creó también el conocido Hotel Miranda, todavía vigente en su tradicional dirección de la avenida Aníbal Paradisi de Villa de Cura. Después este italiano, trabajador, visionario y emprendedor junto a sus hijos desarrollaron la Heladería Mario, conocida su fama en varios estados de Venezuela.
PENSIÓN ZULIA, LUEGO HOTEL ITALIA
En la esquina donde se cruzan la calle Real o Bolívar con la Bolívar y Villegas, diagonal con la panadería La Reina, existió un caserón de grandes corredores en cuyo espacio en tiempos modernos fue levantado un gran edificio de apartamentos. A mitad del siglo XX, funcionó en este sitio la "Pensión Zulia" (después se llamó Hotel Italia) con restaurante anexo, un sitio especialista en platos nacionales. Lo atendía, y probablemente era su dueño, un señor oriundo del estado Zulia llamado Fabriziano Cardozo, quien vivía en esa casona con toda su familia.
En las primeras décadas del siglo xx, fue una posada y restaurante propiedad de la señora Rosario Mercedes Domínguez, natural de Barbacoas, madre de la costurera Ana Isabel Domínguez de Lombano, quien siempre habitó la quinta “Las Palmas” en la calle Sucre; doña Ana Isabel, murió hace poco con más de 100 años a cuestas. Su padre fue el General portugueseño Pedro Pérez Delgado.
HOTEL VALLES DE ARAGUA
HOTEL VALLES DE ARAGUA
Setenta (70) años hacen que en plena calle Real o avenida Bolívar, casi llegando al cruce con calle doctor Rangel, frente a la "Casa Amarilla" en un caserón de portones de madera y gruesas paredes formó parte de la historia hotelera villacurana un hospedaje denominado ·"Hotel Valles de Aragua”, propiedad de la señora Amanda de Coll, una muje de finos modales. Yo la recuerdo alegre y servicial, conocida por su quehacer de hospedar a personas que nos visitaban de otras localidades, especialmente agentes ligados con el comercio mayorista, y también tenían cabida ocasionalmente turistas ávidos de conocer a Villa de Cura en Semana Santa y en sus Festividades Patronales y Peregrinación.
HOTEL CONTINENTAL
HOTEL CONTINENTAL
Quizás uno de los hoteles de mayor prestigio fue el Hotel Continental, situado en la calle Bolívar, entre calles doctor Urdaneta y doctor Morales, el cual poseía entrada y salida, tanto por la calle Bolívar, como por la calle Miranda. Se gastaba un comedor adornado con un jardín al lado, gerenciado y atendido por sus dueños, es decir la señora Teresa Uzcategui de Cuenca y su esposo Vincenzo Cuenca, de manos amables para viajeros, especialmente del sector comercial y ganaderos, los cuales debido a sus actividades tenían que pernoctar en el pueblo. Para aquel que llegara siempre había comida a toda hora. En Fiestas Patronales se llenaba de coleadores y turistas venidos de todas partes.
PENSIÓN DE JUANITA ECHEGARAY
PENSIÓN DE JUANITA ECHEGARAY
Era aquella Villa de Cura de antaño, con sus casas de grandes solares, con agua fresca de aljibe sombreados de samanes de finales de los años 40. A los ganaderos y peones de vaquería que venían con arreos del llano, luego de terminada su faena, los acampaba esta pensión que alcanzó celebridad de leyenda en La Villa, especialista en la elaboración de comida autóctona, cuya propietaria fue una señora llamada Juana Rodríguez de Echegaray, que tenía una gran pasión por la cocina. Por un trío de pecas, como tres luceros que se asomaban en su cara, sus coterráneos la bautizaron con el mote de “Juanita la tres lunares”; pensión que existió en la calle Páez, en cuyo sitio hoy se levanta la sede de una entidad bancaria.
Yo la conocí, Juanita era una mujer muy atenta, carismática y de sonrisa amplia. Lo mejor es que era una dama accesible, aunque rebelde de carácter, a veces regañona, no tenía complejo para soltar unas palabrotas, o responder a una ofensa con un puñetazo a cualquiera.
Me cuentan que fue tanta su vitalidad que era capaz ella sola de bajar del fogón una lata repleta de hallacas navideñas, o de levantar un marrano sacrificado y tirarlo sobre una mesa para despotalo en canal. Un negrito muy cariñoso y atento a quien se le conocía con el sobrenombre de “Torcuatro” era su mandadero de confianza, el encargado de repartir a pie las viandas a domicilio. La señora Jacinta Guzmán, así se llamaba la abuela de Mary Cordero Guzmán, fue cocinera de vanguardia junto con otras damas de la mítica pensión.
Me aseguran que la ruta de este comedor le era familiar a los señores Raúl Barreto, Enrique Barreto, Indalecio González, Froilán Aguirre, Luis Rosendo Hernández, Juan Bautista Hernández, Antonio Silva, Juan Pablo Álvarez y Martín Hernández, que se desenvolvieron en el alto comercio en La Villa, acudían frecuentemente a la jamás olvidada pensión de “Juanita las Tres Lunares” que ofrecía a mediodía generosas preparaciones en espacial para la gente mayor.
Me cuentan que fue tanta su vitalidad que era capaz ella sola de bajar del fogón una lata repleta de hallacas navideñas, o de levantar un marrano sacrificado y tirarlo sobre una mesa para despotalo en canal. Un negrito muy cariñoso y atento a quien se le conocía con el sobrenombre de “Torcuatro” era su mandadero de confianza, el encargado de repartir a pie las viandas a domicilio. La señora Jacinta Guzmán, así se llamaba la abuela de Mary Cordero Guzmán, fue cocinera de vanguardia junto con otras damas de la mítica pensión.
