jueves, 15 de marzo de 2018

¡BOMBAS…BOMBAS…LLEVO LAS BOMBAS!

Hacer la anterior enunciación en voz alta por la calle en otra época daba sensación de escalofrió. Lo más menudo que te podías acarrear era ganarte una pasantía en un calabozo de la comisaría. De tal manera que había que tener ojos de águila al llegar a una venta de repuestos y requerir una bomba de frenos para tu auto; era preferible llevar una muestra, ya sabías que tenías que hacer la solicitud en parábola y simplemente decir: ¡dame una jeringa de esas para los frenos!

Hoy afortunadamente no se corre ese peligro.


La palabra BOMBA se oye pronunciada a todo pulmón, una, dos veces, y la vez que quiera por un muchacho juguetón que baja de La Represa con una cesta repleta de BOMBAS. Estos días lo pararon en una céntrica calle, alzó el pañolón blanco que las arropa y allí estaba el montón de bombas, abierta la boca como dibujando una gran carcajada; el confite es hecho con una masa suave, con una sustancia cremosa rellenas, su exquisito olor se introduce por la nariz y llega hasta la infinitud del alma.


Tienen un color similar a la miel, espolvoreadas y rematadas con azúcar. Son elaboradas por una señora de la comunidad llamada Sor Elena de Carpio, que vive allá en el sector La Represa de Villa de Cura, la cabecera del Municipio Ezequiel Zamora. El producto lo sale a vender y vocear afanosamente por la calle un muchacho que solo se conoce por “Cholito”, un personaje humorístico y socarrón, lejanamente se le escucha su pregonar a todo grito: BOMBAS…BOMBAS…LLEVO LAS BOMBAS, económicas pero en efectivo.


La gente corre afanosamente para adquirir el producto, pero jamás lo hallarán porque el muchacho no ha recorrido tres cuadras cuando debe devolverse con el canasto vacío. En cuanto a los patrones de elaboración por la señora Sor Elena, es un secreto bien guardado, lo sabido es que la fórmula no es receta tomada de panaderías, le pertenece a ella desde sus ancestros, sin embargo es fácil adivinar que la materia prima es la harina con una mezcla de leche, cacao, huevo y mantequilla. Acompañadas de café con leche para comenzar a endulzar las mañanas o en la tardes de sobremesa es una sorpresa exquisita para el paladar.



Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, 03 de febrero de 2018

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