Me aseguran que la ruta de este comedor le era familiar a los señores Raúl Barreto, Enrique Barreto, Indalecio González, Froilán Aguirre, Luis Rosendo Hernández, Juan Bautista Hernández, Antonio Silva, Juan Pablo Álvarez y Martín Hernández, que se desenvolvieron en el alto comercio en La Villa, acudían frecuentemente a la jamás olvidada pensión de “Juanita las Tres Lunares” que ofrecía a mediodía generosas preparaciones en espacial para la gente mayor.
El siempre jocoso y cuentero el “sordo” Víctor Criollo, me dijo una vez mirando la casa desde la calle:----- "Lo que sé, es que cantaban, tocaban cuatro, bandolas y maracas, noches enteras, gente que venia del llano y de Caracas, y los llaneros amarraban las remontas en el patio. También que allí llevaron a comer a don Rómulo Gallegos". No es de extrañar que el nombre de esta pensión figure en el diccionario de la Fundación Polar.
PENSIÓN DEL SEÑOR JOSÉ LEAL
PENSIÓN DEL SEÑOR JOSÉ LEAL
El señor José Leal, padre de numerosos amigos de quien escribe, fue un hombre humilde de regular estatura, de trato sencillo y agraciada cortesía; toda su vida fue trabajar, su actividad laboral no tenía límites, así lo conoció aquella Villa de Cura vieja. Fue creador de un restaurante muy peculiar por la calle Comercio, entre doctor Morales y calle doctor Urdaneta, cuyas mesas eran atendidas por él mismo. Como es de suponer llevaba la estadística de los comensales que llegaban cotidianamente a su local. Por la cocina de este conocido restaurante pasaron muchas mujeres de mi pueblo, expertas en el arte de preparar comida criolla, tal como doña Felicia Ceballos, una madre que paseó su gran experiencia de cocinera por la vida de este restaurante, murió cruzando los 100 años de edad. Usted pasaba a la hora precisa y este local siempre estaba atestado de comensales de aquí y de fuera. Ofrecía los tres golpes cotidianos: desayuno, almuerzo y cena, pero además preparaban comida para llevar, con el requisito obligatorio que el comprador debía de llevar la vianda.
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PENSIÓN ARICHUNA
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, febrero 2017
PENSIÓN ARICHUNA
En la parte Este de la calle Blanca, hoy calle Miranda, cerca de la casa de familia de don Carlos Almenar, en una casa grande de techos rojos y cuatro corredores; en este sitio en los 60s existió la "Pensión Arichuna". El viajero que venía del llano la descubre por el olor que salía de su fogón y llegaba hasta la calle. De allí salían los más exquisitos platos de la gastronomía criolla. Famosa por lo limpio y bien cuidadas habitaciones. Fue fundado el hospedaje por la señora Georgina Veliz, llanera de sonrisa abierta. El nombre fue en homenaje al pueblo de Arichuna, municipio San Fernando de Apure, donde había nacido la dueña de la pensión, quien falleció en Villa de Cura.
PENSIÓN LLANERA .
La ´promotora y profesora musical @sayury nos presenta un sitio de alojamiento y comida muy representativa de la vida del llano denominada "Mi Pensión Llanera". Calidad y precios competitivos. La especialidad culinaria de la casa era el tipico y madrugador sanchocho de curito; "teretere" con arepas de fogón para desayuno, y de almuerzo el "Picadillo Llanero". La Pensión estuvo funcionando hasta hace poco en la Parroquia Las Mercedes, cerca de la Manga de Coleo en Villa de Cura.
De gran importancia para las nuevas generaciones es conocer su pasado ya que los restauran y posadas viejas han desaparecido totalmente. A veces, uno se pone a divagar sobre estas cosas, y le parece que todo lo contado fuera mentira.. Son recuerdos del ambiente donde vivimos, se trata de un paseo por nuestras tradiciones gastronómicas, una faena que nunca se olvida.
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, febrero 2017
Diganme quien hacia los mejores queso de mano en Villa de Cura. Aquellos que eran desgustado en la smejores fiestas. Seguro que no recuerdan. Se llama Rosalia Rodriguez Bolivar.
ResponderBorrarOSCAR..recibe un fuerte abrazo bien villacurano..unido al agradecimiento por las notas que escribes sobre la naciente Fundaciòn " Foro de la Villacuranidad", de la cual te invitamos ser uno de sus miembros....Tienes mucho que aportar y para muestra un boton.....el extraordinario relato que has realizado sobre " los hoteles, las pensiones y las hacedoras de arepas de nuestro amado terruño".....a mi casa en la calle comercio Nº 13 llegaban diariamente las arepas de Maria de Jesus....y que hermoso sentimiento aflorò en mi ese recuerdo y que decir al ver la foto de Dona Felicia...contemporanea con nuestra adorada madre: Ofelia Paradisi de Hernandez..una longevidad digna de analizar..muchos dicen que fue que tomaron tetero hecho con agua de CURITA....... hasta pronto..con el afecto de siempre
ResponderBorrarEXTRAORDINARIO OSCAR..CUANTOS RECUERDOS, CUANTAS VIVENCIAS.. Y GRACIAS EN NOMBRE DE LA FUNDACION "FORO DE LA VILLACURANIDAD" EN LA QUE TU ERES PILAR FUNDAMENTAL....
ResponderBorrarUstedes mis coterráneos que comentan les estoy muy agradecido. También a "Foro de la Villacuranidad, que me honra pertenecer. Todos de alguna manera somos protagonistas de la vida y de la villacuranidad.
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